Hambre de Poder.


No vendes el producto, vendes la idea.



Existen en Hollywood infinidad de cintas que, basadas en hechos reales, llegan a la pantalla grande (lo que ya de por si es un logro) para homenajear, denunciar o retratar toda clase de acontecimientos. Vemos desde importantes atracos, bancos al borde de la quiebra, casos de muertes, heridas, mafias, revolucionarios, el surgimiento de renombradas empresas que mantienen su popularidad al día de hoy, entre muchos otros casos. El que hoy nos ocupa es el caso de cómo surgió la empresa de comida rápida Mc Donald´s tal y como hoy la conocemos. 

Más que datos históricos como centro narrativo, la cinta nos cuenta cómo surgió la fama alrededor de la icónica empresa "de los arcos dorados". Claro que no le invierte más tiempo del necesario al apego de los datos verídicos o que, desde una perspectiva rigurosa, se apegue a lo "que realmente pasó justo como pasó". Más bien, la parte histórica es narrada de forma sutil, con un lenguaje sencillo, rico y accesible para todo el que guste de aprender lo que hoy por hoy es muy importante: cómo hacer crecer un negocio. 

Es por esta idea que encuentro a Hambre de Poder (The Founder, en inglés) como una cinta por demás interesante. Y sí, me hallo lejos de mi zona de confort (Literatura y súperhéroes), pero esta cinta, recomendada hasta el cansancio por un allegado, se convirtió velozmente en mi pendiente más INmediato. Recuerdo una ocasión en que mi Papá iba a dejarme al colegio y justo en una calle cercana a nuestro hogar, veíamos a una pareja parada, en plena esquina, intentando vender su nuevo negocio: una tamalería. Eran cerca de las 6:20am, así que todo estaba oscuro, y las palabras de mi Papá fueron "Híjole. Les deseo suerte, pues comenzar y mantener un negocio es hoy día muy complicado". Y dicho y hecho: no pasó un año antes de que ese mini-negocio quebrara... 

Lo importante en un negocio, como en cualquier historia, no es vender un producto, sino la idea del producto, su "necesidad". Hacerle creer al usuario/cliente/comprador que aquello que tenemos no le será solamente útil, sino imprescindible. Iniciar un negocio no es tarea fácil, especialmente aquí en la Ciudad de México. Por esta simple idea, y considerando la infinidad de compañías que hay en el mundo, el factor innovación resulta terriblemente trascendente. Y, regresando a la película, el protagonista Ray Kroc es predeciblemente ese personaje gandalla que, tras conocer una idea novedosa, decide hacerse con ella de la manera más sutil para posteriormente expandirla sin verse limitado por sus creadores originales y, así, fundar McDonald´s.

Yo nací en una época en que la dificultad de ganar dinero se vislumbraba y rozaba con los dedos. Sin previo conocimiento de la sabiduría mercadológica y empresarial que rezuma esta cinta, empecé a verla creyendo que, desde la postura conceptual, vería la estructura empresarial general, cómo las ideas convencen a las mentes y, un poco por aquí, un poco por allá, ver la forma en que un hombre de dudosa moral se adueña de una invención ajena para finalmente alcanzar la cima "a través de la perseverancia". 

Es por esto que juzgar al protagonista me parecería terriblemente sencillo; no obstante, la película goza de algo difícil de conseguir: ausencia de matices. Sabemos, porque nuestro raciocinio así lo señala, que Kroc está obrando mal, que engaña a sus "jefes" y que busca hacerse con el poder a como dé lugar, pero la historia sólo exhibe cómo pasaron las cosas, sin importar si cada suceso que presenciamos es bueno o malo, se limita a narrar la historia, y aunque tiene dos detalles que no explica bien cómo fueron "evolucionando" al hoy, se convierte en una cinta por demás ingeniosa, entretenida, interesante y psicológicamente deliciosa. Tan rica en sustancia como lo fue en su momento Atrápame si puedes (Dir. Spielberg, 2003). Ambas cintas, retratando hechos reales, como sea y cual sea que haya sido su objetivo original, terminan auto-rociándose de una atmósfera sumamente familiar: el estilo de vida gringo. Lo más asombroso es que Hambre de Poder lo hace de manera "enmarcada", no como sustento principal del relato, un relato que tiene en su cabeza a un siempre bienvenido y espectacular Michael Keaton como la estrella en cuestión. 

No se olvida de lo que implica meterse en su personaje, como Leonardo DiCpario lo hizo para Jordan Belfort en El Lobo de Wallstreet (Dir. Scorssesse, 2014). Para la cinta que ahora nos ocupa, el desenlace es progresivo, predecible, absorbente y nos muestra la columna de todo negocio: el conocimiento es poder, y para eso necesitas saber vender la idea y un poco de Finanzas. Sabemos lo que va a pasar, no cómo ni en qué punto, y ese mínimo carácter "impredecible" es lo que le permite a la cinta gozar de un aire de "¡BUM!" cuando las escenas dramáticas tienen lugar, llámese al diálogo despiadado de Kroc con el hermano mayor de los McDonald que tiene lugar por teléfono, o cuando Kroc les promete sus regalías. Son momentos culmen bien dirigidos, bien narrados y que gozan de ese aire de "la esperanza está por acabarse". 

