El Conjuro 2: El caso Enfield. ¿Demonio en casa? ¡Este es un trabajo para los Warren!



El Conjuro 2 es prácticamente uno de lo estrenos más esperados de este 2016, y en mi opinión esto puede deberse tanto al sustento de la historia -basada en un hecho real- como de que es una cinta liderada por un especialista en el terror: James Wan. El director de cintas como La Noche del demonio y también de la pasada (y excelente, por cierto) El Conjuro, nos trae ahora su secuela. 

Cuando salí de la función, tuve la sensación de haber visto lo mismo y a la vez algo diferente a lo explorado en el filme anterior. Wan juega, en esta ocasión, un poco diferente con la sutileza. Sabe cómo estremecer. Aunque claro, ahora los sustentos no son tan efectistas y hay un porqué. 

La historia relata los eventos en los que Ed y Lorraine Warren viajan a Londres para ayudar a una familia que -de nueva cuenta- está siendo aterrorizada por un espíritu, y es en donde los demonólogos deben investigar si se trata de un caso verídico o un fraude. Nos encontramos, pues, con lo familiar, mas no lo repetitivo. Wan emplea sus clásicos elementos narrativos y visuales, los intercala, los cambia de lugar. Nos presenta otra vez su sello personal para el género sin caer en la redundancia. El resultado es un poco distinto a lo visto en 2013. Saca de onda, sí...pero funciona. 

Funciona porque Wan, en la estética y apartado visual, no se olvida de recurrir a los elementos de época, tal y como en la película pasada, aunque una que otra prenda de vestir no sea el reflejo más exacto...; aquí, como en la pasada, tenemos la casa como montaje, una casa casi igual de tétrica que la otra, donde el juego de luces y sombras sigue siendo igual de efectivo, así como el diseño de sonido. Habitual en él como en su predecesora (sí, es inevitable hacer comparaciones...), parece que Wan le subió todo el volumen a su estéreo para espantar al máximo. También funciona el ingenioso uso de la cámara, en espacios abiertos o cerrados, todo para incrementar la tensión en el espectador, para sentirnos presas de la inseguridad que acompaña al protagonista. 

El guión escrito por el mismísimo Wan, Chad Hayes, David Leslie Johnson y Carey Hayes presenta una historia de terror realista, a la que le insufla una adicional con aires detectivescos. Me iré sobre este punto más tarde. El mayor acierto es que nos sacan el susto, nos arrancan el grito de las entrañas, pero también es verdad que tristemente algunos espantos son predecibles, más que nada por el contexto. Aquí tuve el extraño presentimiento de que el líder creativo sacó los sustos como una especie de botana rumbo al clímax; no son sustos por sí y para sí, no son sustos fuertes, parecen más sustos para no "aburrir". No sé si sea malo, pero sé que es bueno porque por eso pagamos el boleto, por eso asistimos a la película, para sentir el miedo, la adrenalina, sufrir junto con el protagonista (o la, en este caso) sus peripecias. 

Sin embargo, parecería que inevitablemente sigue la misma fórmula narrativa que su antecesora. La estructura de la historia cambia poco; aquí no sentí que la presentación de la "familia-víctima" fuera algo prolongado o excesivo, si se le quiere ver de ese modo, más bien creo que el director le da ese toque clásico de "El bueno es acechado por el malo" de tal forma que incluso divierte y que contribuye a que nos identifiquemos con ellos, con quienes son. Y con divertir me refiero a que, aunque es una cinta de terror, la novedad que nos aporta una extraña ensalada donde el centro es el terror con un aderezo de comedia, con más de la mitad de lo primero que de lo segundo, claro, si no sería una verdadera tomada de pelo...; la cinta brinda un aire de auto-sátira podríamos decir por momentos de forma muy puntual. Así, tenemos momentos clave en la historia donde la burla y el humor aparecen, pero son inteligentes, bien pensados, no distraen a la audiencia y permite que la conexión con los personajes se fortalezca, son giros de tono divertidos, astutos, inyectando realismo a una cinta que presume de relatar algo que realmente pasó

En sus tres actos la película se siente tangible, no obstante también es vital que el giro narrativo más importante aquí es que, además de la historia central (el espíritu que aterra a la familia), también tenemos una subtrama -espero poder calificarla como tal- que conecta con elementos "inconclusos" del filme anterior: el destino de Ed Warren y por qué Loraine se muestra distante por momentos. No daré detalles, tienen que ver la película. Aquí otro gran acierto tanto del director como de los productores y, por supuesto, del elenco es que es una historia que no traslapa a la otra, no hay superposición, no hay encubrimiento, ambas historias, una principal y una secundaria, van a la par y no hay que preocuparse por su desarrollo, pues el guión sabe cuándo y cómo reanudar cada una de tal forma que el conjunto, que el resultado sea lógico, creíble y quizá hasta esperado. Este vínculo, este punto de unión, es vital, imprescindible para sentir una inmersión de continuidad en la historia, para saber que Wan no toma como pretexto monetario la secuela, sino que realmente se preocupa por contar lo mejor posible la historia, ayudada por un guión que de repente sube el ritmo de nivel, lo exacto y suficiente para presentar, volvemos a lo mismo, unos giros inesperados, con otros... mala suerte. 

