El expreso del miedo. Pobreza clasificada.



Habría que hacer un prudente detenimiento en la propuesta que aquí nos ocupa, que data de 2015, sobre las aportaciones críticas que realiza (segmentación social, calentamiento global y el efecto psicológico...) al género al que apela: la ciencia ficción. En este ámbito, la cinta tiene mucho que decir y también mucho que cuidar. No obstante, donde encuentro referencias, ya sean visuales o de montaje, es en otros géneros, como el histórico (tampoco es que la película se aleje mucho de esta vertiente). Lo que nos importa, en primera instancia, es el comentario social que rezuma el filme protagonizado por Chris Evans

El Expreso del miedo, podemos ponerlo así, se sitúa en un futuro distópico-post-apocalíptico donde la Tierra se ha vuelto inhóspita debido a los peligros de combinar ciencia y tecnología. Nada nuevo, sin embargo, encuentro profundidad en las vertientes en que se desarrolla: un tren con un motor aparentemente inagotable; un tipo de comida diferente; originalidad en el uso de sustancia y el concepto de trueque). Un tren que tiene divididas las clases sociales en una perfecta "metáfora literal": los pobres al fondo, los ricos hasta adelante. Aunque el universo que aquí se plantea (la escasa humanidad que queda anida en este transporte y además para siempre), que por cierto se basa en un cómic francés, tiene sus explicaciones interesantes, mismas que se traducen en vistosos análisis sobre el poderío humano, la soledad, la esperanza, el miedo, el canibalismo visual, la impotencia, las ansias de sobrevivir, el deseo de obtener la verdad, y más que nada, la importancia de cuidar nuestro planeta porque sin él, estamos fritos. 

Debo agregar que el desarrollo de la cinta, cuya estructura se asemeja a la de un video-juego, es interesante por instantes, con un Chris Evans que sostiene la historia y que demuestra su versatilidad y de una forma contundente. Digo, si en Cellular (Dir. Ellis, 2004) lo sentí muy creído, y en las entregas de Fantastic Four (Dir. Story, 2005-07) no me quitó mucho esa impresión de egocentrismo, para Capitán América las cosas cambiaron y logró callarme la boca. Ya en entrevistas, según parece, se mostró como un hombre amable y centrado. Bueno, en El expreso del miedo lo demuestra con creces. Demuestra, proyecta y deja en claro que puede desenvolverse en papeles serios, sin importar la temática y el género. En un caso similar, sino mejor, está Tilda Swinton, a quien recientemente vimos en Doctor Strange. Esta formidable actriz logra ganarse tu odio y frustración con un personaje soso pero agudo y perspicaz, desempeñando un papel importante pero fugaz acorde a sus escenas. Algo medianamente semejante a las caras terroríficas que hacía Elizabeth Banks en Los Juegos del Hambre, pero más odioso. 

Dejando de lado el aspecto positivo de la cinta, Ed Harris no me convence en su papel de "villano decente". Al final sabremos que habrá más de una muerte y que gran parte de los "buenos" serán sacrificados, pero es su resolución, es la manera de atar cabos y conclusión de las premisas, más parte de la mitología (fuera del tren nos espera la muerte) en que presumiblemente la película se sitúa, lo que no me deja contento, y no digamos su ritmo intermitente, que en varias secuencias es cansado y en otras se muestra acelerado. Ciertas escenas, a mi gusto, rayan en lo psicodélico, buscan capturar la esencia mística de la cinta, pero creo que sólo la orillan al cajón de cintas que no despegan. El filme sorprende en sus giros de tuerca, pero no sé si es por la fotografía que no me impactaron como deberían haber hecho. 

Futuro distópico. La humanidad en sus últimas etapas. Un tren que se mueve por todo el momento. un frío infernal. Me acordé de El último tren a Auschwitz (2006), cinta que sí es brutal, íntima e impactante en el sentido emocional porque conocemos más de los personajes. Fuera de las actuaciones creíbles y retazos de un futuro del que vemos poco, no recomendaría mucho la cinta. Más allá de la violencia física gore y ese aire de "matar para sobrevivir", no le veo mucho. Y si tú la encontraste espléndida y espectacular, felicidades. Yo no. 

3 comentarios:

  1. Sí esta buena, es llevar al extremo la lucha de clases sociales pobres vs ricos. Y le fue muy bien en taquilla:

    1) En Rotten Tomatoes obtuvo un 95% de nota y una media de 8,1 de 10 en un total de seis críticas.

    2) En la primera semana en la cartelera surcoreana, el film recaudó 53,6 millones de dólares siendo la décima película más rentable del país.

    3) Con 9.350.141 espectadores en la semana del estreno, la producción batió el récord de asistencia al llegar a los 4 millones a los que se sumaron 2,26 en el fin de semana.

    Deberías darle otra oportunidad.

    Firma: TACOS AL PASTOR.

