LIBRO: Historia de dos ciudades.


Un autor de los GRANDES, puros aplausos merece.




Como previamente señalé, a Historia de dos ciudades el turno toca, de Charles Dickens obra harto interesante. Entre su vasta bibliografía, dos visitas le he hecho yo -si descontamos la presente-: Cuento de Navidad Tiempos difíciles. Así pues, Historia de dos ciudades es una trama que desmenuzar conviene en sus más atinados aspectos. Esto así ha de comenzar...

El aspecto crítico que la novela tiene puedo mencionar: la balanza entre la pobreza y la riqueza (monetaria o jerárquica) sin miramientos habla, sea que abunde o golpee, la perspectiva está, aunque cruda y lejana la estimo yo. Presente está el tema humano (vivacidad, sociedad, cultura, pérdida, amor, desasosiego...), pero el eje central he de decir que no es; aquí lo es la esperanza. La pobreza juega, pues, con la idea de un mundo mejor. Con los sufrimientos de sus personajes (Lucía, Alexandre Manette) juega y, en otros casos, los ironiza (Sidney Carton), aunque segundas opiniones probablemente haya -como fue mi caso- con la elección final sobre el afortunado...

La manera en que Dickens la pobreza en su obra describe, más que impresionante como lo fue con Hugo en Los Miserables, es psicótica, exacta, animalesca, canivalesca... a tal punto que aterra. Porque (como es el caso de la escena que involucra una jarra de vino) la forma como retrata al inconsciente colectivo a mi parecer una monotonía denuncia en muchos sentidos; ese nivel de pobreza, tanto mental como físico, dame a entender que Dickens pensaba en un mundo donde lo irracional tiene peso por encima de las demás cuestiones de la vida diaria. Y si la irracionalidad no, el odio por lo menos sí. De aquí a la pobreza de espíritu en algunos personajes me conduce, desapercibida no sale, en odio irracional y psicópata transformándose se la pasa (Defarge y compañía...).

Pero esto solamente la entrada del bosque en llamas es: el amor en juego entra (Lucía & Darnay), la política también (jurados, Lorry, secundarios...); más que nada, la hipocresía y el exceso de individualismo (Darnay); excesivísimo caso con Defarge y compañía. Y la entrada principal, o preocupación narrativa claro está, sostengo que es por sus espléndidas descripciones y un excepcional manejo de personajes; Dickens una carta especial tiene y es el eje constante (mas no final) en Jarvis Lorry, el hombre de negocios en quien apoyarse ha de como elemento narrativo que deambular me permite entre los Manette, los Defarge y el resto de los ciudadanos.

A todo esto, Historia de dos ciudades  sobre el ciudadano honesto una analítica carta realmente es; su mirada literaria en el hipócrita, el corrupto, el malvado y el malinterpretado. Y, debido al amor que imprime en su manera de representar estos elementos, impecables son sus giros de tuerca; juega esto con una oscuridad cruda que mella suficiente no hace como para alejarme, pero sí para maravillarme. Es Charles Dickens. Uno de los GRANDES escritores de todos los tiempos. Psicología en sus páginas palpo yo, odio huelo en sus personajes yo (al menos los enconados), pero también habilidad negarle yo no puedo, porque la psicología ya bien mencionada, rebosante se muestra respecto a los personajes menos afortunados, la clase media baja, baja-baja y, a ratos, con los enjuiciosos.

Si algo de Dickens maravilladome ha fue su manera de narrar, de darme tanta información sobre sus personajes a través de acciones, sobre su insistencia a mirar la pobreza distintamente, a ver al ser humano como el ser divino y malvado que puede ser. No falla en ello, aunque en contadas ocasiones algunos personajes relleno me parecen, aunque irrelevante puede aquí ser.

Si tan perfecta la veo yo entonces, ¿por qué no 5 estrellas he de darle? Sencillo. Porque la resolución amorosa de Lucía no me convence: elige a Darnay pudiendo servirse de mejores cualidades, algunas como las que profesa Carton. Astuto, humilde y efectivo, vale más que Darnay. No obstante, lo hecho...hecho está.

Ahora visitaré, por segunda ocasión, una de las novelas más emblemáticas de Stephen King (no, no es IT); ya después me daré un recorrido, de nueva cuenta, por el universo de Ildefonso Falcones... 

1 comentario:

  1. Me llama la atención que digas que esta obra en particular sea mejor que Los miserables. No la he leído, y Los Miserables sólo he visto adaptaciones en película. Pero sí percibo muchas similitudes entre ambas historias en lo que escribiste de análisis. Comentas que no le diste las 5 estrellas porque no te gustó la resolución romántica de un personaje, bueno, a veces no nos convencen ciertas partes de una historia, pero esa sería tu percepción personal, eso no quita que sea un libro estupendo (cómo tú lo das a entender con tus letras).

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