Aguas Siniestras


 


Aguas Siniestras es una cinta medianil cuyo carácter 

"ilógico" es más entretenido e interesante que la historia en sí.



Cuando encontré que Wyatt Russell estaba en el papel principal de esta cinta me pareció interesante porque el actor ya había demostrado su rango emocional en The Falcon and the Winter Soldier, por lo que sentí que en esta cinta podría disfrutar de algún aporte suyo. No obstante, una vez visto el producto final, algo no me terminó de convencer. Y es que el problema no es el actor —que hace lo suyo—, sino que Aguas Siniestras (Night Swim) parece ser más interesante por cómo fue hecha que por su historia misma.



El prólogo me habla de una familia disfuncional. Una niña en una piscina y algo raro sucede... sólo intuimos que si la niña sigue nadando, algo malo ocurrirá. ¿Dónde están sus padres? ¿Por qué no responden a sus gritos? ¿Habrá «gato encerrado»? Más bien devorado, ¡ah, no!, perdón... ahogado. Se lo tragó La Psicina. Para estos lares, la cinta producida por el famoso James Wan fue bautizada como Aguas Siniestras, cuyo guion ilógico se antoja más llamativo por el posible detrás de cámaras que por la historia misma, ya que la nueva familia es conformada por individuos que a partes iguales presentan una psicología poco trabajada, pero que individualmente brillan más y mejor. Digo, es una familia americana esterotípica en la que hijo e hija resultan más capaces, conscientes e inteligentes que los papás en sí. 



Conforme la historia avanza queda claro que la psicina tiene algo, pero solamente la prole lo atribuye o confirma, mientras que los adultos como buenos racionales que son, le echan todo a la imaginación. Esto permite que en la cinta surja un estado de vulnerabilidad a partir de la inconsciencia y no de un acto por elección propia, que conduriría a la trama por derroteros más intensos. El guion lo deja todo a oscuras y solamente la poca valentía de los chavales definirá qué camino tendrá todo... 



Ya para cuando la familia sabe qué ocurre, son tantas las inconsistencias que la cinta termina siendo predecible, socarrona y hartante porque no es posible concebir la irracionalidad de sus personajes frente a lo OBVIO. No quieren creer que el agua "está maldita" y cuando no les queda de otra, hacen frente al mal de maneras peligrosas e irrisorias. Si tientas al demonio, éste se venga. Bueno, algo similar ocurre aquí y pues dentro de sus normas y posibilidades, la cinta termina dejando un par de cabos sueltos y una sensación de estupidez porque no puedes creer que los personajes sean tan tontos e ilusos creyendo que su "solución" será definitiva y no dañará a más personas. 

Se nota la mano productiva de James Wan al fondo, aunque con Night Swim también resulta evidente que si sigue usando sus trucos como narrador, llegará un momento en que pierda su toque. ¿Ocurrirá esto con la cuarta entrega de El Conjuro?


No hay comentarios.:

Publicar un comentario