Stranger Things: temporada 2


Extendiéndose hacia Jurassic World y Godzilla.



Después de una primera temporada que ciertamente nos dejó con más, llega para nosotros la segunda temporada. Y si la nueva temporada retoma el margen emocional en que se cimentó la primera (Will como vehículo "giro de tuerca" y ancla de lo paranormal), también aporta elementos refrescantes (nuevos personajes y subtramas olvidadas en la primera), todo dentro de una certeza que seguirá emocionando a los seguidores de la serie: las sorpresas continúan, el misterio no ha sido resuelto completamente y aún falta lo más terrorífico.

Stranger Things: Season Two nos permite explorar las repercusiones físicas y psicológicas que Will padece una vez que regresa del Otro Lado, trayendo con eso las ideas olvidadas, como personajes del pasado o pistas de su aparente creciente universo televisivo. Y este universo, fiel a su primera parte, respeta la música, aunque sigue bebiendo de los clásicos ochenteros al mismo tiempo que retoma momentos de tensión sacados de cintas sci-fi de años recientes, sólo que aquí el descaro es ligeramente más evidente. A ratos la originalidad se pierde, por otros momentos los guionistas deciden pausar el suspense para priorizar el desarrollo emocional de personajes secundados, evidenciando algo así como "Seguimos pensando qué meter. Mientras, disfruten esto otro" y podría valer, especialmente porque es solamente la segunda temporada (y ya los hermano Buffer hablaron en entrevista sobre hacer por lo menos dos temporadas más. Eso nos dice que tenemos Stranger Things para rato, y aunque por el aspecto de la música lo veo prometedor, también es el hecho de que alargar mucho el suspense podría ser contraproducente para el tratamiento general.

La acción aquí es más psicológica, y si bien el tono de misterio y aventura se mantiene, también llega un punto en que quiero ver más, descubrir los secretos que entraña este universo, pero ¿debo acaso ser impaciente? A veces me dio la impresión de ver los mismos elementos que exploró la primera temporada, metiendo -eso sí- elementos con calzador para dar la impresión de una "continuidad". Puedo estar equivocado, es una posibilidad, pero si algo le agradezco al trabajo de todo el equipo de producción es que, dentro de su margen de ficción, el respeto al realismo se mantiene, y eso contribuye a que el "peligro" que enfrentan los protagonistas realmente se sienta, me concede el estar con ellos; me deja la sensación de ser un personaje más, de sentir lo que ellos, pensar lo que ellos y, más aún, de plantear soluciones a sus obstáculos. Son entrañables, en resumen.

Pero con algunos personajes el guion abusa de los clichés, como si anunciara que no son su fuerte, que pensar y diseñar a los "demogorgons" es su mejor habilidad. Este "personaje/monstruo" da pie a los elementos más predecibles, pero sin ellos ¿qué conflicto de momento habría? La temporada sigue manteniendo el ritmo, y afortunadamente aquí Will Byers (Noah Scnahpp) tiene mayor protagonismo, es el catalizador narrativo, tiene más presencia, arco dramático y demuestra la soltura emocional que el resto de sus colegas en pantalla.

¿Digna continuación de la primera parte? En general sí, sólo necesitan pulir detalles como los clichés, los estereotipos, mitigar los diálogos sosos y centrarse más, mucho más, en el misterio y la tensión, porque Stranger Things tiene potencial. Pero mientras beban de clásicos como Mundo Jurásico y Godzilla, pues, digamos que la tensión está premeditada y no se convierte en algo espontáneo, lo cual viene siendo lastimoso. Espero que la tercera dé la acción que promete los últimos segundos del clímax de esta segunda temporada. 

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