Análisis Crítico de "Los Juegos del Hambre"



ANÁLISIS de la trilogía:


Al principio cuando escuché el nombre, pensé que la saga hablaba de algún tópico de la cultura, pero una vez que comencé la trilogía literaria escrita por Suzanne Collins, no pude evitar sorprenderme por la genialidad que los paralelismos socio-políticos de la historia guardan con el mundo actual. Quería saber qué metáfora encerraba el nombre en sí mismo, ya que los nombres novedosos siempre causan un efecto específico en el lector, ya sea al momento de leerlo o cuando lo ve tras el cristal o el mostrador de una librería.
      Pues bien, leí la saga entera. Sin embargo, hay más, mucho más de fondo, encontré muchos temas sondeables, mucho para debatir. No obstante, temo decir que la capacidad para recordar todos los momentos en que la saga me pareció apuntar en una dirección hiperbólica son muchos y no puedo contarlos todos, al menos no ahora, aunque sí puedo nombrar algunos pocos para hacer esta ejemplificación.
        No he visto la primer película, así que no puedo hacer la debida comparación; algunos me han comentado que la película resultó un éxito, pero habría que especificar si lo fue por el lado comercial, o por el lado que señala el propósito de hacer un fiel apego al libro. Dicho lo cual, la curiosidad me mató y leí algunas críticas al respecto, tanto como el hecho de haber investigado detalles fílmicos al respecto y encontré que entre el libro y la película, se dieron alrededor de cuarenta diferencias. Ahí hay una comparación; establecida ésta me gustaría preguntarles a guionistas y directores de películas basadas en libros: Si van a filmar una historia basada en una novela, ¿por qué se empeñan en cambiarla tanto?
        La saga, escrita en primera persona, narra la historia desde la óptica de Katniss Everdeen, una intrépida adolescente de dieciséis años que ha luchado por mantener a su familia durante cuatro largos años a raíz del fallecimiento de su padre después de que éste muriera en una explosión. Este terrible y fatídico evento, según se ve narrado lenta y sutilmente en la saga, guarda conexión con su amigo de toda la vida: Gale, quien perdió a su papá de la misma forma.
      Como casi todo buen libro, el inicio es evidentemente lento porque se toma el tiempo de presentar a los personajes. Como sucede en las películas, Collins es capaz de hacerte imaginar cada uno de los detalles que envuelven el contexto del inicio, uno de los tantos aspectos que me lleva a reconocer y admirar el talento de un/a escritor/a.
        Mi interés creció con el ritmo vertiginoso de la trilogía en general, clara muestra de que nunca sabemos qué puede suceder a continuación; prueba “filosófica” de que la vida humana es simple y totalmente contingente, hecho innegable se vuelve un elemento narrativo capaz de reflejar con mucho realismo la vida humana. Esto, como un buen comienzo, se ve expresado al momento en que la hermana menor de Katniss, Primrose, fuera elegida para participar como la tributo femenina del distrito 12 en los 74° Juegos del Hambre.
      Justo en ese instante Katniss nos expresa qué siente cuando ve a su hermana caminar al centro para tomar su lugar en los Juegos, entendemos cómo se siente casi como si estuviéramos ahí, el momento en que, por amor, Katniss la sustituye voluntariamente, con tal de protegerla, como una madre protegiendo a su hija.
        Lo interesante es que es justo en ese momento de la obra en donde la autora, a través de la óptica de la protagonista, nos explica cómo imagina el mundo después de una hipotética Tercer Guerra Mundial, y debo decir: ¡APLAUSOS! Una propuesta brillante, porque, como leí por ahí, el mundo futurista que plantea la saga es justo el mundo que los países elitistas están tratando de crear: Un gobierno totalitario rodeado de pueblos en pobreza extrema, dicho en otras palabras “pan y circo” (visión que se explica en la página 243 del tercer tomo titulado “Sinsajo”).
       A diferencia de las opiniones de algunos allegados que ya vieron la película, no puedo criticar la película porque no la he visto, pero si partimos de la idea de que debe ser una “adaptación lo más fielmente posible al libro” confío ciegamente en que los puntos importantes habrán sido plasmados. Así pues, es conveniente mencionar también que, así como la atmósfera y la vida de la protagonista están bien situados, construidos y desarrollados, también lo están los de los personajes secundarios que inciden y aparecen azarosamente en la vida de la principal.  
