BLACK ADAM


 



Black Adam es un proyecto 100% Dwayne Johnson, cuyo amor al personaje se nota en cada minuto del metraje. 





Black Adam ha llegado a las salas de cine, y gracias a la expectación y a la constante labor de Johnson por causar emoción es que este proyecto de DC/WB ha sido uno que ha causado singular curiosidad alrededor, tal y como The Batman y otros proyectos en camino. Así que ¿está a la altura? La respuesta tentativa es… no. Black Adam no es un producto redondo ni equilibrado por donde se le mire. Tiene un aspecto visual deslumbrante que deleita la pupila, aunque algunos de sus efectos son evidentes y la manufactura es aceptable, causa mucho ruido que el guion haya tenido dos principales metas: la presentación (con trasfondo y desarrollo) del protagonista y los efectos especiales, el recurso último necesario para contar una historia de este calibre, dejando en el tintero a los personajes secundarios (su desarrollo y peso en la historia) y al villano.


Todo está aquí dispuesto para hacer lucir a Johnson en su papel estelar, entonces ¿en qué estaba pensando Collet-Serra al dirigir este proyecto? ¿No revisó el guion y no se dio cuenta de que el resto de los elementos son un evidente relleno? Presentar a la Sociedad de la Justicia resultaba en una tentadora adición para, por lo menos, conocer cómo presentarían a Dr. Fate, Hawkman y demás personajes, pero todos ellos (salvo por unos cuantos diálogos) son meros pretextos para antagonizar la llegada de Adam al mundo tras 5,000 años dormido gracias al hechizo de los antiguos dioses. Ya no hablo del villano, que es malo… porque sí y es presentado e introducido en el tercer acto solamente por dar una cara y un villano al que al que en principio es villano… y luego héroe. 

Salgo con una sensación de entretenimiento puro, pero con la idea de que muchas nociones y oportunidades quedan a la deriva en la película; Johnson presenta a su adorado personaje, cumple en su interpretación, pero quitándolo a él no queda mucho que rescatar, más de premisas políticas, un poco de historia, la promesa de futuros personajes, un mundo por explorar y no sé qué más. Es agradable ver a Pierce Brosnan como Dr. Fate (quien al menos ya había tenido un papel secundario, aunque misterioso e intrigante en Smallville), cuya reducida interpretación es elegante e impecable, pero no hay más de él… ¿Será que no quiso arriesgarse a un contrato por más películas?


A reserva de la genial escena post-créditos que levanta los ánimos y las esperanzas, Black Adam no se sustenta con nada más que con la sólida voluntad de su intérprete, la promesa de futuros “crossovers” y un mundo mitológico por explorar, pero es todo lo que da… por el momento. Como está pasando con algunos proyectos de MARVEL en la TV, parece que DC/WB/Johnson solamente querían probar suerte con un famoso antihéroe de los cómics, con el fin de cimentar nuevos caminos, ampliar su horizonte y la posibilidad en sí. Porque lejos de eso, es un proyecto que se queda completamente a medias, como si hubiera sido un guion aprobado en su tercer borrador, introduciendo muchos elementos y queriendo contar o mostrar solamente a uno. 


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