El Mundo Oculto de Sabrina


No apta para creyentes.



Cuando supe de la reinvención de Sabrina, seguí todas las pistas/noticias relacionadas al proyecto. Si bien esta adaptación de NETFLIX está inspirada en los Archie Comics (de los cuales es preciso que aclare no sé nada), me llamó la atención por las mínimas referencias a la comedia televisiva de los años 90, en la que Melissa Joan Hart fue protagonista y cuyo trabajo histriónico recuerdo con alegría.

Para esta nueva versión, que dista muchísimo en tono, ambientación y algunas importantes piezas que caracterizaron mucho a la comedia nostálgica, NETFLIX le da un giro al concepto -quiero pensar- por fidelidad a las historietas a las que se apega, con el riesgo probable de perder parte de su audiencia, pero ganando adeptos mucho más puristas en cuanto a calidad y resonancia sobre la profundidad temática a la que apela el proyecto.

El cambio principal es que no estamos ante una comedia, sino un drama que a todas luces pretende ser "satánico" al salpicar cada diálogo de "Satán/Señor Oscuro" y extrapolando principios religiosos a preceptos "demoníacos", cuando son, de hecho, lo contrario. Aquí Sabrina no es la bruja pasiva que usa sus poderes para ayudar a sus allegados, que se divide entre amores, enfrentar vampiros fresas o resolver situaciones disparatadas para provocar las risas del espectador, por ejemplificar, sino que es una adolescente mitad bruja mitad mortal, inteligente y noble, que se niega a formar parte de "la iglesia de la Noche" (seguidora de Satán -¡perdón! ¿Acaso es el Satán que vimos en La Bruja?) al entender sus "principios" como algo incongruente.

A medida que los episodios avanzan la acompañamos en su búsqueda de la verdad acerca de sus padres, de su camino, sus decisiones, su entorno; la vemos enfrentar compañeras abusivas, cuestionar a sus tías, desafiar al sumo sacerdote que busca convertirla y soportar el peso de ocultarle la mitad de su realidad a sus amigos y su novio, Harvey, que aquí tiene más peso que su contraparte noventera. Por desgracia no puedo decir lo mismo de Salem, que si en la comedia precedente era un gato hablador y simpático, aquí es reducido a un simple "patiño" negro -más sombra que gato-, rodeado de una exagerada aura de misterio con un par de escenas donde hace gala, y de lejos, de una habilidad que no es del todo aclarada. Fuera de eso, nada que ver con el Salem parlanchín.

Sobre los aspectos técnicos y el equipo estelar las quejas son mínimas (¡¡la fotografía es oscurísima!!), los efectos son adecuados y cumplen con la magia de la premisa televisiva, mientras que el elenco en sí es algo digno de presumir. Por su parte, Kiernan Shipka hace un buen trabajo como la protagonista de la familia Spellman, mientras que Miranda Otto y Lucy Davis complementan el escenario entre humor-calidez y seriedad-eficiencia, siendo -de nueva cuenta- Zelda la tía con mayor peso emocional.

Sobre el guion en sí, pues los retos que enfrenta Sabrina son contados y bien resueltos sin añadir nada espectacular, aunque sí tendencioso en creencias religiosas. Y es que se trata del marcado enfoque en esta reinvención: aquí Sabrina es una BRUJA en todo el sentido de la palabra, oportunidad que permite a los creadores un muy amplio espacio para recrear un producto tétrico, oscuro y visualmente tramposo en lo que a su puesta en escena refiere; ayuda un poco que los guionistas le inyecten al espectáculo televisivo un giro de profundidad al jugar con el tema del libre albedrío, que cruzado con el del amor produce un resultado entretenido que subraya la individualidad en un contexto donde la masa parece tener mayor envergadura.

Aunque el trabajo de personajes podría considerarse como un elemento a favor bastante sólido en esta primera parte, el constante apego tónico diabólico puede no ser del gusto general. A esto añadimos que el arco dramático no está compuesto de "villano de la semana", sino que es algo "íntegro" y completo; una sola trama general a lo largo de 10 capítulos.

Personalmente acabo con ganas de un postre, viendo El Mundo Oculto de Sabrina como un platillo distinto a como lo imaginé, al mostrarse como una propuesta con escasa crítica social, una clara y mínima innovación temática y ambiental, cuando supuse encontraría...otra cosa. Y es que en esta constante meta monetaria de los estudios por (como dijo un crítico de cine hace no mucho) "revivir las glorias del pasado", pues el entusiasmo está bastante controlado y las expectativas muy reducidas, lo que me deja pensando qué será del reinicio de CHARMED... ¿deberé arriesgarme?

Y con los piezas clave dispersas al final de la temporada (perdón, ¿alguien dijo LUCIFER?), queda la incógnita de qué tan oscura será la segunda parte... 

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