Viral. Un nuevo tipo de sanguijuela.

Si piensas que la foto es grotesca, estás en lo cierto. ¡Qué asco! Y la verdad no hay mejor forma de definir esta cinta. Un asco, pero este mal sabor yace más en su tratamiento que en la temática que supuestamente exploran: la clásica historia de un virus que se esparce en una ciudad y ahora los zombies tocan a la puerta. Y cuando puse supuestamente me aguanté las comillas. Una vez que el primer acto arranca, te da la sensación de que sus directores Henry Joost y Ariel Schulman creen si pagas por ver la película es porque dominas, de entrada, el tema del virus. Ya sea por cuestión de haber visto la infinidad de cintas que han tocado el tema como por la cuestión biológica. Y está bien, desde esa perspectiva es perdonable que no quieran adentrarse mucho en la teoría, pero cuando los créditos finales se anuncian, la decepción se apodera de ti. 

Tu molestia surge porque te percatas de que el tema del virus es la excusa narrativa contextual para platicarte un drama familiar adolescente. De ahí que surjan algunas incongruencias, que veas poco el efecto mundial y que los guiños a los típicos problemas políticos que esta clase de situaciones acarrean sean abordados tangencialmente. Hay escenas sexuales típicas y momentos de suspense míninamente elaborados, especialmente por la linda protagonista Emma (Sofia Black-d´elia- ¿recuerdas la película de Bay titulada Almanac Proyect?), quien termina siendo el elemento inteligente en la cinta. El drama familiar ofrece poca profundidad debido a la diferencia de temperamento entre las hermanas, círculo emocional dañado en el que también está Michael Kelly (¿recuerdas a Lombard en El Hombre de acero?) como el papá de ambas chicas.  

Quizá la única aportación a secas sea el drama familiar, pues un recurso evidente con el propósito de "refrescar" al género que propusieron los directores y los guionistas Marshall y Landon es que, en lugar de presentar a los personajes en una lucha por la supervivencia en plena ciudad donde el riesgo acecha en cada esquina, aquí todo sucede "en familia" y pues en familia se quedó. No se muestran los daños colaterales, sólo comida, miradas coquetas, primeros planos, un constante uso de la belleza primaria de Sofia, un besuqueo que tarda muuuuuucho en aparecer, pero...nada más; y la escasez de giros y extensión en el argumento se llevó a la tumba las incongruencias. Una cinta muy poco recomendable.