La Región Salvaje


Placer y Dolor.



Estimulado por las buenas críticas difundidas en la radio y porque se trata de una prometedora propuesta del cine mexicano, entré a ver La Región Salvaje, y puedo decir que se trata de una película con más significado en sus instantes "visualmente silenciosos" que cuando expone el arco dramático de los protagonistas. Escribo al respecto porque la película me dejó bruto por un buen rato tras presenciar sus créditos finales (decorados en rojo), y principalmente porque me dejó reflexionando todos los ángulos de su trama, sus mensajes, sus alegorías y su particular elección de los personajes que nos presenta, pero antes debo reconocer abiertamente que soy ajeno a la puntual filmografía del cineasta.

La Región Salvaje tiene dos líneas narrativas que eventualmente se unen: por un lado comienza narrando la vida de Verónica (Simone Bucio), joven nómada que encuentra, por un llamado interno que puede clasificarse casi como instintivo, una cabaña en la que se aloja una criatura al cuidado de una pareja de científicos ermitaños; por el otro, Alejandra (Ruth Ramos) tiene dos hijos con Ángel (Jesús Meza) y trabaja en la fábrica de dulces de su suegra. Los suegros de Alejandra son empresarios medianos, conservadores, tradicionales. Sin embargo, todos desconocen que Ángel tiene relaciones sexuales con Fabián (Edén Villavicencio), el hermano de su esposa

Aunque estas son las líneas narrativas de la cinta, los primeros segundos de la película nos muestran lo que parece ser un meteoro visto en tercera dimensión, un meteoro que se estrella en la Tierra y que lleva consigo una peculiar criatura en su interior. Dicha criatura, se nos explica muy lentamente y entre diálogos perspicaces, llegó del espacio y provocó algo inesperado: un surgimiento de deseo puro (lo que Freud podría haber llamado "pulsión humana"), en animales y hombres, para proporcionarles un placer infinito, prácticamente inhumano.

Así, con estas piezas dispersas inteligentemente en La Región Salvaje, pienso que Escalante se apoya  en un elemento muy particular de uno de los protagonistas: la homofobia, usándola para exponer una alegoría sobre la insatisfacción personal, un ensayo sobre la forma en que la mentira se convierte en el pan espiritual del ser humano. Y por ello creo que, al incluir a la criatura, está elaborando una "excusa" situada en la biología de la vida misma para explicar por qué despojarnos del dolor termina siendo un camino casi irracional, apartándonos de la decepción y llegando a un estado sublime, de paz, dejando de lado el pesimismo emocional para llegar/obtener, finalmente, el deseo como ese estado puro. Bien he escuchado en innumerables ocasiones frente a algunos allegados que la vida, puesta en términos sencillos, se divide en placer y dolor. Que toda decisión/acción que tengamos, se basa en una de las dos vertientes. Y creo que es ahí donde La Región Salvaje intenta dar un comentario, más que social, humano. Un análisis sobre la forma en que, una vez que nacemos, tendemos a formar planes, proyectos y metas para, justamente, satisfacernos, física o espiritualmente.

Por ello me parece que proyecta a Ángel como el homosexual encubierto que encuentra en su cuñado lo que no logra ver en su esposa. Verónica desea el placer incalculable que una misteriosa criatura le brinda, pero ha sido advertida de alejarse...o podría perderlo todo. Creados así los engranajes, más el inesperado e incipiente vínculo amistoso entre Verónica y Alejandra, todo se convierte en una cinta dramática donde la violencia a menudo es acompañada de un placer que no entendemos del todo. ¿Por qué una criatura tentacular? ¿Por qué Escalante exhibe el conflicto banal de la infidelidad recurriendo a la homosexualidad? ¿Por qué el director aborda tanto el placer como punto de concientización? Son preguntas que encontré, y que podría mantener abiertas, para respetar la belleza que la película encierra. Muy recomendable. 

1 comentario:

  1. Although it has important elements of science fiction, La región salvaje does not break ties with the rest of the virulent and realistic work of Amat Escalante. Quite the opposite. The Mexican director tries and achieves that both aspects, a very personal alien science fiction fantasy and the dry and forceful portrait of some flaws of Mexican society (and of all societies), such as homophobia and machismo, flow in a blended way in a proposal that can be placed, at times, in the subtle line between admiration and rejection.

    Because there are "de-dramatized" situations in the film that can force the viewer to a different immersion in relation to what is being told to us. And there are others, most of them, in which the habitual disturbance of the cinema of Escalante appears in many ways and multiple facets: we do not abandon the heartrending violence of Heli, his previous feature film, while at the same time embedding a decidedly personal vision of sex as release or torture through a strange creature from some outer space that seeks enjoyment and, in theory, little damage. A viscous and tentacular creature that penetrates the orifices of the human body in search of a unique pleasure.

    Reminiscences clear or opaque titles like Possession and came from within ... Zulawski and Cronenberg, excellent references.

    Escalante dissects a complex family structure represented, as always in the director, by non-professional actors: a young couple with two small children and the woman's brother and at the same time a lover of the husband. To this small but intense nucleus joins an enigmatic young woman named Veronica, the first one we see in contact with the alien creature, the key to the whole fantasy and at the same time hyperrealistic framework that comes next.

    The film abounds in situations and spaces of unusual expressive freedom: the planes of various animals and reptiles copulating in the crater left by the alien ship upon reaching Earth, for example, or those images between the sexual and pious exaltation in which the creature possesses one of the protagonists, surrounding it with all its tentacles and caressing each and every one of its orifices. The sexual drive is so intense -also in the way of filming the free acts of the characters in the matter of enjoyment, not so conditioned by routine and progressive disenchantment- as disturbing is the visualization of the threat without showing it. The savage region works as well in the suggestion as in the materiality of the acts, in what we must imagine and in what is shown to us in all its stark dimension.

    -Signature: Mr. Hi Hello

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