BrightBurn: hijo de la oscuridad



Con huecos argumentales y apenas un vistazo al concepto de un Superman maligno, Brightburn solamente se salva por la actuación del elenco protagónico. 


6.5

Tipo de artículo:
Crítica.

Deseaba mucho, mucho, ver esta película, por dos razones: James Gunn y el concepto de un Superman maligno. Es algo muy discutido entre los que somos fanáticos de cómics y pues ver una propuesta que explorara —o intentara hacerlo— la idea de un ser vivo con capacidades sobrehumanas que reta a la Humanidad es algo intrigante, atractivo y digno de ver. Hay mucho sobre cómo explotar el concepto, profundizar en él y llegar con una «fábula» al final del día, pero ¿qué tanto de esto hay en BrightBurn? A ver...

No es una sorpresa ni para mí ni para ti que la narrativa de esta película sigue los pasos del origen de Superman. Por lo mismo, varios elementos son de esperar (su llegada en una nave espacial, los granjeros que desesperadamente quieren tener hijos, el descubrimiento de sus poderes...); otros, son una mera sorpresa que contribuye al "desarrollo" de personajes o simplemente están ahí para incrementar la tensión donde es necesario para hacerme saber, a mí como espectador, el terror que los protagonistas viven.

Desde que escuché sobre esta cinta, me motivaba el ver cómo explorarían el concepto del Superman malvado, ese que consideran más «realista» que el que conocemos tú y yo. Un ser sobrehumano que no se rige por una moralidad cristiana, por un deseo de bondad, de hacer el bien, sino el Superman, el súper-hombre, el ser vivo que, descubriéndose capaz de acciones sobrehumanas, lleva su esencia al límite, destruyendo, tomando y haciendo su voluntad, sin importar qué se le cruce enfrente.


Muy interesante hasta aquí, el problema es que toda la ejecución que veo en ello, en esta cinta, es plana, bastante pobre y con mediocres intentos de profundizar en el porqué sin realmente establecer una justificación adecuada, sólida. La transformación en el ser maligno está pobremente justificada, porque entre el descubrir las capacidades y el acoso escolar, hay un trecho apenas creíble para pensar que este chico súper-poderoso TIENE motivos de sobra para ser un Ku Klux Klan alienígena. Y si a ello le agrego el contacto telepático-onírico-mórbido que tiene con sus "orígenes", pues... lo estimo sacado de la manga. Pasa...porque sí, sin más. Más allá de unos dibujos "dibólicos" que el chico recrea y conserva en secreto, no hay explicación, no hay profundidad, todo es relegado a un "misterio" que no termina ni de despegar, ni de aclararse ni de aportar algo a la trama.

Sus poderes, por otro lado, son vuelo, súper-fuerza y expulsar rayos de calor por los ojos. Quiero suponer que posee todos los de Superman, pero dado el marco de incongruencia que rodea la cinta, ni es necesario ni tampoco relevante averiguarlo. Lo que sí es que este chico tiene un gusto por la sangre, especialmente por la cruel manera en que asesina a sus víctimas. Aquí es donde entra el suspense, y por la forma en que asesina a la mamá de la chica que le "gusta", se nota el odio; ¿de dónde viene y por qué fue enviado a la Tierra? Ya el cómo asesina a la señora es algo que el guion me revela tétricamente rumbo al clímax.


Porque mientras eso ocurre el chico va rebelándose, va descubriendo que puede más, que hará más, ¿a costa de qué? En este punto de la historia sucede algo que me pesa, me molesta y me irrita sobremanera: que director y guionistas se apoyan del vacilante recurso de hacer que el papá intuya de qué es capaz realmente su "hijo" y que su mamá no, que sea él quien lentamente pierda la paciencia hasta morir intentando proteger a su mujer, porque, vamos, su muerte es GRÁFICA a niveles crueles. Y el chico Brandon, interpretado por Jackson Dunn, es impasible, impertérrito y casi hermético.

Su actuación me parece una muy delgada línea entre la indiferencia y la inexpresividad, que puedo decirte, va a tono con la latente monstruosidad que crece en su interior; porque la maldad no siempre es expresiva, sino oscura, invisible, pero certera. Y ESO, ESO Brandon lo expresa con creces. Porque si me concentro únicamente en él, en su arco emocional, en la manera de cómo percibe el mundo (extraterretre, incomprendido, ignorado, abusado y detestado), encuentro completamente justificable su accionar, desde la perspectiva humana, que no alienígena porque eso queda como mero borrador sin llegar a expandirse.


Y para cuando las autoridades unen los cabos sueltos y se dirigen al hogar de los Dunn, la situación es grave, porque la mamá no tiene defensa y se apoya inútilmente en la fe por su hijo, por lo que siente hacia él. Pero ¿será suficiente? Y cuando piensa en maneras de calmarlo, de mitigarlo y acabar con el caos a su alrededor, recuerda que su hijo no es invencible, que tiene una debilidad. Aquí no hablamos de kryptonita, pero sí de algo similar. Y la mamá estuvo a punto de ganar la guerra, sino fuera porque resulta terriblemente OBVIA al intentar detenerlo. Esto da pie a un final por demás agrio, feo, que certeza de la atrocidad que tiene por hijo, del mal que encarna el chico.

Pero qué maldad...

Conclusión:
BrightBurn es una cinta palomera, entretenida, que bosqueja a un Superman malvado sin volverlo congruente en todos los aspectos posibles. Contrario a sus ENORMES puntos flacos, sus problemas y carencias, tiene efectos decentes y pues... te divertirá por un rato. 

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