La niebla.


Cuando se desafía al instinto humano más básico.



Antes de empezar debo reconocer que, aunque sé quién es Stephen King, no he leído más que una sola obra suya y, como promesa, hay un par que llaman mi atención. Juzgando los medios de comunicación, creo que la que llegó a mis manos en su momento fue una de sus primeras historias: Salem´s Lot. En la misma noté más cuidado en el suspense, y el miedo consecuente, que en una formal construcción psicológica de personajes. Aparentemente más apurado en elaborar un terror sólido que en personajes entrañables, King me dejó como obsequio uno de los mejores epílogos que he leído en una historia que, técnicamente y de entrada, me ha dejado con grandes emociones. Porque ahí lo que de verdad intrigó no es qué pasó y por qué, sino qué sucedió después del gran fenómeno. 

En La Niebla, serie de NETFLIX inspirada en la que debe ser una de tantas obras del autor, hay un cuidado bastante coherente de los personajes, sin perder de vista que se trata de una historia de suspense con tintes de terror. En parte creo que se debe a la producción, en un esfuerzo por hacer una historia realista y que enganchara al público, y también porque es una inspiración sacada indirectamente de la poderosa imaginación del escritor de terror más famoso de nuestro tiempo. Con todo, no esperaba un producto nominado al Globo de oro, sólo entretenimiento. Afortunadamente recibí algo así como un "punto medio". La Niebla es un viaje emocional, una crítica a nuestra humanidad, a la manera en que las creencias se apropian de nosotros, un abucheo a la teología, un inteligente y delicioso análisis sobre la sociedad en momentos críticos y cómo nos atamos a la esperanza, estemos donde estemos. 

La historia, puesta en términos simples, sigue a una familia como cualquier otra, que repentinamente, como el resto de personas en el condado en que viven, queda atrapada en una misteriosa niebla que mata a quien se adentra en ella, voluntaria o accidentalmente. Así, entre dramas familiares, el pasado de algunos personajes que conoceremos en el camino, y la fortaleza de los protagonistas, La Niebla se desenvuelve ante el espectador con una convicción narrativa sólida pocas veces vista en una serie. Ignoro el apego al libro original, pero aquí los directores y productores supieron transmitir un mensaje importantísimo: el "peligro" de la niebla no recae en lo que esté afuera, sino en no superar nuestro lado oscuro, lo que más nos aterra. De esa forma, esta temporada nos enseña que es más peligroso un ser humano arrojado a las peores circunstancias que una misteriosa criatura que podría arrancarte los ojos de volada. Y es por esta tesis universal que la serie destaca, siempre equilibrando el terror "de afuera" con el desarrollo de personajes principales en bandeja de plata. Vemos humanidad, y contemplamos un juego de apariencias lo suficiente para que la serie se jacte de mostrar, con matices y denuedos, el verdadero carácter de quienes al final se proclaman como los villanos psicológicos de la historia, con todo y niebla de por medio. 

Funciona mucho para demostrar el comentario, de corte socio-biológico, de que aun en las peores situaciones la mejor persona puede volverse el peor psicópata de todos. La perfecta metáfora que expone nuestras debilidades como individuos, las flaquezas como sociedad y, con todo, que la democracia no es el mejor camino. Son mensajes alegóricos bastante nutritivos a nivel espiritual y emocional que, puestos en una serie de terror, realmente pone a pensar qué haríamos en su situación. Por lo demás, ignoro si habrá una segunda temporada y si la hubiera, tengo mi interés apartado en ella. 

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