Crítica a Actividad Paranormal: La dimensión fantasma



Actividad Paranormal: La dimensión fantasma cierra de una manera visual más efectiva las preguntas del universo de terror dirigido por Gregory Plotkin. 

Quienes hayan seguido la continuidad de esta franquicia con toques de documental, probablemente querrán ver esta cinta con el deseo de aclarar dudas o revivir nuevamente el miedo que produjeron las películas previas. Pues bien, grosso modo, si ésta es su intención, vayan a ver el filme. 

Desde Actividad Paranormal, esta serie de películas siempre se caracterizó por la crudeza y la realidad que acompañaban sus premisas centrales: un ente que acecha a una persona o familia específica, donde ésta posteriormente trata de entenderlo acudiendo a expertos y después acabarlo o huir de él, con terribles consecuencias para ellos. 

Sin embargo, esta nueva entrega parte de los hechos presentados en la segunda parte, donde Katie y Hunter fueron poseídas por la entidad y desaparecen sin dejar rastro. Es a partir de esta hecho que la nueva entrega siembra las pistas (lo que le ocurrió a estas niñas) que estructuran el guión y que dan pie a los mortales eventos con que Ryan, Emily y Leila se encuentran a su paso, donde mucho de lo que ocurrió en la segunda parte (que, en el universo de la saga, data de 1992 aproximadamente) parece tener mayor envergadura para esta ocasión. 

Y es que fuera de la fórmula propia de la franquicia, tenemos ahora sí la presentación del demonio que acecha a los humanos y que logra su cometido de asesinatos con un propósito específico: poseerlos. Puede ser debatible el recurso narrativo de cámara en mano, en términos de beneficio o perjuicio, y el conteo (créditos a edición) de las horas y los minutos para que el suspense nos mate, por un lado claro; por el otro, para que la presión y la angustia nos invadan y acompañemos de forma "realista" a los personajes en su travesía por descubrir el origen de estos extraños acontecimientos que ahora se ciernen sobre ellos. 

Como en toda cinta original, estoy seguro de que ninguna será como la primera, que marcó un parteaguas en el género, pero creo que si hay algo que puede elevar esta cinta casi tan alto como la primera, son en buena parte los efectos y el deseo tanto de los guionistas como del director por - finalmente - mostrarle al espectador las respuestas de aquellos misterios que fueron dejando en las cintas previas; esto es, la identidad de aquel demonio que buscó llevarse a sus "edecanes" para "caminar" entre nosotros.  Estoy de acuerdo en que los efectos visuales, especialmente donde la entidad parece una masa que se adhiere a las paredes, nos puede recordar con absoluta claridad al Venom de Spiderman 3 (2007), pero al final no es tan contraproducente como se podría pensar, ya que ese diseño característico hace ver a la entidad como algo natural y verdaderamente demoníaco. 

Sería, al final, la sustancia nuclear que compense y justifique todo el misterio alrededor, ese terror que persigue a los protagonistas, que no los dejó en paz nunca y que estuvo dispuesto a asesinar a cuantos se cruzaran en su camino. Puntos aparte la actuación de cada elenco por resultar creíble, y además (perdonen ustedes), el atractivo visual de cada cinta, que entretiene bastante y hace más cómoda la función. 

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