Una precuela decente.
Me resulta difícil hablar de esta película.
No sé por dónde comenzar: efectos, dirección, actuación, historia o duración. Puedo
iniciar diciendo que la protagonista Janice (Talitha Bateman) es
estupenda en su papel. Porque, primero, es la más empática con una cinta que,
de entrada, te pide que como espectador sigas creyendo en la mitología de
horror que James Wan propuso con el El Conjuro sin que ésta se sienta
"desgastada"; y segunda, porque la actriz logra imprimir un lado
emocional realmente convincente en su personaje. Es el primer personaje que, contra
las indicaciones que se le dan, se arroja de lleno a descubrir los misterios de
la casa a la que la llevan como Orfanato. Es el personaje #1 en advertir el mal
que los acecha paulatinamente a todos, con bondad o no incluida y, por cierto,
el más humano al padecer una condición física que la vulnerabiliza frente a los
demás.
Y ese mal, que sabemos que despertará
eventualmente en la horrorosa muñeca, tiene un particular interés en las niñas,
un interés demoníaco que, naturalmente, llevará (o intentará hacerlo) a todos
los implicados a la perdición final. Todo comienza con Samuel Mulligan (Anthony
LaPlagia), un vendedor de muñecas que junto con su esposa (Miranda Otto),
tras un desagradable accidente, pierden a su pequeña hija. Doce años después,
usan su casa como orfanato, todo con la condición de que los huéspedes no
entren en el cuarto de la pequeña, ahora convertido, al estilo "tema
budú", en un santuario donde el mal ha sido encerrado. Y como sabemos,
Janice será la primera en descubrirlo, eventualmente temerlo y...bueno, véela.
Es un filme empático porque, y creo que va
por ahí la cosa, a diferencia de la primera Annabelle, aquí nos
encontramos ante una cinta que juega mucho más con la riqueza emocional de sus
personajes, con su psicología, instantes entre los que las subtramas y las
motivaciones de varios personajes se empalman de una forma orgánica. Es el caso
de las guapas Grace Fulton y Philippa Coulthard, quienes
se ocupan de encarnar a las adolescentes escépticas que serían
víctimas de la maldad en cuestión.
Lo más digno de la cinta es que funciona
perfectamente como una precuela, respetando los elementos de la cinta de Wan, y
ahí es aplaudible, pues lo realista nunca se pierde de vista, bueno, en
general; hay momentos donde la risa le resta credibilidad a lo que vemos, pero
grosso modo, tenemos todo ahí. El director es David F. Sandberg,
sí, el realizador de Lighst Out y, por tal motivo, es evidente el
manejo en el sonido, el montaje, el uso de luces y sombras y así como el toque
con que crea tensión, misma que personalmente encontré decente. Nada fuera de
lo común, pero eso sí: puedo asegurar que es un director que sabe mover los
hilos narrativos en las películas de terror. No creo que sepa colocar la
música, pero sí la escoge bien; la atmósfera es adecuada y desde el primer
susto se convierte en una soga que nos impide respirar.
Tiene sustos muy interesantes, otros son
predecibles especialmente por el manejo de la cámara, y aunque de nueva cuenta
tenemos el clásico momento del cura protegiendo el lugar de la actividad
demoníaca, ésta es nuevamente mermada por el espíritu humano, no por la
presencia de un representante de Dios. Recomiendo Annabelle 2: la
creación porque es contundente su compromiso con el universo fílmico
al que apela, porque coloca las piezas de una forma congruente y porque sus
personajes principales son entrañables. ¿Tiene historia? ¿Columna vertebral?
¿Guión sólido? Pues...tendría mis dudas. No sé si como tal tiene una estructura,
ya que por esto El Conjuro sigue siendo LA cinta de terror de
nuestros tiempos: la película de los Warren goza de momentos tétricos realmente
efectivos, tiene una historia muy bien construida detrás, además de personajes
convincentes, emotivos y eficientes. Con Annabelle -ambas
cintas-, tenemos los sustos, pero sigo percibiendo la trama como un elemento
rudimentario porque es muy básica: muchas veces da la impresión de que asusta
por asustar, sin motivos, sin un porqué fortalecido.
Habrá que ver cómo le va en taquilla, pues
la crítica general ha sido más o menos generosa con ella. Lo verdaderamente
importante vendrá con El Conjuro 3. ¿Estará presente
Annabelle?
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