ESTA CRÍTICA CONTIENE SPOILERS
Spider-Man: No Way Home es la épica aventura marvelita que todos esperamos.
Por EdSQ
Por fin llega a nosotros la tercera entrega arácnida protagonizada por Tom Holland y que, dicho sea de paso, viene cargada con todo lo que un fanático del MCU podría esperar. La primera parte mostró una nueva faceta de Spider-Man SIN incurrir en el trillado origen narrativo del personaje (la mordedura de la araña, la muerte del tío Ben); la segunda parte, entonces, estuvo enfocada en relatar a "Spider-Man post Endgame". Esta tercera parte... perfecta no es, pero la emoción provocada por tanta expectativa, filtraciones, rumores, secretos y, por supuesto, el manejo de información alrededor de esta cinta… es real. Al menos a este servidor no le tocó una audiencia que gritara cada vez que una sorpresa era confirmada (lo que indica que el 90% de personas en la sala... ya la había visto antes), pero los murmullos y el asombro sí fueron notables.
Spider-Man: No Way Home se mantiene como un ciclo que cierra más arcos narrativos de los que podríamos contar con la mano, referencias o “easter-eggs” que incluso abarcan más detalles de los que tenemos a la mano. Y claro, para ser una cinta de tres horas de duración, la verdad la historia es ágil, emocionante, palpable y bastante conmovedora porque el ritmo está adecuadamente balanceado y todo el tiempo el guion maneja un centro psico-emocionalmente-ético: la incansable lucha de Peter Parker/Spider-Man por hacer lo correcto, no importa la situación. Pero esto deviene invariablemente en sacrificios y decisiones que lo moldean para ser quien es.
No Way Home empieza donde concluyó
Far From Home. Misterio revela la identidad secreta de
Spider-Man, provocando un caos global sin precedentes. Ya lo sabemos e incluso
el video una vez filtrado en YouTube (cortesía de Sony Pictures) nos adelantó esa
emoción inicial. Tal cual, y como todo en MARVEL, los detalles, los chistes y
algunas escenas que no tenían espacio para desarrollo o exploración en cintas
pasadas, aquí sí lo tienen. Personalmente es un enfoque refrescante, porque al
igual como pasó con Civil War, Watts se apega a la “realidad” de las
consecuencias de subtramas, mismas que entre milímetros de la trama central,
tienen su peso aquí.
Es justamente por eso que algunos diálogos atemporales propios de ciertos personajes se repiten aquí como si nada. Y aunque algunas escenas (y conceptos) pasan sin explicación argumental (Ned y sus momentos a lo Strange y la inclusión de los villanos de otros universos traídos para enfrentarse al SpiderMan de Holland, el que Peter invite a los villanos al hogar de Happy, por ejemplo), la emoción, o “hype”, alrededor de ellas es tal, que importa poco la lógica de lo que vemos en pantalla y solamente aguardamos para más sorpresas en el camino: ver a nuestros personajes favoritos compartir pantalla. Hay efectos especiales deslumbrantes y, por supuesto, referencias cada minuto, sobre los años de historia de Spider-Man.
Ahora bien, dejando de lado lo técnico
y el rodeo de información que no comprometa las sorpresas para quienes no han visto la película todavía, está la lectura psico-moral (ya mencionada líneas arriba) de la película:
esta tercera entrega conjuga temas sobre la esperanza, el poder de la decisión
moral, colectividad vs. individualidad, la muerte, las elecciones, la
inteligencia social, los sacrificios y, más que nada, la trascendencia.
Estamos ante el Spider-Man más humano de todos. El que está cerca de sucumbir
al lado oscuro, a la ira, a la desesperación y al dolor. A no reconocer que
siente dolor, pero al mismo tiempo, capaz de mostrar su profunda impotencia ante el caos.
Sí, podríamos decir que hay una “saturación de ideas” con tal de homenajear obras pasadas, pero a juicio personal no veo un hartazgo en la dirección que busca traducir el guion escrito a una puesta en escena que siempre está a cuentagotas buscando emocionarnos con cada detalle. Quizás mi única “frustración” sea que algunas escenas (incluso uno que otro manejo de cámara) no lucen tan épicas como en los avances, si bien en su defensa MUCHAS teorías, cameos y apariciones esperadas cumplen, sorprende por la manera de aparecer a cuadro.
Y seguido a la saturación de ideas están los huecos de trama porque si nos sentamos a analizar las decisiones de los personajes, digo... son profundas e importantes, y generan movimiento, pero consistencia... no tanto. Y esta falta de fundamento trae de vuelta el cuestionamiento de la cinta anterior: ¿Con qué ganas están los involucrados haciendo una adaptación del Hombre-Araña que haga justicia al impreso? ¿No deberían construir un guion con más calidad?
¿Valores de guion? El peculiar desarrollo de varios personajes, como [SPOILER] Lagarto, que ante ante la solución de Peter por devolverlos a todos a sus respectivos universos se muestra inicialmente en contra (convencido de que no hay esperanza para ellos), o cómo Norman Osborn finalmente sucumbe a la villanía del duende. y los emotivos guiños a las dos entregas de Andrew Garfield, o la "pelea" entre Doctor Strange y Spider-Man por hacerse del control sobre un dispositivo mágico que salvará (o dejará morir) a los villanos llegados de otros universos.
La película tiene apartados visuales bastante impresionantes y aunque no sean el peso de la historia, como que medio por razones así puedo "perdonar" los fallos de esta entrega. Porque, efectivamente, No Way Home destila un HYPE a todas luces, con montón de detalles no solamente a su propio universo, sino a otros "aledaños", referencias que los fans entienden, creando momentos verdaderamente emocionales. Eso sí, otro aspecto a favor es el manejo de la acción y la cámara "que sigue" a los personajes interactuar. Y ahí hay un fallo: en la prisa por juntar todo, Watts da poco (o nada de) espacio a ciertas explicaciones o a los "diálogos expositivos", simplemente como un lastre visual al servicio del espectáculo porque el "movimiento a cuadro" da poco respiro al espectador y a ratos se pierden ligeramente el hilo de la narrativa a causa de eso.
Entonces... ¿La mejor entrega del MCU? Por temas de HYPE, está al mismo de Infinity War y Endgame, pero por historia, es casi como todas las demás, pues el guion sacrifica la calidad en virtud de la emoción, la nostalgia y la conmoción. Aun así, no le quito el dedo a su categoría: BUENA película por todo el "envoltorio".
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