Crítica a Knock Knock



Knock Knock es una propuesta que presenta patologías con moralejas básicas.

El lado oscuro del deseo (knock knock) es una película dirigida, producida y escrita por Eli Roth, así que al proyecto es conveniente echarle un ojo para medir el esfuerzo en la premisa que nos ofrece el famoso realizador. Vale la pena recordar que este filme es una “reinvención” de la setentera End Game.

Keanu Reeves interpreta a Evans, un padre de familia que debe quedarse a trabajar en pleno Día del Padre en su casa mientras esposa e hijos salen de vacaciones. Pero cuando un par de atractivas chicas aparece en su puerta pidiendo ayuda, es que lo inesperado transforma la vida de Evans en una pesadilla psicológica como pocas.

La película inicia bien, creando la atmósfera familiar que todos podemos esperar: trabajo, una bella familia, tranquilidad…y es cuando comienza el peligro. Con sutileza las chicas ganan terreno a cada segundo que pasa en la vida del personaje. En términos de trama, por momentos parece no ser necesaria que se revele toda la motivación de las jóvenes, pues a la mitad del segundo acto queda claro que sólo buscan el sufrimiento del personaje al que acosan.

Fuera de los giros comunes, la cinta de repente refresca con detalles, como los gustos y la vida que rodean al protagonista, para crear un porqué a las acciones de las chicas. Un acierto es el sube y baja de la atmósfera, y aunque no iguala a otras del género, mantiene la expectación y la empatía por la vida del personaje. El juego de cámara, los diálogos y la patología de las chicas se percibe profundo y misterioso a tal grado, que el hecho de que todo ocurra en un solo lugar, elimina la claustrofobia que podría llegar a sentirse.

Podemos concederle que la película nos recuerda todo el tiempo la moraleja de “no hablar con extraños” y también la de infidelidad, pero con un tono que podría exagerar y funcionar como un aviso, como una alerta molesta de repente. Sin perder la coherencia, la cinta se mantiene a duras penas, y entretiene porque el espectador puede conectar de manera esencial con el protagonista, pero también llega a desesperar su inocencia ante la situación.

Se comenta en algunos sitios web que Eli Roth pudo haberla hecho con Tarantino como consultor y se antoja el hipotético cambio de margen y situación, pues con éste son recursos visuales los que acompañan sus historias. La gran pregunta es: ¿Cómo habría salido el producto de ser así?

No hay comentarios.:

Publicar un comentario