Entretenido thriller que combina ficciones temporales.
Por EdSQ
La premisa básica de El Teléfono es «Cuando una mujer solitaria recibe una llamada telefónica de una joven que promete salvar a su difunto padre, cree que finalmente ha encontrado algo de esperanza. El problema es que la chica la está llamando desde hace veinte años atrás» y, por lo mismo, puede parecer confusa. A primera vista lo es en sus primeras escenas, pero el guion, producido por Syd Lim y escrito/dirigido por Chung-Hyun Lee sorprendentemente cautiva, intriga y permite una cercanía especial con los personajes.
Shin-Hye Park, Jong-seo Jun, Sung-ryung Kim estelarizan esta cinta y… me cuesta entender el género al que apela. Podría clasificarla como una cinta de misterio, asesinato, intriga y drama, aderezado con interesantísimos efectos visuales y el reciclado concepto de que las acciones del pasado influyen al presente/futuro. Un elemento que encuentro muy interesante en esta historia de Lee es cómo conduce el drama y lo interioriza a los personajes, rompiendo en parte (coqueteando, además) con el debate de qué surge antes: si el personaje o la trama. Aquí todo está centrado en los personajes.
Las protagonistas, separadas por las líneas temporales y una “magia” ambigua que rodea toda la circunstancia (Lee nunca explica cómo es que las llamadas se dan, lo deja como un misterio perteneciente a la historia), primero amigas, después aliadas, terminan siendo enemigas por el destino y es cuando una de las conocidas moralejas del cine surge: las apariencias engañan. En este margen de la película, en el que exploro como espectador el desarrollo psicológico de las protagonistas y cómo su lazo da un giro es algo interesante de ver aquí, pues además de estar apoyado por el conocido uso del stop-motion, logra un efecto profundísimo sobre las consecuencias de los actos, creando con El Teléfono una muy entretenida fábula sobre Pasado y Presente; cómo la precaución es un valor y, no importa quiénes seamos, el destino nos alcanza.
Puedo decir con gusto que esta propuesta en Netflix escapa a la maldición (bueno, por poco) de las películas aburridas, de fórmula desgastada. No quiero decir con esto que El Teléfono no abuse de elementos, porque sí los hay, pero da giros, inunda de misterio los conceptos clave de la película, y presenta una cara para luego sustituirla por otra; esto último para el género, los personajes o las acciones. La primera secuencia, por ejemplo, me llevó a suponer que estaba ante una propuesta de terror; incluso la fotografía, el uso de la cámara y algunos efectos visuales reforzaban la hipótesis, rodeada de enigmas, pero al final, se trata de un entretenido y medianil emocionante viaje de acción ficticia, asesinas en serie y personajes centrales. Porque sí, el elenco secundario es más terciario que el gato del vecino que nunca se aparece, pero estos “desperdicios” no demeritan significativamente el producto; despejan la historia y permite que aquellos personajes que sí son relevantes o que aportarán algo, surjan cuando es preciso.
Dicho esto, puedo recomendarte El Teléfono si no la has visto o si estás en plena decisión. No es la mejor película de la plataforma, pero sin duda es un ejemplo de propuestas que pueden entretenerte un rato, sacarte de esa arrolladora realidad que actualmente vivimos.
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