Y con el humor y el tono, mas no con la atmósfera de suspense y miedo, rumbo a su clímax parece, bueno, me pareció, que el director eligió otro camino para la historia, donde se encuentra el mayor giro de todos. Esto es lo más me dejó pensativo. ¿Realmente fue algo bueno o todo lo contrario? ¿Qué quiso expresar con eso? De inicio pienso que ahí se encuentra la mayor aportación de la película, porque justamente eso que pasa, no me lo esperaba. Dejó semillas, pistas, claro, pero el guión nos lleva por el camino con tal astucia que lo conforma como un buen giro, un "cambio de rumbo" pongámoslo así. A esto agreguemos, no sólo por el clímax sino por toda la película en general, que Wan sigue demostrando lo eficiente que el uso de cámara, puesta en escena y maquillaje pueden resultar por encima de los efectos visuales, los cuales son buenos, pero aquí la prioridad está en el maquillaje. 

Al final salí de la película con la doble sensación, la del déja-vu y la de novedad visual. ¿Habrá sido así o soy muy ingenuo? Como en El Rito, el estremecimiento y la emoción me acompañaron en cada segundo de la función, porque lo que hace a estas cintas interesantes referentes del género, filmes trascendentes, es su capacidad de sugestión, algo que aquí Wan deja en tercer término, algo que ya no prioriza, todo por una aparente preocupación por revestir la historia con un aire detectivesco, parte de una atmósfera que veíamos de fondo en la otra, pero que aquí es más palpable. Porque, retomando el punto olvidado, el eje emocional es el terror, y puede que se sienta reciclado desde lo humano, lo emocional, pero no deja de ser igualmente efectivo. Ambas historias, la principal y la secundaria, toman este cariz y lo desarrollan, a la vez que exponen cierto mensaje sobre vencer al destino y que la voluntad puede resultar victoriosa. 

¿Es esta una cinta recomendable? Sí, asusta. No pierde el rumbo. Quizá lo que más se le pueda reprochar son algunas de las decisiones creativas con el propósito de impresionar, con ese detalle que nos lleva a pensar que en vez de proponernos a, nos da b. No creo que sea algo necesariamente malo, y menos si contribuye a la historia, y probablemente los más perceptivos armen el rompecabezas antes de tiempo. Entonces y sólo entonces, sepan que James Wan nos dio una historia escalofriante si nos sumergimos en su mitología y nos creemos lo que vemos, que puede dar miedo. 



3 comentarios:

  1. Ok. Sí, en efecto te latió más la primera y no sólo eso; ambas son comparadas con 'JuaydeRito' que tampoco he visto y sólo haces que siga creciendo mi lista de pendientes. Eres mucho más amable con la primera y no sólo en comparación sino hasta comparada con otras del género. En la segunda tu enfoque es más de contenido y quizás de cinematografía, en la primera te recargas más en lo metafísico, cosa que de entrada es parte de la razón de ser del género.  Creo en lo personal que me gusta más el estilo de la segunda crítica porque en serio ¿quién pone atención al diseño de sonido? 😄

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. Jajajaja probablemente el repetir la cinta "El rito" sea un deseo subconsciente de que, en su momento, esa película me llegó mucho. Hablamos de un género que hunde sus raíces en cada dimensión humana, donde tanto lo que pensamos y sentimos como lo que creemos está íntimamente vinculado.
      El Conjuro fue muy muy buena, y esta, su secuela, casi está a la par, salvo por detalles de dirección y guión que lucían diferentes. Se separa, pero no la supera, creo yo.

      Borrar
  2. yo cuando vi la película no me dio miedo, si es buena y todo pero si quieres miedo de verdad metete a la colonia Morelos, para que te des una idea esta colonia ubicada en los límites de las delegaciones Cuauhtémoc y Venustiano Carranza, se caracteriza porque en ella se ubica el barrio de Tepito, el cual es uno de los principales centros de narcomenudeo, y de distribución y venta de piratería y de mercancía robada.

    De noche es lo más terrorífico del mundo.

    -Tacos al Pastor

    ResponderBorrar