3%: temporada 2


De confrontaciones, desgastes y pasados.




Después de una primera temporada que no me enganchó del todo debido a su descarada pretensión de tomar "prestados" elementos de otras series/películas, ya con un terreno medianamente hecho llega ahora la segunda temporada, preocupada por explorar las motivaciones o "situaciones" de varios de los protagonistas finales de la entrega televisiva anterior.

Si parte del eje central de la primera era pasar pruebas par ser "el 3% victorioso", la serie siempre remarcó la selección de los mejores en los riesgos de la vida; elitismo y utilitarismo como telones de fondo político, comentarios críticos fueron hechos siempre al margen de las trampas, el ingenio, el delito corporativo, las ganas de alcanzar la felicidad, la riqueza y dejar de lado la pobreza.

Las acusaciones y las conspiraciones eran insinuadas en la primera temporada (es decir: de nueva cuenta la historia fue narrada a partir de la mirada "pobre"), para la segunda tenemos la "oportunidad" de ver la Revolución de forma más cercana, y aunque el presente clímax comparte un espíritu más similar a Los Juegos del Hambre con una malversión de Divergente, es innegable que estamos ante un tópico gastado que queda, pues, sustentado en la subtrama de amores y mentiras, en la lucha por los agentes de gobierno de preservar el orden jerárquico como de los rebeldes por destruir el "paraíso" prometido. ¿Cómo? Acabando con el sistema.

Y es que, si realicé las comparaciones que 3% guarda con otras propuestas, ahora encuentro curioso que una premisa que viene de Brasil tenga similitudes argumentales con el mercado norteamericano. Esto, ni de lejos, salva a la serie de melodramas disfrazados de giros de tuerca medianamente dramáticos que podrían asumir el carácter de "acción" donde sólo hay revoltijo. No me resulta prometedor, pero por algo se empieza.

La segunda temporada sigue los pasos de Michelle, Fernando, Joana, Ezequiel, Rafael, y muchos otros para dar cuenta de los dos bandos que darán trama y excusa para justificar los huecos argumentales vistos en la temporada pasada: el proceso, el Más Allá, el Otro Lado, Ezequiel...

Así, ya con una primera temporada que estuvo pensada para mostrarnos el "lado pobre" del mundo de estos personajes, la nueva temporada (dividida tonalmente en dos claros importantes arcos dramáticos: la manipulación psicológica de Ezequiel sobre Michelle y la lucha por los desprotegidos de acabar con "El proceso") tiene la tarea de profundizar en el mundo rico y vacío que fue planteado como "meta a alcanzar" por el equivalente al organismo opulento en este universo: Alta Mar. Y aquí yace uno de los aciertos: mostrarnos la otra cara de la metáfora entre riqueza/pobreza, la idea de que somos demasiados y que no todos pueden ser rescatados. ¿La solución? La esterilidad.

Si al planteamiento, que tampoco es original ni llevadero en su trillada resolución, le sumas secretos sobre el origen de Alta Mar, queda entonces como discurso la idea de que entre poderosos aún hay espacio para la codicia, la venganza y las ganas de supervivencia a toda costa.

Aunque Bianca Comparato ofrece una interpretación doble e intimista como Michelle, no es la única que juega un papel trascendente, pero sí la que -me apena decirlo- sostiene el eje emocional de la historia. Su papel no es el más vital ni el catalizador narrativo aquí: Rafael (Rodolfo), Joana (Vaneza) comparten las tramas principales con ella y aquí es cuando pienso que el guion no supo qué hacer con ellos: primero los une, luego los separa, vuelve a unir y decide caminos drásticos para ellos.

3%: temporada 2 no presenta una innovación en sí sobre la premisa la expande y otorga respuestas a preguntas planteadas en la temporada piloto, tampoco desarrolla mucho más a sus personajes, sólo brinda explicaciones a momentos de sus pasados, otorgando luz a su presente; desde luego su tratamiento es una copia argumental ya vista. Y juzgando el epílogo, queda la duda de si permitirán que el espectador se imagine el "y vivieron felices por siempre" o presentarán un nuevo conflicto, uno más interesante y realista. 

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