El cierre de la trilogía trae mucho de lo clásico,
un poco de lo nuevo y una sensación de "final abierto, pero no".
Por EdSQ
Una tercera entrega parecía evidente cuando la segunda trajo un éxito monetario innegable (aunque con dudas en su realización creativa), más si se anuncia con casi cuatro
años de anticipación. Entonces, ¿cómo dar un cierre apropiado a una emocionante
reinvención iniciada en 2015? Para una franquicia como esta, hay varios tipos
de fans: 1) los de la novela original y las películas, 2) los de las películas
clásicas y las nuevas, 3) los de esta nueva franquicia. Este servidor se ubica en la segunda categoría.
Esta tercera entrega, liderada por Collin
Trevorrow (un realizador que ha sabido darle el toque y reinvención adecuados a este universo tan querido por sus fans), trae mucho en esta conclusión jurásica que gustará tanto a fanáticos como a público promedio. A un servidor esta entrega gustó, pero deja con una sensación de reciclaje estético y una narrativa que repite, pero no termina.
Si
bien la primera nueva entrega fue muy emocionante y rescató algo que parecía no
dar más que aportar, la segunda parte provocó opiniones encontradas; en lo
personal, simplemente encontré una exageración de ideas que parten del concepto
básico: hombre vs. naturaleza. Entonces, la segunda parte buscó pasar de las premisas
cimentadas en la nueva visión (el control es una ficción, ¿cómo replantear la coexistencia de dinosaurios y humanos? ¿Qué nuevos personajes humanos tendría la historia?, ec.) para desembocar en una metáfora vigente y que,
además de embonar, causaba cierto matiz crítico: el tráfico de especies. Y
¿cómo trasladar eso a una película de dinosaurios? Fácil. Creando empresas malévolas llenas de codicia.
En
lo personal no es un argumento que me moleste ver en pantalla, pues lo que al final importa y entretiene es ver poderosas bestias masticar soldados y víctimas como si de golosinas se tratara, pero ocurre que al transitar por
ese derrotero le quitamos potencial a una premisa más urgente: salvar de la irremediable
extinción a los dinosaurios sobrevivientes. ¿Se queda corto? También; puede ser,
pero si eso lo centras, le introduces conflictos menores e igualmente valiosos
a la cinta, vuelves orgánica la función de entretenimiento de la primera
parte. El “problema” que le veo a Dominio es que yo veo que repite casi
con calzador los lastres de la segunda parte: corporaciones malvadas destrozan
el medio ambiente para hacerse con las capacidades científicas que implica
combinar el genoma humano con el de especies extintas.
Y para que esta idea sea de verdad una base sostenible —una excusa para que la tercera entrega tenga
un antagonista que sirva de resorte de la tercera (y final) entrega—, le dan
cara al "villano" encargado de cumplir esta función en la historia:
Lewis Dogson (Campbell Scott, ¿recuerdas al papá de Peter Parker en El
Asombroso Hombre-Araña de 2012-2014?) y pues… actúa, pero nuevamente
termina siendo un villano olvidable que no hace más que repetir lo de siempre. Digo, algo interesante y entretenido de ver habría sido una confrontación ético-filosófica entre villano y héroes, pero no llegamos a tanto y ahí noto premura en el guion; todo pasa muy rápido camino al clímax.
Creo
que el verdadero atractivo de Dominio radica en la natural mezcla de eventos que involucran tanto al elenco original como al de la nueva trilogía.
Contrario a otras franquicias geek, aquí no me emocionó la manera de verse e interactuar
para sortear los peligros que implican los dinosaurios; más bien, sentí un exceso
de parafernalia técnica, además de que me dio la impresión que Trevorrow ALARGÓ
el final con las clásicas y melosas escenas de dinosaurios “intentando co-existir”
con la humanidad, algo que ya veía yo desde Parque Jurásico: El mundo
perdido (1997) y que, personalmente, cansan porque narrativa y visualmente, no proponen un cierre, sino solamente la idea de paz entre seres vivos con imágenes idílicas que no ofrecen nuevos conceptos y ese CIERRE que vende esta tercera entrega.
Y pues Mundo Jurásico 3: Dominio propone lo mismo, pero retomando los elementos clásicos tanto del material fuente como de las entregas originales, brindando un equilibrio entre generaciones y una mezcla del espíritu que caracterizó profundamente a esta franquicia (música incluida). ¿Cuánto a que
Hollywood buscará reiniciar la franquicia en cinco años?
Creada por Michael
Crichton, Parque Jurásico y Mundo Jurásico han sido películas por demás entretenidas y del gusto general, pero con Dominio así siento como si todo quedara abierto nuevamente, muy
a pesar del buen guion y el desempeño del elenco. ¿La película me gustó? Por
supuesto, la disfruté, PERO no la siento como un final, sino como un “Ya acabó,
pero…”. Tiene buenos efectos visuales, buenas escenas de acción, algunas
escenas ilógicas, otras emotivas, otras románticas, otras graciosas, otras de
tensión, y ya. Veo aquí una “extensión” de Reino Caído, pero hecha mucho
más a la medida de la franquicia y de la visión de Trevorrow, un director respetuoso con el legado que le ha sido asignado.
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