Una mezcla de sentimientos. El verla y el salir de la función. Así como en su momento tuve muchas ganas de ver la película de terror de las luces, pues ahora me pasó lo mismo en relación a la actriz que más me agrada: Jennifer Garner. Desde el último proyecto en que la vi a esta, tenemos un distanciamiento en personajes, uno grato, convencional, pero sumamente emotivo. Mi papá es un gato (Nine lives) es la historia donde Kevin Spacey interpreta a Tom Brand, un magnate egocéntrico y adicto a su trabajo, que tras un agradecido incidente, será convertido en gato, lo que desencadena una serie de chistosas aventuras cuya meta es sencilla: restablecer la conexión emocional con su familia.
Para lograr esto, la trama reúne la ya conocida excentricidad actoral del siempre igual Christopher Walken, actor que aquí presentó una actuación muy semejante a la de Click, pero adecuado y con propósitos que cumplen con la comedia gatuna que ahora me ocupa. Es una suerte de elenco que el trío protagónico, más la hija Rebecca Grand (Malina Weissman), en quien finalmente recaerá gran parte de la aventura, estén para iluminar el día en este comedia sobre un sujeto millonario que debe aprender la lección de no descuidar la familia (¡Ay Click!). cuando termina la función, te surge el convencimiento de que el casting fue el correcto, y digo, ¿quién no se imagina a Spacey haciéndola de carismático mamón? ¡Caramba! Hasta interpretó a un buen Luthor en Superman de 2006. El actor de la tan comentada serie House of Cards traslada su talento al de un gato, cuyas expresiones son tan claras que permiten el avance y disfrute de una cinta familiar.
Sería un error pensar que la historia es original, porque no es así. Ni siquiera la lección, pero el mayor mérito aquí consiste en la honestidad y el tratamiento que se le da al tema: no descuides a tus seres queridos. Incluye chistes bastante buenos (ni se te ocurra emborrachar a tu mascota) y algunos incluso arriesgados, pero que cumplen su objetivo; asimismo la participación de mi admirable Jennifer está a la altura, quien ofrece una vez más su carisma, amabilidad e integridad como actriz para insuflarle solidez a sus personajes. Una cinta familiar que te recomiendo mucho ver, que reúne a un elenco interesante, tanto en el plato principal, como en el secundario, donde puedes apreciar las participaciones de Robbie Amell (¿recuerdas a Raymond en The Flash?), y Teddy Sears (misma serie) como personajes secundarios; esta película te divertirá, especialmente si eres amante de los gatos. ¡Ah! Y lleva tu pañuelo, pues el tercer acto es realmente emotivo.
Para lograr esto, la trama reúne la ya conocida excentricidad actoral del siempre igual Christopher Walken, actor que aquí presentó una actuación muy semejante a la de Click, pero adecuado y con propósitos que cumplen con la comedia gatuna que ahora me ocupa. Es una suerte de elenco que el trío protagónico, más la hija Rebecca Grand (Malina Weissman), en quien finalmente recaerá gran parte de la aventura, estén para iluminar el día en este comedia sobre un sujeto millonario que debe aprender la lección de no descuidar la familia (¡Ay Click!). cuando termina la función, te surge el convencimiento de que el casting fue el correcto, y digo, ¿quién no se imagina a Spacey haciéndola de carismático mamón? ¡Caramba! Hasta interpretó a un buen Luthor en Superman de 2006. El actor de la tan comentada serie House of Cards traslada su talento al de un gato, cuyas expresiones son tan claras que permiten el avance y disfrute de una cinta familiar.
Sería un error pensar que la historia es original, porque no es así. Ni siquiera la lección, pero el mayor mérito aquí consiste en la honestidad y el tratamiento que se le da al tema: no descuides a tus seres queridos. Incluye chistes bastante buenos (ni se te ocurra emborrachar a tu mascota) y algunos incluso arriesgados, pero que cumplen su objetivo; asimismo la participación de mi admirable Jennifer está a la altura, quien ofrece una vez más su carisma, amabilidad e integridad como actriz para insuflarle solidez a sus personajes. Una cinta familiar que te recomiendo mucho ver, que reúne a un elenco interesante, tanto en el plato principal, como en el secundario, donde puedes apreciar las participaciones de Robbie Amell (¿recuerdas a Raymond en The Flash?), y Teddy Sears (misma serie) como personajes secundarios; esta película te divertirá, especialmente si eres amante de los gatos. ¡Ah! Y lleva tu pañuelo, pues el tercer acto es realmente emotivo.
No recuerdo haber visto anunciada esta película y me dan muchas ganas de verla y más al leer tu artículo.
ResponderBorrarTe sugeriría que en películas que no sean tAn populares, nos indiques en donde encontrarlas.