Crítica a Age of Adaline



Drama romántico formidablemente liderado, principalmente, por Blake Lively. 

Acorde a uno de los grandes maestros del guión actualmente, Robert McKee, la ambientación de una película se define por cuatro pilares: el periodo de la historia, la duración, la ubicación y el nivel de conflicto alrededor de la misma. 

Siguiendo esta misma línea, la estructura de una película se basa en la elección de ciertos acontecimientos que se extraen de la vida de un personaje (o varios) con el propósito de ofrecer una secuencia estratégica que produzcan, en el espectador, una emoción o sentimiento sobre el modo de ver la vida y el mundo. 

Algo de este tipo es lo que se espera hallar en esta cinta. La trama, sin ir muy lejos, arranca con Adaline Bowman (Blake Lively, espectacular) teniendo una vida como esposa y futura madre, hasta que un evento le arrebata la vida a su esposo y, meses después, un accidente de coche casi le quita a ella la vida. Inmediatamente después, y con una voz en off explicando la parte científica, ella "revive" y supera el accidente con un cambio: no envejece. Ni es un filme sobrenatural ni de terror, eso queda claro.

Llegados a este punto en su primer acto, se puede pensar que la película no tiene un conflicto o que, de momento, su tono resulta difuso. La verdad es que es todo lo contrario: el conflicto, aunque fantástico, se siente creíble y el tono es un drama romántico maravillosamente manejado tanto por por los guionistas J. Mill Goodloe y Salvador Pakowitz como por su director Lee Toland Krieger, pues a partir de la premisa principal: Adaline no envejece y el hecho de que debe encontrar el modo de vivir sin levantar sospechas acerca de su "condición biológica", es justo el motor de fondo con que la cinta arranca. 

Blake Lively, ya lo expresé, está espectacular, ofreciendo un personaje sabio, inmutable, inteligente y sumamente perceptivo, pero como todo ser humano, aquí su miedo por revelar su identidad está justificado y bien planteado. La ambientación, definido por los cuatro aspectos de arriba, será el punto de la cinta que más cambie, pues aunque gran parte de la misma se desarrolle en el presente, los flashbacks del pasado son los que dan origen y base a estos momentos y que expliquen los obstáculos o situaciones importantes en la vida de la protagonista. 

De esos cuatro puntos, el otro igualmente importante sería el nivel del conflicto que vive la protagonista, mismo que uno de los personajes le señala a Adaline "Has vivido muchos años sin tener una vida". En contexto dice mucho, y en esta frase se halla la moraleja de la historia, pero desmenuzándola, provoca que la película se sienta como fragmentos sin sentido. 

A diferencia del filme El extraño caso de Benjamin Button (2008) donde la historia empieza de manera contraria a la vida real (el protagonista nace viejo y muere joven), aquí la historia es lineal y con guiños al pasado de Adaline, pero siempre brindándole al espectador la oportunidad de observar y analizar las consecuencias del personaje en su presente. Vestuario, música y diseño de locación se sienten adecuados, contribuyendo a la atmósfera de la película. No obstante, a pesar de que se siente esa nostalgia, ese recuerdo por "los viejos tiempos" de la protagonista, al final la cinta se ve por otro camino, despojándose de ese toque, ese impulso que haría de este filme uno realmente impresionante; porque digo, sí es conmovedor y Lively logra imprimirle a su personaje la empatía necesaria para que podamos identificarnos con ella,  pero más allá de la moraleja de disfrutar nuestras vidas, la película no ofrece algo diferente y no innova los elementos que la constituyen. 

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