Crítica a Visions



Una cinta que, si la vemos como un rompecabezas, puede funcionar. 

Como es natural en muchas cintas -no sólo en el terror-, es mala la "costumbre" de traducir erróneamente los títulos que las acompañan. Confundir ya sea por la temática o por el género es un efecto secundario, y aunque no llegamos a tal confusión en esta cinta, sí lo tenemos en la premisa sustancial que este filme promete. El título original se entiende como "visiones" que para su traducción oficial nos llega como "Yo vi al diablo" (¿dónde queda la originalidad?). Pues bien, en el rol protagónico nos encontramos a la muy bonita y cumplidora Isla Fisher (quizá la recuerden, como yo, de la comedia romántica Definitivamente...tal vez, 2008). No me parece una actriz exagerada ni muy compleja, sino que más bien entraría en la categoría de los actores que "lo hacen bien" simple y llanamente. Aquí interpreta a Julia, esposa de David, que tras un accidente automovilístico, como se nos explica al inicio, procura recuperarse del trauma y reiniciar su vida con él mudándose a un viñedo. 

No, no se preocupen. No estoy revelando información ni arruinando la trama, no tendría por qué. Lo que describo corresponde a los primeros minutos de este filme. En realidad, quizá esa escena pueda ser considerada el detonante psicológico -como en toda las cintas de este calibre- de lo que acontece después. Sí, Fisher actúa bien y contribuye a profundizar en la premisa principal; la actuación de su esposo David (Anson Mount) es el "pero" que hallaríamos, esto sin tomar en cuenta lo predecibles que son los sustos, y curioso, porque éstos simultáneamente pueden ser el pro de la cinta. La debilidad en cuestión radica en el cliché del esposo que no cree que lo que le pasa a su esposa sea lógico, una cuestión apoyada por las causalidades que la rodean, con todo y el trauma.

En la categoría genérica podríamos decir que es una película que, de fondo es terror, eso ni lo duden, pero en el tratamiento, atmósfera y desarrollo, parece más una cinta de suspenso. Y en esta misma línea, si hay algo que la vuelve predecible y se nota, es el ritmo. Este factor es el responsable de que veamos venir los sustos o giros de la trama, en los cuales Julia se ve atrapada intentando averiguar qué ocurre y por qué; es en donde notamos cómo aflora la tensión y cómo la protagonista retoma sus efímeros momentos de "paz", para nuevamente sentir el miedo y ser presa de la intriga a su alrededor. 

La producción es adecuada y hasta eso todo luce normal, esto sumado al diseño de vestuario y un elenco "para estar ahí por puro deber"; tenemos en los papeles secundarios a Eva Longoria (Desperate Housewives) y Jim Parsons (The Big Bang Theory), que, aunque son esporádicos, terminan siendo un aditivo agradable y le imprimen ese aire de casualidad a la cinta. Y es que, dejando de lado los espantos predecibles, al unirlos y ver el conjunto "coherente" de la premisa, es donde tenemos el atributo y sentido de la cinta. Es de terror sí, pero es importante que quienes la vean, sepan en qué sentido es de terror, porque ahí radica lo diferente y hace que la película cobra el sentido que "aparenta" perder de fondo. 

Isla Ficher -sino en todas, por lo menos muchas- películas del género, además de ser quien lleva el paso de la cinta (repito, lo hace bien), también funciona como el atractivo visual, y en un par de escenas, esto es evidente; tenemos aparte el ya mencionado aporte de la cinta, que para mi gusto, es novedoso, agradable y lleva a esta sencilla propuesta a "ser algo" en un casual fin de semana. Todo es sencillo pero sí está bien realizado, elaborado, especialmente si lo vemos como un rompecabezas que paulatinamente une sus piezas; si no, ni se diga; así que, con Fisher a la cabeza, "Yo vi al Diablo" (Visions) sí es una opción entretenida para verla en su cine preferido; en resumen una cinta pasable. 

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