Crítica a Mazinger Z




Mazinger Z, rodeada de clichés y referencias, sufre de una narrativa escueta que no le permite arrancar.

Esta serie japonesa fue creada, en toda la extensión de la palabra, por Gō Nagai. Como manga, animé, e inclusive como guión. Pero aquí hay algo importante y es el marco teórico de la época en que surgió esta historia: en los primeros vistazos de su ficción, este robot fue el primer gigante tripulado por humanos. Lo que nos lleva a valorar la visión científica del creador en relación a su propio mundo. Como pasara con Julio Verne en sus novelas, aquí parece que estamos ante la propuesta visionaria de un autor de época que busca trascender. ¿Lo logra? Veamos... 


Es importante señalar que Mazinger Z fue, de algún modo, el precursor de una tendencia narrativa que luchó por encontrar su estilo, que desde luego no es innovador, pero que fue lo suficientemente "sólido" como para que otros mangas tales como Voltron,  MacrossRobotechGundamTransformersArbegas y muy especialmente Evangelion tuvieran con qué inspirarse. 

La historia, cuyo desarrollo resulta sumamente débil por su poca narrativa, relata la lucha entre un grupo de científicos liderados por el Doctor Hell (muy original el nombre...) que, muy a la Pinky y Cerebro (1995-1998), busca conquistar al mundo matando a Juzo Kabuto


Es en este "entorno de acción" donde conocemos a los que serán los sub-protagonistas de la historia (el mero mero es el inmenso robot). Está el profesor Juzo Kabuto, el científico que trabaja lucha en beneficio de la humanidad, contrario al Dr. Hell; luego están los jóvenes, comenzando por Koji y Shiro Kabuto, quienes se encontrarán en medio de esta batalla. 


Después de conocerlos, podemos poco a poco deducir la trama, que resulta en una lluvia de clichés: desde el científico loco con planes de conquistar al mundo, el joven con peinado a la Oliver Atom, que resulta ser el elegido con las "habilidades" necesarias para combatir el mal cuando ni siquiera sabe controlar la enorme maquinaria...; el abuelo ocultando el secreto más grande de su vida y que, cuando lo va a transmitir, muere; la inesperada fémina valiente que llega justo en el clímax, etc.


Las hazanas de Koji Kabuto son tan poco creíbles, incluso las compartidas con su hermano, que terminan por lucir exageradas, aun para tratarse de un animé de los años 70. Sólo una escena logra arrancar una carcajada, la cual termina siendo una divertida alusión, situada en una parte de la historia donde la "acción" aparece. 


Entonces, tuve que detenerme un momento y pensar "Bueno ¿qué propone esta historia?". ¿Una aventura original? No lo creo. ¿Un joven héroe que ni pretendía serlo? Tampoco. ¿Un robot paladín de la humanidad? Quizá sí, aunque en nuestra época no resulte novedoso y sólo eso, pues también hay escenas que recuerdan a Gojira... 


Esta clase de clichés le quitan su credibilidad a una historia que realmente pudo ser entretenida. Y ni hay que preocuparse por el ritmo, ya que se mantiene gracias (o desafortunadamente) a una narrativa tan corta, que parece más un anuncio que una historia de impulso. La estética de los personajes recuerda a los primeros episodios de Dragon Ball y no creo que sea coincidencia. 


Ojalá Koji Kabuto haya sido capaz de manejar a Mazinger Z en el proceso y no haya acabado con el planeta que debía proteger...

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