Crítica a Hotel Transilvania 2



Hotel Transylvania 2 es una divertida aventura para toda la familia con chistes ingeniosos.

Antes es preciso aclarar que la entrega pasada del 2012 no pude verla, por lo que entro fresco a la aventura que su secuela ofrece. Esto, desde luego, no es impedimento en la comprensión del tema: una sencilla y divertida exploración a los monstruos de la literatura con un tono accesible para el público.

Tenemos a Drácula (“Papá Drak” para los cuates) que, acorde a una sutil narrativa del inicio, explican que tiene no sólo una hija, sino también un yerno y pronto un nieto al cual adorar y en quien deposita sus sueños de ver convertido en todo un vampirito. En este sentido, se puede decir que la trama funciona y divierte, que las  ocurrencias (algunas ya vistas en los avances) se sienten frescas, bien pensadas y muy naturales. Nos resulta evidente que el elenco liderado por Adam Sandler, Selena Gómez y compañía tiene mucho que ofrecer en el cine de animación.

Esta categoría de la industria cinematográfica, añado, parece tener pocos – sino escasos – problemas en el ritmo con que adorna sus historias, el colorido, el diseño y el guión que reúne a los personajes siempre están bien construidos,  pues la cinta está llena de las peripecias que acompañan a los personajes y sin las cuales no habría un conflicto qué disfrutar, aquí se sienten hilarantes y hasta nos puede llevar a un buen rato de gozo visual.

Mientras las mamás y los más pequeños se enternecerán con los protagonistas, los papás, los adolescentes y personas de más edad sentirán la influencia y la proyección de momentos comunes plasmados en la cinta, eventos que nos pueden pasar a todos y aquí nos topamos con otro acierto: la humanidad plasmada en la película. Hablamos de una historia donde la ciencia ficción, la literatura clásica, encuentra un espacio de diálogo con la realidad y con situaciones comunes, pues aquí los monstruos son los principales responsables de causarle gracia a la audiencia con sus ocurrencias, tanto en acción como en diálogo.

Mientras tenemos a un Drácula ansioso por ver a su nieto convertido, ya lo dijimos, en un vampiro, tenemos a una mamá (Selena Gómez) preocupada por el bienestar y la educación de su pequeño. En contraparte aquí, poco divierte y entretiene el yerno. Puede que su personaje haya mantenido el eje en la primera, pero aquí resulta más un peón que un personaje de fortaleza.  A pesar de eso, el filme es divertido, se siente fresco, natural, realista y hará pasar un buen rato a toda la familia. 

1 comentario:

  1. Son pocas las películas que mantienen la esencia y la calidad a lo largo de todas las secuelas. Creo que esta película es una de las pocas que lo logra. Si bien es cierto que Jhonatan sale poco en esta entrega, pero man trama no lo requería. Drácula vive un proceso complicado, que muy probablemente ocurre en cualquier familia: el aceptar que los descendientes serán diferentes y tomarán sus propias decisiones y caminos en la vida. Drácula quiere que su nieto sea vampiro a toda costa, aún cuando podría no serlo por tener un padre humano, y es donde Mavis intercede pidiéndole que deje crecer tranquilo a su hijo. Queriendo mostrar este dilema La película resulta divertida y entretenida.

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