Por EdSQ.
La primera temporada fue una arriesgada apuesta que a un servidor le agradó bastante. Aunque con sus propias libertades, mostró una fidelidad acertada al impreso que agradecí mucho, pues es sabido que no toda adaptación de un libro, o cómic, sale triunfante en su paso por la pantalla grande o chica. Pero ocurre también que Memorias de Idhún goza de una inmensa cantidad de admiradores (servidor incluido) y es justo ese factor su mejor cualidad y su mayor perdición.
El guion supo adaptar la psicología de los personajes y, aunque sí fue evidente el “recorte” de escenas, diálogos o momentos que ocurren en el libro, no disminuyó la calidad y la aventura resultó intacta. Porque la emoción que los libros me causaron estuvo, casi toda, en la serie. Punto y aparte en la magnífica animación; un verdadero plus. Vi al Jack temeroso, confundido por no saber qué ha pasado con su familia, rápidamente transportado a un mundo desconocido y siendo enterado de una guerra milenaria, conociendo a Victoria, una enigmática, agradable y bondadosa chica de su misma edad.
Conoce a Shail y Alsan, aliados y más adelante a sus potenciales enemigos: Kirtash y Elrion. Así, el muchacho se embarca en una aventura que, entre otras cosas y como ocurre en el libro, incluye un paso a la madurez. Aquella idea que nos toma por sorpresa, no nos deja respirar y, súbitamente, se convierte en la diferencia entre perder o ganar, vivir o morir, avanzar… o retroceder.
Memorias de Idhún permanece con cariño en la mente (no digo “memoria” porque sería redundante) de un servidor porque es una trilogía que le enseñó a creer en lo imposible, a entender que el amor es libertad, no represión, retención u omisión. No, cuando se ama se es, se deja ser. Punto. Eso lo aprendí con Kirtash, mientras que Victoria y Jack representan valores más tradicionales y conservadores, pero no menos relevantes. Valentía, perseverancia, la virtud del lazo, de la conexión y la comunicación, así como la evolución, las “fronteras” y la dicha de la curiosidad, de saber conocer tiempos y mucho más. Esta segunda parte conserva, a título personal, varios de los aciertos de la primera, pero también deja de lado circunstancia específicas con peso de trasfondo que en el libro tienen cierto impacto, en el presente o a futuro. Y eliminarlas fue… desconcertante.
Desafortunadamente, la adaptación no fue del gusto de autora ni fans en su tierra origen, así que Netflix, aparentemente, canceló toda posibilidad de abrir el camino a la tercera temporada.
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