         Regresando... El destino la alcanzó. Katniss sustituye a su hermana menor para participar en los Juegos del Hambre; sacrificio personal a cambio de un bien continuo por el que ha luchado mucho tiempo. Si detenemos la lectura y analizamos la situación, podremos ver algunos matices emocionales que están bien expresados: La capacidad de protección de Katniss así como su ingenuidad, pues está convencida de que su sacrificio es total. Cree no poder sobrevivir a Los Juegos del Hambre y, por tanto, le encarga a su mejor amigo Gale la protección continua de su familia. Como es natural, el muchacho acepta cuidarlas por el aprecio a su amiga. ¿Aprecio fraternal o amor escondido?
     A mi juicio y desde un punto de vista psicológico, vislumbramos que la protagonista se subestima a sí misma en referencia a sus capacidades como superviviente, adquiridas por años de práctica (el tiempo que pasó cazando en los bosques para mantener a su madre y hermana con alimento todos los días) y piensa que morirá pronto en el "campo de batalla". Entonces pasa de una vida totalmente austera a una vida de comodidad en el Capitolio (la representación del gobierno según el libro de Collins).
    Un aspecto latente que me atrajo notoriamente en un momento determinado entre los Juegos y la introducción al interior del gobierno, es la necesidad de éste por mantener “absortos” a los ciudadanos, a la población en la publicidad escondida: Los Juegos del hambre. ¿A qué me refiero? Muy sencillo: En las tres obras dejan claro que el Capitolio, para preparar a sus tributos selectos en la batalla a campo abierto, los invita a ser optimizados en el aspecto físico, dotándolos de una falsa superioridad ante sus iguales.
      Aparecen personajes memorables y trascendentales en toda la saga, tales como Haymitch, Cinna entre otros. En el libro se narra que antes de comenzar los Juegos, cada uno de los tributos deberá pasar por la preparación física y mental a la que son “sometidos” por sus llamados mentores. Pasan desde una entrevista sobre qué esperan encontrar, comer  hasta maquillaje que oculte quiénes son y por qué están ahí. De ahí el diálogo argumentativo y excelentemente personalizado de Peeta “Quiero demostrarle al Capitolio que soy algo más que una pieza de sus Juegos”.
       Después de la entrevista, nos dejan claras dos cosas: El deseo del muchacho de luchar para ser él mismo, un ser humano con valor, con autenticidad, con un propósito único y personal (además de que se evidencia la habilidad de Peeta por saber qué decir en público) y la importancia del concepto de mercadotecnia introducido en este mundo. Peeta confiesa públicamente que lleva mucho tiempo enamorado de Katniss y ella estalla del coraje, porque piensa erróneamente que él cometió un error fatal con ella ante el ojo público, pero pocos momentos después la intervención de los mentores les explica que “presentan lo necesario para el público; el punto es el público, cómo te ven los demás, cómo te los ganas, no quién seas y si te agradaron”.
      Entonces, tanto Katniss como el lector se dan cuenta de la importancia de la “imagen pública”, o en otras palabras, de la importancia de la actuación para el público; uno/a perdura mientras la persona común se sienta satisfecha con aquélla. Cuando me puse a pensar en esta cuestión, no pude evitar recordar las palabras del Guasón en Batman: El Caballero Oscuro: “Las personas sólo son tan buenas como el mundo se los permite ser”. ¡Dios! No sé ustedes pero la frase me causa depresión de nivel cuatro.
     Entonces Katniss se percata de la importancia del diálogo de Peeta con el público y el nuevo mundo del “espectáculo televisivo” en que se inmiscuye: No importa qué hagas o quién seas, vives en un mundo donde eres percibido/a de cierta manera y ésa es como lograrás sobrevivir. Retratando, de una manera u otra, cómo es la vida de los actores, que siempre tienen que aparentar algo más ante el mundo. ¿De verdad somos tan falsos?
      Más adelante, en la narrativa cronológica del libro se nos explica los detalles que involucran la cuestión psicológica de los Juegos del Hambre, entonces se presenta, a mi parecer, una pequeña apertura reflexiva: ¿Por qué prepararse decorosamente para morir? Naturalmente notamos el instinto humano en los Juegos, pero hay algo más y son emociones. Las emociones humanas le dan una caracterización clara a la situación: Ellos no son técnicamente malos, sino que los “diseñaron” para matar durante su entrenamiento, matar por hambre, luchar por hambre, aniquilar al otro por un objetivo común: La esperanza de sobrevivir. ¿No suena eso familiar?
