Crítica a The Walk



Amena, conmovedora y seductora, The Walk es una historia sobre la perseverancia por alcanzar nuestros sueños.

Phillipe Petit (Joseph Gordon-Levitt) es un equilibrista cuya meta surge cuando se percata de la existencia de las torres gemelas y su deseo por "caminar" entre ellas nace. A grandes rasgos ésta es la historia que encierra En la cuerda floja (The Walk), sin embargo, la película, aunque se puede definir así, merece una caracterización más profunda. 

La película inicia con Petit explicando por qué camina a través de la cuerda: eso le da vida, le da felicidad. Antes de seguir es preciso aclarar que la cinta está basada en las proezas realizadas por Petit de manera previa a los acontecimientos del 11 de septiembre del 2001. Esto podría parecer inútil con sólo mencionarlo, pero el filme dirigido por Zemeckis brinda un trabajo formidable que retrata de una manera única, reveladora, seductora, y con ingeniosos chispazos de comedia y suspense, una historia sobre la perseverancia y la firmeza personal cuando nos encontramos con un sueño aparentemente imposible. El hecho de contextualizar, en términos históricos, esta cinta antes del terrible atentado, les otorga a la dupla director-actor la oportunidad de retratar fielmente el propósito íntimo - y muy humano - de Petit por darle un enfoque completamente humano a la arquitectura del siglo XX.

Gordon-Levitt ya ha demostrado antes que puede ofrecer actuaciones impresionantes cuando es bien dirigido y con un guión sólido como respaldo. En la cuerda floja es un ejemplo más de esto, de principio a fin. Y no es sólo la perfecta y clara psicología del personaje principal y su objetivo, sino el cómo lo lleva a cabo. La ambientación ayuda mucho a sentir la realidad de los acontecimientos previos a la gran hazaña del personaje, preparándonos para su climático desenlace, aunque siendo brutalmente honesto, no todos los momentos que nos presentan son interesantes y algunos pueden pecar de aburridos; no obstante, una vez que pasamos del 2do al 3er acto, entendemos por qué el personaje narró esos momentos específicos de su vida. 

El eje principal de la cinta es la perseverancia en alcanzar un sueño, porque ¿quién no tiene ilusiones, expectativas y deseos que satisfacer? Esta cuestión, profundamente humana y real, es de los elementos más destacados de la cinta, la cual logra mantener un elegante suspense la mayor parte del tiempo sin estancarse en ese género. Esto lo expreso porque los momentos más tediosos rondan en el 2do acto, mientras que en el primero y el tercero la historia se siente ágil, amena y cálida. 

Los efectos son sensacionales y contribuyen a la historia, generando experiencias visuales en el espectador que pocos cineastas logran hoy día (cof cof Christopher Nolan), y más aún el hecho de que son éstos los que enfatizan la gran actuación de Levitt como Petit. Resulta natural y evidente pensar en Zemeckis como un director "especialista" en llevar a la pantalla grande historias de la vida real donde los sueños de todos son el motor principal. 

Ésta, sin duda, es una cinta que vale la pena disfrutar ya sea en 3D, en IMAX o incluso en salas VIP, especialmente por el manejo de tomas, que hacen ver la película de una manera maravillosamente realista, sin perder el toque de tensión pero evitando el miedo en el espectador. En definitiva una cinta memorable sobre los sueños y la superación de los obstáculos, por más que éstos se presenten. 

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