GLASS



Con Glass, Shyamalan culmina una historia iniciada en  El Protegido y desarrollada en Fragmentado: el origen del villano desde lo cotidiano. 

8.0

Tipo de artículo.
Análisis.

David Dunn y Elijah Glass son personas matizadas por dos eventos peculiares: el primero sobrevivió milagrosamente a un accidente ferroviario; el segundo nació con los huesos completamente rotos. Cada uno parecía tener una misión e inquietudes por resolver: ¿Por qué nacieron así? ¿Qué les deparaba el destino? ¿Son lo que escogen ser o lo que la eventualidad los determina a ser? ¿Significa, el tener una habilidad particular, la obligación de decidir entre "bandos" en la vida?

Cuando vi El Protegido, de Shyamalan, además de disfrutar el desempeño de Bruce Willis, actor que respeto y admiro —pues siempre está en medio de la línea entre bondadoso y frío—, me refresqué y recreé en una historia bastante humana sobre un fracasado padre de familia que, se da cuenta, posee un atributo insólito: físicamente es indestructible. Conforme la película avanza me entera de que nunca ha sufrido lesiones o enfermedades; posee una resistencia extraordinaria. La película, con un tratamiento que, seré sincero, me provocó un par de bostezos a mitad de proyección, me atrapó cuando Glass ( el personaje de Jackson), entró a escena, compartiéndome sus inquietudes, su visión de la vida y la sociedad, nociones en torno a lo "súper" o lo "heroico".

Muchos años después (yo sin saberlo de primera mano, claro) llegó Fragmentado, una cinta que rumoraba el regreso de Shyamalan al estrellato; y la cinta lo posicionaba en esa escala. Presumiendo su talento legendario, jugando con la idea del potencial recuperado, del estilo reencontrado; a nivel narrativo, por sus símbolos religiosos, por la manera de abordar los arquetipos (cómics, pinturas y demás fábulas sobre el héroe ante la adversidad), o incluso el drama del individuo inmerso en una sociedad atea. Todo esto, sumado a una buena dosis de psicología, pintaba para ser un director de especial gusto. Todo cambió con Fragmentado, la cinta que estelarizaron James McCavoy y Anya Taylor-Joy, más la sorpresa final: formaba parte de un universo que Shyamalan estaba creando en El Protegido y que culminaría, poco tiempo después, con la cinta que ahora me ocupa. Glass tiene muchas lecturas (la percepción social, la personal, la noción de cómo transformo mi realidad o, incluso, cómo me afecta lo que otros opinen de mi entorno, el viaje del héroe, el viaje del villano, las herramientas para cumplir un cometido u otro) y, por ello, es rica en matices; sirve de partida para infinidad de discusiones.


Shyamalan, al centrar la historia en una institución psiquiátrica y con una psicóloga que busca convencer a los tres protagonistas de que lo que afirman ser no es más que fantasía o un producto de su mente, buscó, a mi parecer, posicionar la magia del relato en lo poderoso que puede ser la creencia como anclaje de la realidad, de lo que una persona (tú, yo, el vecino...) puede o no hacer a partir de ésta. Como segundo término, la percepción me muestra una cara distinta de la realidad; por lo tanto, aquí todo es cuestión de enfoque. La realidad objetiva puede imponerse a mí o a ti, seamos quienes seamos. Tercero, que todo puede ser posible, aunque la técnica muchas veces sirve para desbancar o racionalizar lo que considero "cuento de hadas" y termina por inyectarle lógica a un tema o idea para, después, dejarla hecha cenizas.

¿Es la realidad como me la muestran los sentidos o como me la presenta la razón? Y como en Elle, el enfoque es poderoso y coerce o determina cómo intepretaré lo que veo/leo/siento/escucho. Glass, a mi juicio, potencia esta premisa filosófica y, como en El Origen, una vez que me han sembrado una idea en la mente, es difícil removerla.

Entre otras ideas, Glass juega con personas que rebozan arcos dramáticos interesantes; engarza con enigma psicológico tres historias: la de un hombre con problemas personales asolado por un accidente del que no debía salir con vida, la de un sujeto condenado a una silla de ruedas, pletórico de una extraña fe y una mente poderosa y la de un muchacho con un TID (Trastorno de Personalidad Disociativa). Veo en Glass un cierre de trilogía, sí, pero también complejidad envuelta en sencillez, subsunción épica en explicación alegórica. La historia de un villano que crea al héroe, o héroes, para verlo, al final, aceptar su naturaleza o destino.




Y es que aquí Shyamalan, a mi parecer, crea una noción muy profunda (la idea del "Yo ante el Mundo"; el héroe en el entorno real; la Súper-habilidad ante la enfermedad mental, etc.) para metraje y escenarios demasiado compactos, por ello se apoya demasiado en diálogos y, claro, en el desarrollo psicológico de sus personajes; villano y héroes, siendo el primero creador de los otros dos, pero todo situado en un lugar donde la mente juega un papel importante, tanto como ejecutora de falsedad o verdad. Es una película de personajes, y como Dunn ya lo conocía, a Glass a través de sus creencias ficticias e históricas, y vi a Kevin en Fragmentado, para mí hacía falta contar qué sucedía después. Y eso es Glass, desde mi muy particular punto de vista. 

¿Por qué la doctora se empeña en derribarlos de su creencia más fundamental, la de su objetivo de vida? ¿Por qué debe recluirlos? ¿Quién es ella? ¿Qué gana con eso? ¿Qué vínculo o secretos mantiene con ellos? ¿Quién es Glass realmente? ¿El villano o el sujeto que busca expresar, por medio de la potencialidad de otros, su propia capacidad como creador?


Conclusión:

Glass es el cierre de una trilogía con infinidad de referencias a la propia mitología humana. Es la hipótesis sobre si realmente existen personas con capacidad por encima del promedio, sean éstas físicas o mentales; es, además, una película que aprovecha la noción de lo extraordinario para contar una moraleja sobre el poder de la percepción, de la creencia y de cómo la sociedad puede ser amenazante o un ente peligroso cuando la propia idea es el fin último de toda existencia. Glass responde a la pregunta de cómo el mundo reaccionaría ante lo extraordinario. Bastante recomendable si, como otras cintas ficcionales posicionadas en lo mundano, abordan lo épico e irreal desde lo verosímil.

1 comentario:

  1. Por tu artículo me entero que es una trilogía. Pensé que sólo era fragmentado y esta. Me encantó que al fin hablaras bien de un actor hombre: Bruce Willis, pero mencionando únicamente sus atributos profesionales. Veo que es una película con una trama psicológica muy fuertemente desarrollada, por eso me cuesta trabajo entender la baja calificación. Tendré que verla para darte la razón o diferir de tu evaluación.

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