     Y para darle una base a este argumento en concreto, se nos explica que la cuestión colectiva humana reflejada en este argumento (porque Collins plantea brillantemente una secuencia causa-efecto en toda la saga que merece mucho respeto) es el aferramiento a un anhelo, a un sueño común, a una esperanza: El tema de fondo del que, en parte, habla la saga en términos generales. Pero ¿puede haber un mundo sin esperanza? Como se dice en el libro: “La esperanza es el único sentimiento que supera el miedo. Dale a la gente esperanza contenida y los impulsarás a luchar por un objetivo concreto”.
      Y esperanza alimentada desde la acción más simple a la más compleja, como cuando en los Juegos del Hambre del primer libro los Vigilantes cambian una de las reglas más importantes de los Juegos para colocar en una trampa a los tributos del distrito 12. Claro, de inmediato en el libro nos narran que Katniss, frente a este giro en los acontecimientos, no se rinde y se decide a retar al Capitolio. La decisión de un ser humano por la sobrevivencia contra el poder del Gobierno. Muy atractivo...
     Katniss le dice a Peeta que traguen las llamadas bayas: Fruta urbana que causa la muerte casi instantáneamente. El Capitolio enseguida advierte la intención y decide nombrarlos ganadores, sin saber que habrá inesperadas consecuencias… Éste es un elemento narrativo crucial y excelente en la narrativa de Collins, donde se nos enseña que, además de que toda acción tiene una reacción, yo asumo que siempre habrá algo peor para un buen momento. ¿Es que las “tormentas” nunca se acaban? No, y más vale traer preparado nuestro paraguas. 
       Y como ganadores de los Juegos, al final de uno de los primeros capítulos del segundo tomo de la saga, Haymitch le dice a Katniss que está “destinada” a permanecer por siempre dentro de los Juegos del Hambre. Se describe la angustia y desesperación de la chica por escapar de ese infierno. La escena es un buen recordatorio de que, detrás de un mal, siempre puede haber uno peor. Así es la vida. Desde luego estas cosas son cuestiones que los mentores de Katniss y Peeta ya conocen, por lo que sólo se limitan a preparan vagamente a los muchachos, sin saber que ellos serían los ganadores por razones puramente “inocentes”. La decisión de Katniss es un ejemplo de convicción.
     En el momento de los Juegos vislumbramos esa capacidad gubernamental por controlar al pueblo, ejemplificada por el hecho de que lo hacen, literalmente, en el campo de batalla dispuesto para los tributos, y eso da lugar a muchos cambios y transgresiones en el mismo. Katniss podría describirse, en general, como una muchacha con delirios de protección por sus seres queridos, entonces saldría la réplica: “¿Es eso malo?”, no necesariamente, pero su deseo desesperado por proteger a Prim la lleva a actuar de manera sub-consciente
      El patrón de comportamiento se ve a lo largo de toda la saga, y es lo que, simultáneamente, la fortalece y debilita, pues tiende a enfocarse en objetivos concretos perdiendo de vista factores importantes. Lo intrigante es que también entra en riesgo su autenticidad, pues sólo en ciertos momentos se apega a su criterio y reacciona de maneras que nadie predice, independientemente de ser muy “transparente”, de ahí que sustituyera a Prim, que le diera un sepelio significativo a Rue, o que rescatara a Peeta aun cuando él la había “traicionado”. Podría atreverme a decir que Katniss perdona, ya sea por instinto o porque sabe hacerlo. 
     Desde el inicio de los Juegos notamos que Katniss siente que no ganará nada, que perderá al comienzo de los Juegos, y eso no la preocupa; lo único que deseaba era salvar a su hermana menor de una muerte segura, pero no basta, no con ella. Katniss, como ya dijimos, se subestima por completo. Esto se ve remarcado en una escena, me parece que del segundo tomo, titulado “En Llamas”. En la misma se sostiene una reunión tanto con los mentores como con los tributos, donde Haymitch les pide a los demás que mencionen algún momento en el cual Katniss no haya seguido órdenes sino a su instinto natural, actitud poco sorprendente porque es lo que siempre termina haciendo.
      Poco a poco cada personaje aporta una postura o una actitud que la protagonista haya tomado, entonces caen en la cuenta de lo que Haymitch intentaba transmitir: La fuerza, el poder de Katniss reside en aquello que realiza espontáneamente, siguiendo su corazón, y eso es algo impredecible; más tarde vemos que plantean esa opción como un herramienta de utilidad contra el capitolio.