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  2. Finalmente la oportunidad se topó con mi sendero y la exposición de esa cinta sub-comercial del 2013 llegó a mis ojos. La propuesta del sur-coreano Bong Joon-Ho nos advierte de muchas amenazas cercanas y toma el futuro y la ciencia ficción como excusa para evaluar lo que está haciendo la humanidad hoy en el apartado de su nada equilibrada existencia. Al inicio de historia nos sitúa en la época actual, en el —ahora viejo— año 2014 con gobiernos y demás “estrategas” buscando combatir el calentamiento global, y quienes regresan al planeta a la era de hielo. Un tren creado por un excéntrico empresario tiene el diseño capaz de soportar los perennes fríos y transporta en su interior a la humanidad superviviente. El futuro dentro de la máquina no es alentador y la oprimente oscuridad acompaña esa desolación. Como un salto cuántico la historia inicia diecisiete años en el futuro cuando los habitantes de ese tren llevan ya tres generaciones encerrados y sin saber nada sobre el exterior o sobre sus vidas en la faz del planeta. El aire destila podredumbre, ansiedad, desesperación y hambre... tal como nos ocurre hoy en día en cerca de dos tercios de la población mundial, siendo representada en el último vagón que carga consigo a la humanidad más universal: pobre, mestiza, multicultural, desamparados y anhelantes de cambio. Un caudillo se gesta entre ellos y planea encabezar una nueva rebelión (desde el principio se establece que ese intento de insurrección no es nuevo) preparando el terreno pacientemente, guiado por mensajes de un complice misterioso al otro lado de las puertas. Como buena representación del mundo moderno, los oprimidos del último vagón subsisten acuartelados por fuerzas armadas que impiden su desarrollo —como ocurre en Africa y Latinoamérica—, mismas fuerza que son comandadas por una sociedad más opulenta en los vagones frontales—como ocurre en Africa y Latinoamérica—. Y de hecho el retrato demográfico está magníficamente representado en el elenco: con personajes blancos, latinos, negros y asiáticos. Mientras que los privilegiados son todos ellos caucásicos.
    La pluralidad étnica se encuentra amontonada, privados de recursos que les son naturales pero que se canalizan para los vagones acaudalados.
    La narrativa es visualmente lateral, el desarrollo de las escenas y de las anclas dramáticas se mueven en un solo riel de derecha a izquierda siguiendo la motricidad del vehículo que carga con sus destinos, todos atrapados en decisiones, de vida y muerte sí, pero inmediatas y repletas de incertidumbre ante la estrechez de su mundo. También es interesante ver el factor luz jugando parte importante de la historia: cuando inicia partimos de una oscuridad casi total, lentamente cediendo pero nunca desaparece. Hasta un segundo acto es que aparece la luz de día, cegadora y desconcertando a los protagonistas. Al avanzar nos encontramos con ventanas y más y más iluminación, pero luego llega un punto en que la penumbra regresa, porque el poder es tan oscuro como la miseria y tanto uno como otro terminan por consumir a sus víctimas. Sugiriendo quizás que el equilibrio para el bienestar está en esa delgada línea entre sometimiento y opresión...

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  3. ...Más allá del valor futurista, la cinta nos muestra un retrato cercano de nuestra realidad como especie, con intereses turbios entre grupos pequeños que afectan, casi siempre para mal, a la mayoría, excusándose del bien mayor cuando en realidad sólo buscan mantener sus comodidades intactas y se valen de cuanto medio les es posible; desde alcahuetes infiltrados con una lealtad comprada hasta adoctrinamiento de sectores oprimidos con su dosificación a cuentagotas de bienestar para convencerles de creer en su palabra.
    Tanto Evans como Song llevan muy bien delineados sus papeles y trazan un camino en apariencia común pero que bifurca drásticamente en la última parte, mientras Curtis sigue fiel a su objetivo, Nam Goong ya tiene elaborada su alternativa y la ha estado gestando todo el camino. Nos demuestra que los hijos del hombre blanco tienden a fines simples y de visión estrecha mientras el resto del mundo se mueve por diferentes direcciones tratando de comprender mejor su función en el mismo, incluso si eso significa dejar de ser parte de ese mundo.

    Es una maravilla ver el reparto británico brillar a cada línea y cada claroscuro; Jamie Bell como el inquieto y fiel segundo al mando, Luke Pasqualino como el mudo y atlético amante de Gilliam, Tilda Swinton encarnando al líder bufonesco tal como muchos líderes fascistas de la historia moderna, John Hurt como el discreto líder de los oprimidos, cada uno llevando a sus personajes al límite y entendiendo su esencia sin necesidad de expresarlo verbalmente. Porque si hay algo demeritorio en un medio audiovisual como el cine es la incapacidad de un realizador comunicar sin palabras. Lo que sea.
    Bong demuestra a cada paso que los discursos, los dilemas y toda la parafernalia verborreica del hollywood de superhéroes sobra, cuando un buen movimiento de cámara, una edición bien lubricada o un gesto del actor son suficientes para transmitir una idea concreta y completa. No obstante encuentro fascinante la esperanza, o tal vez falsa esperanza, al final cuando vemos que los dos personajes que finalmente salen del tren son la chica coreana y el niño negro, vislumbrando la evidencia de vida más allá, señalando que la mayoría racial terminará por recuperar su dominación en un mundo hostil y listo para morir.

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