Apuntar a la expectativa cuando de películas ficcionales que combinan lo sobrenatural con lo apocalíptico se trata ya es tarea difícil, especialmente con el mar de cintas que se suscriben a este género. No son pocas las que se esfuerzan en construir un sólido misterio que se ampare en seductoras premisas, un atractivo elenco, buenos efectos especiales o diversos aspectos técnicos. Como sea, para bien o para mal, la mayor parte de la responsabilidad recae en el guión. No siempre sale victorioso.
Midnight special entra en esta categoría. Su director es Jeff Nichols (Loving -2016-, MUD -2012-, Take Shelter -2011-) quien se encarga de liderar con un mínimo de entretenimiento una cinta protagonizada en su mayor tiempo de duración por Michael Shannon (a quien hemos visto en Man of Steel, Elvis & Nixon, o incluso Revolucionary Road, por la que ganó el Óscar a Mejor Actor de Reparto) y por Joel Edgerton (The Gift, Exodus: Gods and Kings, La noche más oscura, entre otras). Lo importante de Midnight special, que para nuestro continente fue rebautizada como El elegido, es que parece tratarse de una cinta que busca atrapar al público con algo único, original y de gran calibre.
Su construcción inicial nos permite disfrutar de ese suspense bien intencionado, más aún soportada por impresionantes efectos visuales y la constante persecución de organismos gubernamentales, pero pasada la primera hora la adrenalina desciende y la tensión dramática se diluye. Entonces, como es de esperar en el género, tenemos al joven científico Sevier (Adam Driver, Star Wars Episode VII) capaz de averiguar adónde se dirigen Roy, Alton y compañía, mientras ellos sortean toda clase de adversidades para llegar a un lugar seguro. Al ver este trillado elemento, suponemos lo más obvio: este niño es especial y el gobierno lo quiere para sí. ¿Hay alguna variante? Sí. Alton es un niño de ocho años superdotado (nunca se aclara la clase de habilidades que tiene, pues sólo le refulgen constantemente los ojos...) que sólo puede "funcionar" de noche, por lo que con ayuda de su papá huyen a una zona despoblada para contribuir a su misión.
Es interesante la construcción de un personaje infantil como un ser dotado de una capacidad extrasensorial y sumamente intuitiva entre nosotros, alguien que puede percibir muchas cosas aun sin nosotros saberlo. Pero ¿no es eso insuficiente? Claro que sí. Porque si bien no es la única figura de este estilo explorada en el cine, hay buenas intenciones. Es lo que se puede considerar lo más positivo. El principal problema en Midnight special es el desarrollo del guión. Demasiado suspense para un final tan abrupto. Vemos breves destellos del origen del pequeño, pero nunca sentimos ni un cambio ni una amenaza ni un "Venimos en son de paz". Lo único que yo vi fue una ciudad muy parecida a la explorada en la Tierra del Mañana, y eso causa una mezcla de sentimientos encontrados en una película cuya atmósfera se presume diferente.
El problema del rudimentario desarrollo es lo más básico: era una cinta para mucho más acción, mucha más adrenalina, mucho más impacto. Más allá de una gasolinera o un supermercado bombardeado por una lluvia de meteoros, no hay mayor empatía por el "cuidado" de nuestro planeta. ¿Quiénes son? ¿De dónde vienen? ¿Por qué el chico terminó aquí? ¿Hay alguna enseñanza? Preguntas sin resolver. La vale la pena juntar, entre lo positivo, la buena actuación de Shannon, quien prácticamente carga con todo y la linterna humana que es su "hijo"; en un estrato similar colocaría a Edgerton, quien funge como un guardaespaldas para la familia que los protege incondicionalmente. Y a Kirsten Dunst...no le he visto mucho desde su salida de la trilogía arácnida terminada en el 2007.
Fuera de las conspiraciones a medio terminar, los efectos visuales llamativos y un misterio que no está del todo bien construido para terminar en un maizal impasible, no hay mucho que rescatar. Empieza bastante bien, pero su epílogo derrumba, como montaña rusa, una premisa que se antojaba interesante. Lástima.
Midnight special entra en esta categoría. Su director es Jeff Nichols (Loving -2016-, MUD -2012-, Take Shelter -2011-) quien se encarga de liderar con un mínimo de entretenimiento una cinta protagonizada en su mayor tiempo de duración por Michael Shannon (a quien hemos visto en Man of Steel, Elvis & Nixon, o incluso Revolucionary Road, por la que ganó el Óscar a Mejor Actor de Reparto) y por Joel Edgerton (The Gift, Exodus: Gods and Kings, La noche más oscura, entre otras). Lo importante de Midnight special, que para nuestro continente fue rebautizada como El elegido, es que parece tratarse de una cinta que busca atrapar al público con algo único, original y de gran calibre.
Su construcción inicial nos permite disfrutar de ese suspense bien intencionado, más aún soportada por impresionantes efectos visuales y la constante persecución de organismos gubernamentales, pero pasada la primera hora la adrenalina desciende y la tensión dramática se diluye. Entonces, como es de esperar en el género, tenemos al joven científico Sevier (Adam Driver, Star Wars Episode VII) capaz de averiguar adónde se dirigen Roy, Alton y compañía, mientras ellos sortean toda clase de adversidades para llegar a un lugar seguro. Al ver este trillado elemento, suponemos lo más obvio: este niño es especial y el gobierno lo quiere para sí. ¿Hay alguna variante? Sí. Alton es un niño de ocho años superdotado (nunca se aclara la clase de habilidades que tiene, pues sólo le refulgen constantemente los ojos...) que sólo puede "funcionar" de noche, por lo que con ayuda de su papá huyen a una zona despoblada para contribuir a su misión.
Es interesante la construcción de un personaje infantil como un ser dotado de una capacidad extrasensorial y sumamente intuitiva entre nosotros, alguien que puede percibir muchas cosas aun sin nosotros saberlo. Pero ¿no es eso insuficiente? Claro que sí. Porque si bien no es la única figura de este estilo explorada en el cine, hay buenas intenciones. Es lo que se puede considerar lo más positivo. El principal problema en Midnight special es el desarrollo del guión. Demasiado suspense para un final tan abrupto. Vemos breves destellos del origen del pequeño, pero nunca sentimos ni un cambio ni una amenaza ni un "Venimos en son de paz". Lo único que yo vi fue una ciudad muy parecida a la explorada en la Tierra del Mañana, y eso causa una mezcla de sentimientos encontrados en una película cuya atmósfera se presume diferente.
El problema del rudimentario desarrollo es lo más básico: era una cinta para mucho más acción, mucha más adrenalina, mucho más impacto. Más allá de una gasolinera o un supermercado bombardeado por una lluvia de meteoros, no hay mayor empatía por el "cuidado" de nuestro planeta. ¿Quiénes son? ¿De dónde vienen? ¿Por qué el chico terminó aquí? ¿Hay alguna enseñanza? Preguntas sin resolver. La vale la pena juntar, entre lo positivo, la buena actuación de Shannon, quien prácticamente carga con todo y la linterna humana que es su "hijo"; en un estrato similar colocaría a Edgerton, quien funge como un guardaespaldas para la familia que los protege incondicionalmente. Y a Kirsten Dunst...no le he visto mucho desde su salida de la trilogía arácnida terminada en el 2007.
Fuera de las conspiraciones a medio terminar, los efectos visuales llamativos y un misterio que no está del todo bien construido para terminar en un maizal impasible, no hay mucho que rescatar. Empieza bastante bien, pero su epílogo derrumba, como montaña rusa, una premisa que se antojaba interesante. Lástima.
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