ENCANTO


 


Encanto, de Disney, resulta ser una bonita fábula familiar.





Por EdSQ

La más reciente película de Disney ha dado mucho de qué hablar. Y puede que sea polémica la nota recibida por la prensa especializada. No resulta una cinta con una trama muy destacada; al contrario, es una historia cercana, familiar y con una fábula inesperada para el público general. Las canciones son entretenidas. Pero ¿qué más? Encanto llega a nosotros mediante Disney+ para disfrutarla a lo grande, tanto por su colorida animación como por la cantidad de misterio que su guion encierra, que es mucho. 


Apoyada en un puntual, exquisito y ocurrente desarrollo de personajes, esta nueva propuesta de Disney se apoya mucho del concepto básico de que la familia es lo primero, para posteriormente elevarlo al estado del más puro sentido emocional: quiérete y quiérelos. Procúrate y procúralos. Pero ¿será suficiente sin un contexto histórico apropiado? La cinta se sirve de la historia colombiana (amada e incluso mentada en películas de acción real) para tejer un trasfondo enigmático, deliciosamente dramático y poderosamente humano. 


Mirabel es la protagonista de esta historia. Los distintos miembros de su familia han recibido dones a temprana edad. Poderes mágicos y con ellos hacen de su comunidad un lugar mejor, más divertido, emocionante y espiritual. Ella, a diferencia del resto de su familia, no tiene poderes especiales; eso la “distingue” y aunque pude pensar que el guion me llevaría por el camino fácil a la Batman (sí, ya hablaré de la cinta de Reeves en breve…), termina siendo un discurso un tanto inesperado, engañosamente sencillo y hasta precariamente conmovedor al situar la noción básica del argumento en el “Salvémoslo todos”. No está mal, pero estimo que habría tenido más impacto que el clímax fuera peligrosamente más dramático, más… épico. 


No es quitarle mérito a una resolución moderadamente satisfactoria; es más bien, fincar la emoción y la experiencia que rodea a un protagonista a un ciclo mucho más atrevido, más… fantástico, tanto como la atmósfera que rodea a la presente cinta. Porque, vamos, hasta la estructura narrativa es bastante interesante, llamativa y absorbente, pues el guion me permite conocer a los personajes, y aunque sus canciones pueden resultarme enigmáticas y hasta intrincadas a ratos, la verdad las voces están a la altura de la emoción generada. 


Inicia bien, con el marco histórico apropiado para contextualizarme en el conflicto que eventualmente rodeará a la protagonista y la llevará a ser auténtica y confrontar con amor a su familia; un discurso que todos necesitamos recordar: ¿Eres suficiente para ti? Si lo eres, lo eres para los demás; la aceptación comienza en el interior. Y la verdad, conecta con la premisa por múltiples razones. En primera porque necesitamos humanidad, espiritualidad, cercanía, vulnerabilidad y compañía y, para rematar, la protagonista Maribel tiene ese poder, el más humano de todos: unir a su familia. Y sabemos que eso vale más que cualquier otro superpoder.

 Sí, no niego que mi queja ante el clímax es su simpleza; dicen que las obras maestras son consideradas así porque entre más cercana más profunda y “llegadora”, pero no creo que SIEMPRE deba ser así. Aun así, Encanto conquista por el conjunto de elementos que la conforman. 

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