ANON


Tomando prestadas algunas premisas y revolviéndolas sutilmente. 



Si tomáramos prestadas propuestas como Yo, Robot, El Origen y Black Mirror seguro saldría como resultado la nueva ambición de NETFLIX titulada ANON. Y es que si miramos de cerca, de los ejemplos ya mencionados encontramos vestigios en esta cinta de crimen tecnológico. Un mundo donde la tecnología ha sido tan implantada en nuestra sociedad, que podemos tener completo acceso a ella. Pero, como el acceso, también hay espacio para la restricción; nuestro cerebro es la computadora: nos enviamos archivos, vemos videos, hacemos llamadas. Todo desde nuestra mente. Fantástico, pero también escalofriante; la idea de que la tecnología nos facilite las cosas nos aleja, de un modo u otro, a nuestra humanidad, y el peligro que nos promete la ficción de la cinta es claro: nuestra privacidad está en peligro de extinción. 

Anon, como cinta de crimen cumple, aunque me recuerda muchísimo a Yo, Robot por la línea argumental del policía tan involucrado que sus colegas y superiores terminan tildándolo de paranoico. Y desde ese punto de vista, sólo la primera media hora de la película es refrescante y creíble, incluso el diseño de producción es visualmente impresionante y permite que las atmósferas de la trama nos absorban. 

Pero el concepto de "meter una idea en la cabeza" de otro, característica que usan para definir a la supuesta antagonista de la historia, no es novedoso, ahí tenemos El Origen, del británico Christopher Nolan, que aunque no es la idea central, sí la aborda a ratos en su filme. No quede duda que en Anon la premisa no pierde ninguno de sus tintes filosóficos y nos permite entrever el peligro psicológico y tangible por el que atraviesa el protagonista, tampoco se olvida de advertirnos, debajo de la mesa, el peligro ya tan anunciado de cederle tanto terreno a la tecnología; en este apartado debo aplaudir la dirección de fotografía, pues es sencillamente impresionante. 

Y habiendo expuesto los paralelismos, confío en que sobra mencionar la similitud con la serie Black Mirror del cual el copio me parece descarado, particularmente del segundo episodio de la primera temporada. Pero, eso sí, el uso que le da Anon tiene mucho más potencial. Ahí está, al alcance. Y lo hace bien, nada extraordinario, pero suficiente para salir del bache. 

En términos de dirección y actuación todos cumplen; el guion es adecuado y su estructura narrativa nos da la libertad de disfrutar un par de giros interesantes dispuestos en la trama, pero como pasa con otros casos donde la premisa es robada y reformulada, si los quitamos de en medio, Anon se convierte en una estupenda cinta de misterio, poca acción y bastante intriga para saborear, pero si hurgamos un poco, encontramos una premisa cuya originalidad recae en su primera media hora. Nos creemos el universo que proponen, pero para diferenciarlo, se necesita mucho y olvidar que hay precedentes. ¿Podremos ignorarlos?

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