Cuando se toman libertades agridulces.
Recuerdo cuando vi el animé Death
Note por primera vez. Fue algo asombroso, absorbente y complejo.
Estos adjetivos se los otorgo porque encontré en ese animé algo que me llamó la
atención bastante: una historia sobre justicia vista desde dos perspectivas
diferentes. Cada una igual de válida que la otra, no obstante, matizadas por
contextos desiguales. Esta ingeniosa propuesta trajo consigo protagonistas
verdaderamente interesantes: uno demasiado brillante y el otro demasiado
intuitivo. Así, la trama y sus conflictos respectivos en Death
Note se basaron en un trepidante juego entre el gato y el ratón, donde
uno es el muchacho más inteligente de su escuela y el otro el detective más
famoso del mundo. Dos piezas en un rompecabezas que da para las mejores
historias de misterio, persecución y acción psicológica desbordante.
El ambicioso proyecto inicialmente fue
liderado por Warner Bros., quien luego de conocer el nivel de
violencia gráfica de la historia, desistió. Entonces el proyecto cayó en manos
de NETFLIX bajo la dirección de Adam Wingard. ¿El
resultado? Un producto regular que captura algunos elementos esenciales de la
historia. El director ya había señalado que estaba plenamente consciente de las
críticas positivas y negativas que recibiría y, aun así, se aventó a proponer
algo. Por ese lado lo respeto y le aplaudo la valentía. Sumado al logro de su
participación creativa estaba el hecho de tener a Nat Wolff en
el estelar. Y eso fue lo más me preocupaba, pues en Ciudades de
Papel fue casi inexpresivo...o estuvo mal dirigido. Ahora compruebo
que fue lo segundo. Nat interpreta aquí a la versión americana de Light
Yagami en Light Turner, y por igual a la versión americana
de Misa Amane en Mia (interpretada por
Margaret Qualley), quien hacia el clímax termina siendo la revelación que une
varias piezas narrativas dispuestas a lo largo de la historia. Ahora bien, ESTA
versión de Death Note no sería absolutamente nada, ni un poco
interesante, de no ser por la inteligentísima elección de Willem
Dafoe para el papel del Shinigami Ryuk.
Se ha dicho en varios foros de internet
que ésa fue la mejor elección de todo el elenco y...es verdad. Su voz es
simplemente perfecta. Con sencillez y profesionalismo, Dafoe encierra la
locura, el misterio y el encanto excéntrico del Dios de la Muerte, siendo el
elemento más apegado al material original, aun en sus breves apariciones.
Incluso su diseño y caracterización están espectaculares. Caso ligeramente
contrario en L, interpretado aquí por Keith Stanfield, quien recoge
el particular modo de sentarse del antagonista de Light y su agudo intelecto.
No recuerdo que el personaje original fuera un adicto al azúcar, pero eso es
irrelevante, pues logra plasmar el intelecto, la sabiduría y profunda
perspicacia de L, así como su férreo compromiso para con la justicia.
Lo importante de esta película cortesía
de NETFLIX es que Wingard, a pesar de las notables diferencias
con el animé/manga base, logra sacar parcialmente adelante un producto que se
siente apresurado en varios momentos, despojando a la historia de la tensión
emocional necesaria, y reduciendo mucho la experiencia visceral del animé.
Además, el duelo intelectual entre los protagonistas se reduce a un par de
encuentros, limitando el número de ayudantes de L a un solo
"asistente" aquí en la película. Y sin contar que la tensión sexual
entre Light y Mia es mucho más intensa, cuando en el animé es algo
prácticamente secundario. Sí, el director afirmó contundentemente que esta
sería SU versión, pero aun así...
¿Vale la pena verla? En primer lugar, sí,
principalmente porque Wolff no es tan mal actor como pensé y segundo porque la crítica
a la justicia que el animé aporta aquí es débil, pero está presente. Agradezco
personalmente a Willem Dafoe por su icónica participación, por haber sido
espectacular y porque el producto final no es tan malo como creí que
sería.
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