Animales Fantásticos y dónde encontrarlos: Los secretos de Dumbledore
es una cinta mucho más directa que su antecesora y que, aunque rescata
elementos del universo de JK, sigue quedando a deber.
Por EdSQ
Tras una primera parte interesante y una segunda que flaqueó, llega la
tercera, que parece ser una profunda y determinante decisión en un universo
contemplado como una historia de cinco partes. Y es que la segunda siempre será
polémica por su guion, que contrastó mucho con el de la primera entrega. Por lo
que esta tercera parte recibe el complejo desafío de conciliar las diferencias
entre fanáticos y, de paso, salvar el nuevo universo fílmico… o enterrarlo
indefinidamente. Así que, ¿qué resultado saldría de esto?
Todavía es difícil asegurarlo, pues apenas ha llegado a salas de cine,
pero lo siempre es que aunque esta tercera parte —subtitulada Los secretos de
Dumbledore— es mucho más simple que la antecesora, pero no goza de la
calidad o misticismo de la primera parte, de entrada, porque concentra poco su
interés en mostrar a las creaturas del universo creado por JK, siendo más su
foco narrativo el pasado de Dumbledore. Sí, lo dice el subtítulo, PERO la nueva
franquicia habla de la zoología fantástica. En fin…
Entonces, entro de lleno al pasado de Albus Dumbledore, como cualquier
fanático de Harry Potter querría desde que el personaje fue introducido en Piedra
Filosofal. Si bien Jude Law me convence en su papel de un juvenil Albus,
hay algo en el conjunto que no termina de concretarse. Puede ser algún otro
elemento del reparto o bien la dirección. Ya he expresado anteriormente mi
antipatía por las elecciones creativas tomadas durante Reliquias – Parte 2
y pues aquí parece que no importa. Ya no sé si es gusto de Yates continuar,
presión del estudio o es que de plano no hay mejores opciones, pero
verdaderamente creo que es preciso un cambio.
Y
quiero reiterarlo porque lo que comenzó siendo la promesa sobre la exploración
de un universo terminó centrándose en un pasado mencionado en los libros de
Harry Potter, pero tal parece que el foco va cambiando, no solamente en el
momento, sino (irónicamente) por cuestiones políticas. No ayuda la polémica en
torno a JK por todo lo ocurrido tanto en su guion como en el mundo real, que
sin importar las repercusiones que conlleve, el impacto sigue estando ahí.
¿Para bien o para mal? ¿Es que nadie tomará las riendas de un proyecto que
sonaba prometedor y que, no obstante, parece perder más fuerza de la que
debería?
Mientras
en el guion la atmósfera narrativa sugiere que todo ocurre alrededor de la
Segunda Guerra Mundial, en la historia los personajes viven un momento análogo
a nuestra realidad: tiempos de elecciones y la búsqueda de un líder o guía que
tenga el valor de velar y cuidar los intereses del pueblo, alguien con corazón
noble y la valentía necesaria. ¿Suena familiar? Es parte del comentario político
abordado en esta entrega, que no dista mucho de las elucubraciones de la
primera parte. Mi pregunta es ¿y qué más dirá JK filosóficamente hablando?
Puede
que mucho, pues lo cierto es que la famosa escritora británica es conocida por
introducir complejas temáticas en sus propuestas literarios sin importar el
público al que se dirija. En esta ocasión, con la nueva franquicia sus apuntes
han sido geopolíticos. El "problema" latente y consistente aquí es que parece que quiere decir mucho, pero se contiene. No hay más contenido del universo de Harry Potter y da señales de que sí. No hay, al menos de forma completa, indicios de un camino muy claro respecto a lo que este "reboot" quiere contar. ¿Bueno? ¿Malo? Pues ya queda a juicio de cada quien si la
satisfacción con esta entrega es parcial o completa. Por mi parte, sigo con la
duda.
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