Crítica a Liga de la Justicia: Perdición




Justice League: Doom profundiza en el concepto de equipo. Vandal Savage es un villano con motivaciones exageradas.

El origen de Batman es conocido por muchos, brevemente por un servidor, pero más que nada nos lleva a razonar sus capacidades y más aún por qué se argumenta es capaz de derrotar incluso a su propio equipo si se lo propone. La realidad…es que ya lo hizo.

Liga de la justicia: Perdición (Justice League: Doom) explora uno de los miedos [justificados] del Caballero Oscuro: una liga de la justicia sin control. Decidido a proteger a la humanidad incluso de sus más cercanos aliados crea una estrategia ultra-secreta basada en las debilidades de los demás miembros, sin imaginar que laLegión del Mal (conformada por los villanos de cada uno de ellos) robará sus planes para destruirlos.

Ésta es la película número 13 en el universo DC, es otra de las colaboraciones de Laura Montgomery en la silla de directora además de que la historia fue escrita por el difunto Dwayne McDuffie. Como en ocasiones anteriores, puede conjeturarse de que sea esta aventura una secuela directa de Crisis en Dos Tierras, simplemente por el diseño de personajes utilizados aquí.  En este sentido, el diseño de arte le hace buena competencia al actual de Los Nuevos 52.

Conocemos a los protagonistas, y más aún a los actores que les dan vida (Kevin Conroy, Tim Daly y compañía…) de manera que el proyecto nos resulta familiar y esto es un punto a favor. Montgomery hace gala, una vez más, de sus habilidades dirigiendo actores y dándole un curso apropiado a la historia; logra que empaticemos tanto con héroes como con villanos; su empeño no permite observar cómo es realmente un trabajo en equipo cuando se tiene una estrategia y una coordinación, generando intimidad por la trama de 77 minutos de duración.

La historia es buena, los personajes se sienten temerarios, desarrollados, con motivaciones reales. El "negro en el arroz" es el villano principal. Un inmortal que desea acabar con el planeta para sembrar una nueva humanidad. Suena trillado. Se entiende y acepta la historia del personaje, pero si tan solo le hubieran dado una motivación más original se habría sentido un verdadero reto para los héroes. No se siente eso.  

El ritmo no decae pero sí cambia entre escenas; sintiéndose ameno y le otorga su importancia debida a la historia, pues brinda versatilidad y logra que el suspense se sienta como un personaje más.

La producción en general a cargo de Warner Bros., es impecable. Los encuadres, la animación, los efectos de sonido juegan un papel determinante aquí manteniéndose a la altura de los demás filmes de la casa editorial. Aquellos avezados en la cronología de películas saben que ésta es la última en dirección a FlashPoint.


Al final, todos nos asombramos al reconocer la postura de Batman y nos hace preguntarnos su potencial dentro o fuera de la liga. “Trabaja mejor solo” señalan algunos. Sí, que el sujeto es orgulloso y arrogante no es noticia nueva, pero es humano y todos necesitan ayuda alguna vez.

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