Love and Monsters,
es la nueva apuesta de NETFLIX,
y es bastante positiva.
Por EdSQ
Primera
vez que una película de NETFLIX me deja con buen sabor de boca. Ayuda que en la
estadística marca su primer lugar en el TOP 10. Algo hay de cierto. Y es que lo
mejor de la historia protagonizada por Dylan O´ Brien llega cuando descubro que
estoy ante la perfecta metáfora sobre las decisiones de la vida,
aderezada con efectos especiales, aventura, drama, comedia, burla y, por ahí
escondido, el viaje del héroe. Aunque la premisa central sobre la que se
sustenta esta historia es la alegoría sobre el riesgo de tomar decisiones
que nos lleven a vivir experiencias para, partiendo de ello, aprender algo
nuevo; lo que importa es el recorrido, no la meta en sí.
Y
qué mejor actor para encarnar una cinta juvenil con este interés que O ´´ ´Brien, a
quien vi en Maze Runner interpretando a un personaje similar: un muchacho
con las ganas de averiguar la verdad y, para ello, traspasar sus propios
límites y fronteras, desafiando lo que le parece ilógico y sacando a su líder
interior. Para esta ocasión, la cinta está remarcada con una atmósfera juvenil
y bastante emocionante (toda clase de “monstruos” alrededor), un poco de infantilismo
que sirve para reforzar el miedo por el “nuevo mundo” que viven los
protagonistas, acrecentado —y matizado— por el miedo del personaje estelar ante
las criaturas cuya naturaleza y existencia supera su imaginación. Y, siendo
honesto, ¿acaso en la vida real hemos descubierto todas las especies que nos
acompañan?
Bueno,
partiendo un poco del misterio científico desde esta idea de “no saber qué
acecha allá afuera” está el suspenso y la acción que a cuentagotas le aportan
al protagonista ese valor interno que no creía poseer y que, finalmente, lo
conducirán a mostrar un líder curtido por la experiencia y más intrépido
que los demás. No es preciso que le invierta a este análisis mucho más de lo necesario.
Lo que sí debes saber es que los flashblacks explican el motivo detrás de
la aventura que define al protagonista: reencontrarse con el amor de su vida,
Aimee (Jessica Henwick).
Es
la primera motivación. ¿Puede haber otra? ¿Demostrarse algo a sí mismo? ¿Descubrir
la experiencia? ¿Servir de luz en un momento de desesperanza? Todo está ahí;
incluso la metáfora (bueno, más literal que otra cosa) de
la selva como un
entorno donde el ser más astuto, más hábil y rápido sobrevive. No es nada
nuevo, pero el tratamiento de la moraleja es, sino refrescante, sí muy
entretenido. En su viaje Joel Dawson (Dylan O Brien) se encontrará con Clyde (Michal
Rooker,
Guardians of the Galaxy), y Minnow (Ariana Greenblatt), una valerosa
y ruda niña de 8 años, que lo ayudarán a aprender las reglas de supervivencia
en el hostil nuevo mundo.
Lo
que no me convenció del todo fue la inserción (no prevista) del nuevo conflicto
que el protagonista enfrentará al final, que es orgánico dentro de las “reglas”
que este universo tiene formuladas a partir del guion escrito por Matthew
Robinson (II) y Brian Duffield, pero no me suena natural porque ya todos los
previos conflictos, peligros y demás cosas que el personaje encaró, las superó, dejando la historia "desnuda", así que…
¿qué le hago?
Por
lo demás, buena y palomera película con un discurso puro, íntegro, divertido y
muy humano. Gracias, Netflix. Apaciguaste mi decepción… un poco.
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