HUSH. Una variante del juego entre el gato y el ratón.


¿Recuerdas al director Mike Flanagan? Sí, el que nos dio la ingeniosa Antes de despertar (2016). Pues bien, poco después nos ofreció Hush -que para nuestro continente fue bautizada como Silencio-. De inicio, y con el tema del título, no habría por qué confundirla con la cinta de Scorsese, pues nos encontramos con una temática diferente con la que sólo comparte traducción. 

Hush, así como la película ya citada, se mueve en el terreno del suspense con el mismo ingenio y destreza que Somnia, recurriendo a la adrenalina, literalmente, en todo momento. Eso sí, lo hace impecablemente, no podemos negarlo, pero pese a que el entorno donde se desarrolla la historia es limitado, es lógico pensar -como sucede- que la historia no rebasa la hora y media de duración. Justamente por eso los giros de tuerca, obedeciendo a la lógica imperante en este "microuniverso", están a la orden del día y aparecen con facilidad y notable velocidad. 

Kate Siegel es Madison Young, una escritora que debido a una enfermedad sufrida de adolescente, se volvió sordomuda desde joven. Vive en medio de un bosque para alejarse de la ciudad y terminar de escribir su novela. Una noche, su vecina llega a la puerta de su casa, apanicada y escapando de un misterioso asesino. Después de un rato, Madison se percata de que no está sola y de que hay un sujeto afuera esperando matarla sin razón aparente.

Así de sencillo y así de intenso. Hush, que técnicamente significa "Cállate", nos ofrece una emocionante jugada donde el gato (el asesino) busca por todos los medios acercarse a su presa, el ratón (Maddie), olvidando que ella tiene su entorno como ventaja y que puede recurrir a él para protegerse. Es con base en estos momentos que la módica propuesta fílmica se desenvuelve mientras sufrimos con cada decisión que ella toma, pues sabe -y tememos- que cada paso y decisión la acerca más a la muerte que a la salvación. Es una cinta perteneciente al suspense, con ligeros toques de horror gracias al manejo de la cámara, pero más allá de un entretenimiento obvio, si algo tiene de sobresaliente, a juicio personal, es que es una cinta transmutada en un personaje más, a modo de autoconciencia, como una revelación emocional dentro del personaje. Maddie es escritora, y utiliza su imaginación, sus recursos y talento para defenderse, y aunque el clímax no es tan emocionante como se espera, consigue llegar a buen puerto por la tensión dramática construida. 

Tiene pocos instantes inesperados, y los obstáculos son gratuitos, así como los diálogos, pues uno como espectador vislumbra una posible solución y visualiza que, de haber sido escrito diferente el guión, la película habría terminado antes de tiempo. Sin conflicto no hay historia; ésta peca de los clichés del género (una primera víctima, el familiar/novio que muere tratando de salvarla, y los intentos de escape). Fuera de eso, ofrece entretenimiento puro, pocas escenas visualmente agradables, y una que otra intensa en apego al dolor físico. 

La hermosa Kate Siegel estelariza, junto a John Gallagher Jr., esta historia sobre un psicópata buscando muerte y una novelista que lucha por sobrevivir para terminar de alejarse de su pasado.  

Es recomendable para pasar el rato, y porque tiene sus instantes de tensión y misterio bien manejados.  

Lo malo es que, como otras cintas, no escapa de tener escenas de acción trilladas.  

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