Desde su publicidad, Treintona, soltera y fantástica, cuyo estelar queda a cargo de la sensacionalista Bárbara Mori, la cinta tuvo mucha atención y generó tanta curiosidad que pagar por boleto representa toda una odisea. Literal. Y es que la que fuera la protagonista de la legendaria Rubí, regresa a la pantalla grande con la que creo es su cinta más definitoria, madura, divertida y familiar para todo público de 15 años en adelante.
Mori interpreta a Inés, una mujer de treinta y... años que, de repente, se ve inmersa en la reflexión: ¿Qué Proyecto de vida construir?, así que termina con el novio que tiene hace 7 años y comienza un viaje de introspección personal para definirse a sí misma. Probablemente esto te suene al sermón cotidiano, aquel que incluso tu abuela te da cada domingo después de la misa, pero lo cierto es que el guión de la cinta te impacta, te influye de una manera bastante propositiva, una manera en la que ríes, te identificas, lloras, te impresionas, empatizas con la protagonista, al mismo tiempo que tienes la oportunidad de pensar qué harías tú en cada una de las situaciones que ella enfrenta.
Y es que a diferencia de títulos como Me estás matando Susana, donde el eje narrativo es aprender a dejar ir las cosas y las personas para alcanzar nuestro crecimiento personal, o de títulos como No manches, Frida donde la vida te cambia cuando menos te lo esperas, Treintona, Soltera y Fantástica puede sentirse como un producto más que aceptable, que en primera instancia está dirigido a las mujeres, pero con mensajes que nos incluyen a nosotros los hombres. Sus ocurrencias se instalan en una atmósfera de familiaridad apoyada de diálogos y situaciones que ironizan los momentos puramente mexicanos en eventos clásicos: una boda, ir de antro, una borrachera (o como los adolescentes dicen, una "peda"), y ese objetivo se cumple: la audiencia ríe montón de veces; te la pasas bien.
Bárbara Mori demuestra un carisma natural, acompañado de una inocencia que vuelve creíble su personaje, donde el choque generacional está presente y que recuerda, por momentos, a la cinta americana de De Niro y Hathaway Pasante de moda, como una comedia donde lo que importa es lo que se puede aprender de la representación de épocas distintas. Viejos estelares de TELEVISA no se hacen esperar, e incluso sus actuaciones contribuyen al funcionamiento orgánico de la cinta, promoviendo el análisis "¿Es realmente necesario tener pareja en la vida?", y al profundizar en este fenómeno social impactan de lleno, y con profundo acierto, en la cultura mexicana. En un momento donde se pone en duda el matrimonio y se busca reflexionar y conocer los propios y verdaderos deseos, esta cinta cae muy bien como un entretenido análisis sobre nuestra misión personal como individuos. Y, como dijo Kirtash, estamos en un mundo donde las culturas dictan que las reglas son prioridad por encima de los verdaderos sentimientos, cuando son estos los que deberían regir nuestras vidas, ¿a poco no?
Una flaqueza es que, a diferencia de las producciones mexicanas arriba mencionadas, la guapa Natasha Dupeyrón sale poco en la cinta y el choque generacional no es tan intenso, sino que es sutil. La referencia a la película de De Niro es más debido al efecto que las costumbres y el entorno provocan en Inés cuando decide "despertar" y rehacer su vida, pues su liberalismo confronta paulatinamente los convencionalismos de una cultura tan coercitiva como la nuestra. Y ese cuestionamiento es otro punto a favor. Muy recomendable, pues aunque sus mensajes son básicos y conocidos, el tono que maneja es excelente y no paras de reír.
Mori interpreta a Inés, una mujer de treinta y... años que, de repente, se ve inmersa en la reflexión: ¿Qué Proyecto de vida construir?, así que termina con el novio que tiene hace 7 años y comienza un viaje de introspección personal para definirse a sí misma. Probablemente esto te suene al sermón cotidiano, aquel que incluso tu abuela te da cada domingo después de la misa, pero lo cierto es que el guión de la cinta te impacta, te influye de una manera bastante propositiva, una manera en la que ríes, te identificas, lloras, te impresionas, empatizas con la protagonista, al mismo tiempo que tienes la oportunidad de pensar qué harías tú en cada una de las situaciones que ella enfrenta.
Y es que a diferencia de títulos como Me estás matando Susana, donde el eje narrativo es aprender a dejar ir las cosas y las personas para alcanzar nuestro crecimiento personal, o de títulos como No manches, Frida donde la vida te cambia cuando menos te lo esperas, Treintona, Soltera y Fantástica puede sentirse como un producto más que aceptable, que en primera instancia está dirigido a las mujeres, pero con mensajes que nos incluyen a nosotros los hombres. Sus ocurrencias se instalan en una atmósfera de familiaridad apoyada de diálogos y situaciones que ironizan los momentos puramente mexicanos en eventos clásicos: una boda, ir de antro, una borrachera (o como los adolescentes dicen, una "peda"), y ese objetivo se cumple: la audiencia ríe montón de veces; te la pasas bien.
Bárbara Mori demuestra un carisma natural, acompañado de una inocencia que vuelve creíble su personaje, donde el choque generacional está presente y que recuerda, por momentos, a la cinta americana de De Niro y Hathaway Pasante de moda, como una comedia donde lo que importa es lo que se puede aprender de la representación de épocas distintas. Viejos estelares de TELEVISA no se hacen esperar, e incluso sus actuaciones contribuyen al funcionamiento orgánico de la cinta, promoviendo el análisis "¿Es realmente necesario tener pareja en la vida?", y al profundizar en este fenómeno social impactan de lleno, y con profundo acierto, en la cultura mexicana. En un momento donde se pone en duda el matrimonio y se busca reflexionar y conocer los propios y verdaderos deseos, esta cinta cae muy bien como un entretenido análisis sobre nuestra misión personal como individuos. Y, como dijo Kirtash, estamos en un mundo donde las culturas dictan que las reglas son prioridad por encima de los verdaderos sentimientos, cuando son estos los que deberían regir nuestras vidas, ¿a poco no?
Una flaqueza es que, a diferencia de las producciones mexicanas arriba mencionadas, la guapa Natasha Dupeyrón sale poco en la cinta y el choque generacional no es tan intenso, sino que es sutil. La referencia a la película de De Niro es más debido al efecto que las costumbres y el entorno provocan en Inés cuando decide "despertar" y rehacer su vida, pues su liberalismo confronta paulatinamente los convencionalismos de una cultura tan coercitiva como la nuestra. Y ese cuestionamiento es otro punto a favor. Muy recomendable, pues aunque sus mensajes son básicos y conocidos, el tono que maneja es excelente y no paras de reír.
Nada que ver con la película de Robert de Niro. Cuando ví está película con una amiga, teníamos 29 años y estábamos solteras. Nada que ver, por demás absurdas situaciones que definitivamente no creemos que sucedan, fue exagerada y ridícula. Bárbara Morí es muy guapa y excelente actriz, pero se equivocó al comenzar a hacer películas, algunas en donde ella se ve involucrada en la producción. Son películas huecas y tontas. Mejor se hubiera quedado en papeles de villana que le quedan perfectos.
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