        Así pues, la saga, partiendo del primer libro, cuenta con muy buenos elementos de auto-crítica y reflexión, cosa que he dicho antes, es maravilloso. Como toda trilogía, el primer se basaría, si no en el nacimiento, por lo menos en la explicación de cómo surgió aquello de lo que se habla, dando pie, en el segundo, a relatar su pretendida continuidad con más velocidad, para más tarde, narrar en el tercer tomo cómo acaba ese mundo fatídico o, en otras palabras, apocalíptico o futurista.
       Otro enfoque que da buen reflejo al personaje de Katniss son la notoria y muy hilarante influencia de sus amigos más cercanos: Gale y Peeta. Con la inclusión de estos personajes, Collins  ofrece uno de los ejes temáticos generales en su trilogía: el amor. Además del realismo, el tono psicológico con que dota este ángulo de la historia es aplaudible, sumamente interesante. Como el primer libro sólo introduce a Peeta, y más adelante en la saga también ampliamente a Gale, para finalizar la historia con la plena participación de ambos, notamos ciertos matices psicológicos muy interesantes (giro argumental que resulta familiar si recordamos The Twilight Saga...). Vamos por partes: Por un lado, luchando junto a Katniss, tenemos a Peeta, el chico que secretamente ha estado enamorado de ella desde que eran pequeños y que eso lo envuelve en cierto tono enigmático durante la saga entera, pues nunca se sabe qué dirá o hará, pero al menos yo tengo una cosa segura: Sabe cómo moverse en su entorno.
      Desde el principio Collins nos presenta a un Peeta Mellark retraído, algo tímido y reservado, y para colmo la impasibilidad de Katniss que se observa por “querer terminar cuanto antes” los juegos hace que esto empate en lugar de distraer. Si nos posicionamos en los sentimientos de Katniss encontraríamos que no comprendemos por qué sucede lo que sucede, pero si por ejemplo nos situamos en los 75° Juegos del Hambre, donde Katniss baila con el Vigilante Jefe cuyo nombre ahora mismo no recuerdo, vemos que pasan un par de cosas: Primero Katniss descubre en la manga de su acompañante un reloj de sinsajo, después vemos que el sujeto le ofrece pistas que en ese momento la chica no alcanza a advertir, pero sabemos que así es ella: Lo que no entiende en un principio después lo hace. 
      Además de lo latente, tenemos otro factor por demás simbólico y que refleja una cuestión inquietante de nuestro mundo actual: El consumo de alimentos. Si bien hoy día absolutamente nadie negaría que comer es la prioridad a nivel mundial y, por tanto, eso da lugar a diversas confrontaciones entre los países, entonces tenemos claro que comer en ocasiones puede convertirse en lujo. Pues bien, en la obra se da un planteamiento que, más que interesante, es irritante y quizás un tanto frustrante: En la segunda parte de la saga, en este mismo contexto situacional en que nos hallamos, Katniss observa que los funcionarios en el Capitolio no sólo disfrutan de la comida, de los manjares con que cuentan, sino que además los desperdician, a diferencia de los doce distritos, que día a día luchan por conseguir aunque sea una hogaza de pan. 
       Incluso la forma como Katniss lo describe resulta un tanto despectiva, ¡y con razón! Ella nos narra que mientras en los distritos se lucha día a día por cualquier cosa que se comestible, el Capitolio hace uso de los alimentos de maneras deplorables. Esto da pie para un tipo de análisis más concreto y profundo a la vez de lo que Collins plantea: Un gobierno con recursos naturales excesivos que desperdicia más de la mitad de una forma notoriamente egoísta. Tenemos aquí una importante reflexión de corte socio-político.
     Es como si Collins nos planteara sutilmente la interrogante: ¿Hacia dónde nos dirigimos como pueblo?”. Interesante pregunta. Más adelante, ya poco antes de los Juegos ocurren se dan detalles acerca de lo que podría ser el nuevo campo de batalla. Ocurren algunos pequeños acontecimientos (como que un Vigilante Jefe la besa, o que una campeona la critica por su vestuario) que llevan a Peeta a decirle a Katniss que es una muchacha inocente, que no capta los “mensajes de fondo” de la gente. En ese momento uno se identifica con ella; sentir frustración por no poder “ver” lo que otros afirman que sucede a nuestro alrededor, entonces la táctica es negar el hecho o bien restarle importancia.  
