La Vida es Literatura...y la Literatura es Vida



Hace no mucho escuché una de muchas frases relacionadas a la lectura; así como todo en la vida, se pueden apreciar infinidad de analogías entre la literatura y la belleza que encontramos en la cotidianidad. Como todo en la vida, se dice que cada cabeza es un mundo, una filosofía y, por tanto, una manera de descubrir los misterios del universo. Es, desde esta perspectiva, claro el porqué a menudo comprendemos que entre la Literatura y la Filosofía hay tanta similitud. Dejando de lado el que la primera sea arte y la segunda una "ciencia última", ambas comparten el gusto y pasión por lo bello, al mismo tiempo que nos enseñan que no hay mejor hábito que retar lo cuestionable, desafiar lo establecido y marcar nuevos límites día con día. 

Mientras que la Ciencia Última nos brinda una postura crítica, la otra, considerada un arte, nos enseña que el camino de la libertad se forja y construye a base de cimentar nuestros sueños. Como en la imagen, desde una simple mirada hasta todo un acervo personal, la vida marca sus compases, delinea su naturaleza y nos enseña a valorar el placer de conocer, de experimentar, de vivir emociones y de disfrutar lo que somos. Esto puede conducir a transgredir un límite, no en el sentido negativo de la palabra, sino al de fomentar el estudio, la comprensión y la trascendencia de nuestra humanidad. Leer un libro es leer cómo piensa una persona, por qué situaciones ha pasado, cómo las ha enfrentado, y, si ha tenido experiencias como las nuestras, qué consejo o postura puede brindar que nos ayude [quizá] a comprender y entender la vida a su manera. "Todo escritor es hijo de su época", se dice por ahí. Y no porque se imbuya, sino porque toda época vive en él, lo inspira, lo beneficia, lo alimenta y le permite crecer, generando madurez en la forma de expresar sus ideas. 

La vida es literatura porque conocer a alguien equivale a conocernos un poco más a nosotros mismos, porque lo poético, lo épico, lo lírico, lo narrativo y lo armonioso nos acompañan en cada segundo de nuestra existencia, porque conocer a una persona en un momento natural, es casi tan poético, intenso, profundo y romántico como lo es leer el amor en las páginas de cualquier poeta, novelista, ensayista o romántico empedernido. 

La literatura es vida porque quien lee cultura, conocimiento, ha recorrido mil vidas, mil mundos y mil y una maneras de entender el universo, el pensamiento humano y la belleza de nuestra condición humana. La literatura es vida porque la forma como obtenemos una recompensa, un conocimiento, alcanzamos una meta, ofrecemos una sonrisa o recibimos una lección, la manera como sucede cualquier evento en nuestra existencia, es casi tan perfecto y espontáneo como leer a Tom Sawyer, como tratar de comprender la oscura psicología de Raskólnikov, como tratar de entender la sensatez de Tesa Wall ante la arbitrariedad en Pagford, o tratar de comprender a Eddad Stark, perteneciente a Juego de Tronos, serie de libros de la que muy pronto escribiré...; porque la literatura nos enseña que el anhelo por la libertad es parte de nuestra fase evolutiva, de nuestros sueños y que es aquello que impulsa nuestro potencial en múltiples direcciones. 

La Vida y la Literatura son lo mismo, son bellas formas de admirar el universo, de entendernos como personas, de entender la magia de nuestro interior, nuestra curiosidad, de estudiar la mente, estudiar la maravilla humana, de comprender y admirar lo espontáneo, de ir más allá y nunca dar nada por sentado, de sonreír, de enfrentar retos. La Vida y la Literatura son lo mismo porque entre más experimentamos, más adquirimos, más sabemos y más conocemos, porque así tenemos la oportunidad de entender el mundo, a los demás, y a nosotros mismos. 

Maravilloso ¿o no?

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