Kroc ve en ese pequeño restaurante la oportunidad de innovar el concepto que recién descubre para desarrollarlo al mismo tiempo que, furtivamente, le imprime su sello personal. Sabemos que la palabra "innovación" viene del latín in-novare que significa "introducir una novedad a algo ya existente". Kroc no inventó en el sentido estricto, sólo aportó, y lo más relevante, como sucede en películas de este tipo, es que se trata de un personaje que aportó algo más valioso que un aparato: aportó un concepto, una necesidad. Y, en sus palabras, demostró perseverancia al hacerlo. Ya para cuando narra su fórmula es un tanto cuestionable los ingredientes que la conforman, pero dado que se trata de una época profundamente marcada por ideales más inalcanzables que palpables, no parece descabellado pensar que hizo lo que creyó justo para alcanzar sus metas, aun si jugara limpio como si no. No estamos ante un sujeto "malo maloso", sino alguien que comprende su entorno, la época en que vive, que encontró la herramienta para escalar peldaños y se vio dispuesto a usarla. Y por cómo narra su director, John Lee Hancock, el ascenso a la fama de Kroc, puedo decir que hablo de una cinta muy recomendable, que ofrece variadas lecturas sociales, según la persona que la vea. En mi caso, me iluminó un poco sobre cómo los conceptos cimentan las empresas. 

1 comentario:

  1. The film tells how Ray Kroc, an ambitious second-rate seller, suddenly finds a small restaurant run by the noble brothers Mac and Dick McDonald, who invented a method to sell previously prepared food to shorten waiting times. The name of his feeder, logically, is McDonald's (well original the little angels). Interestingly, that was what caused the seller's attention to be so much called and to see in it, the potential to make it a chain.

    The movie seems made by order of the owners of the franchise or failing that, for a brain consumed by the fat of their burgers. The director, John Lee Hancock doesnt know what to do with a story that could have been precisely about the “hunger for power” (hambre de poder) of the disgusting Mexican title and turns it into a loa to a bad guy who snatches his heritage from some good monkeys (and assholes, sorry for the word but it is the truth), leaves his loving wife and removes his own one of his partners, just because the other is younger, less ugly and more blonde. Mr. Hancock is such a bad director that he always runs out of stories and doesnt know what to do with great actors, as he did at El Alamo: La leyenda (The Alamo, 2004), which became a bad copy of a chapter of any program of History Channel in spite of having Billy Bob Thornton, Emilio Echevarría and Jordi Mollà or in the dream of Walt (Saving Mr. Banks, 2013) that turns an excellent Tom Hanks into a kind of stupid Walt Disney. In the case of Hambre de poder ... he doesnt know how to lead a wonderful Michael Keaton who builds a solid character despite the director's attempts to make it a stereotype. If something worth his job is precisely because Keaton isnt allowed to direct and leads his protagonist towards what he needs as a performer. One of the best scenes of the film is when Kroc is practicing his speech before the governor of California in the seventies, Ronald Reagan, and suddenly he wonders if what he did is fine, but in the end he doesnt feel remorse.

    Interestingly, if something catches the attention of the film is when they tell the methods of the "Mr. Burger" to achieve their purposes and how it was shaping the "standard" of "quality" of the products and why he came up with " the great McDonald's family. " Suddenly we talk about the calculations made to determine both the size of the kitchen and the distance and order in which the instruments should be, the quantities and weight of the products, as well as the time that should be spent in the chain of production. It is also said that the real business of McDonalds isnt hamburgers but real estate. It is commented that to be able to make the restaurants profitable, the franchisees must rent the premises to the company or failing to give a higher percentage than the one given to cover the losses. That is, the company never loses.

    If some value comes to have the production is because in the end it isnt boring, but yes, it never becomes fascinating and the great mistake it has is that it is never defined between the criticism of Mr. Kroc (and by logic to capitalism more wild and rightist) and the loa to the restaurant of yore as an example of the American way of life. Kroc turns out to be fascinating and even sympathetic, while McDonald's are gray and stupid beings in their simplicity. If you want to see a work on corporate greed, better take a look at works like Tucker: a man and his dream (Tucker: The Man and His Dream, 1988, Francis Ford Coppola) or The Wolf of Wall Street (The Wolf of Wall Street, 2014, Martin Scorsese). It would have been interesting to get to the point where the demands for obesity begin or that are known to use second and restored meat, or the demands for malpractice the company has had, or the mistreatment of its employees, or .. .

    A minor film that wastes one of the best actors that exist, which is far from what was expected and leaves us with the feeling of one of the burgers that the company does: With tremendous guilt for having spent on it.

    -Signature: Mr. Hi Hello

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