      Más adelante Haymitch le dice a Katniss que deberá elegir nuevos aliados, además de tener a Peeta, para poder sobrevivir por más tiempo, pero ella desconoce lo que sucederá después… La “arena” resulta ser una combinación de selva y playa, la deducción que Katniss logra hacer con ayuda de una aliada suya es que se encuentran en un reloj; el mensaje sería: “El tiempo se les agota, sus vida apeligran. Piensen rápido cómo resolver el acertijo que los envuelve”. 
       En esta nueva arena sus enemigos ya cuentan con la noción previa de las habilidades de Katniss, lo que la hace más vulnerable más rápido, pero ojo, ésa no es su única capacidad: Por detrás de toda esa actitud egoísta (porque lo que le importa es mantener a salvo a su familia; más tarde a sus amigos también) y sobreprotectora se esconde una chica con inteligencia. A pesar de que la personalidad de Katniss refleja un estado de “decisiones dormidas” no puede dudarse de su inteligencia analítica. 
     Katniss aprende algunos trucos y logra sobrevivir a los Juegos del Hambre…una vez más. Ahora bien, aquí hay un “az bajo la manga” porque en un contexto anterior se narra que tanto ella como Haymitch acuerdan mantener a Peeta a salvo pase lo que pase, ambos sienten culpabilidad y desean rescatarlo como un pago (de hecho, en toda la saga vemos que Katniss se mueve por un sentimiento de “deuda” con Gale, con Peeta, con Haymitch y es lo que, en parte, la lleva a actuar de tal manera).
  El plan sale distinto a como lo planearon y eso da lugar a algunas muertes y otros heridos, pero Katniss debía sobrevivir…a toda costa. ¿Y qué pasó con Peeta? Es la misma interrogante que la protagonista guarda y que resolverá posteriormente. ¿No se han sentido así alguna vez? ¿Sentir que en primera instancia tienen un plan primordial y luego, por azares del destino, les “cambian la jugada” y lo no saben con quién están aliados? Es un sentimiento horrible, no saber qué pensar o adónde moverse.
  Pues bien, Katniss siente lo mismo. La visión del mundo, la visión de sobrevivencia, la cuestión socio-política desperdigada alrededor de la saga pone mucho a pensar en nuestras acciones; qué tanto ayudamos, qué tanto no ayudamos, qué tan conscientes estamos de en dónde vivimos; cómo saber en quién se puede confiar; vaya, como cualquier ser humano uno no puede evitar plantearse eso, pero hay más por debajo: La actitud de Effie Trinket, la de Haymitch Abbernathy, la de Portia, la del pobre Cinna; cada uno esconde un secreto, una razón de ser y que termina influyendo en la vida de la protagonista. 
Entonces, en este contexto de inferencia, Collins nos deja un par de enigmas y nos invita a deducir qué pasará a continuación (buen tiro). ¿De qué hablamos? Es interesante… Al final del segundo libro comienzan a presentarnos más a Gale, el amigo de toda la vida de Katniss, quien no parece congeniar mucho con Peeta, pero mantiene con él una línea de respeto.
Así pues, luego de ser rescatada del incidente ocurrido en la arena, Gale le cuenta a Katniss que el distrito 12 ya no existe. De modo que abrimos el tercer tomo en espera de respuestas inmediatas que nos confirmen o refuten lo que sospechamos. ¿Qué pasó? Es la pregunta del momento, aunque firmemente creo que el lector adivina las intenciones de pauta de Collins y logramos leer contextualmente que nos sitúa al momento en que Katniss recorre su distrito y observa las desgracias ocurridas en su pueblo.
El Capitolio ha tomado venganza, ¿qué sigue después? El contra-ataque… Pero, ¿está Katniss preparada para ello? Páginas más adelante nos muestran la sutil presión que siente la protagonista ante la “marca invisible” de las acciones del Presiente del Capitolio. Al momento se siente más vulnerable, observada, dolida, confundida, total; está devastada.
Cada acción, cada decisión se basa en el fondo, en ese deseo por librarse de él y de sus amenazas; como si un civil se enfrentara a un político a plena luz del día. ¿Así de malo? Sí, así de malo. En este contexto múltiple Katniss recibe, ahora sí, al plena ayuda de Gale desde la presencia incluida de Coin, de los rebeldes y de un personaje cuyo nombre no recuerdo (lo siento jeje) pero sé qué participación tiene en el tercer tomo: Cuando pierde sus piernas por un bomba y le transfiere la autorización a Katniss sobre un dispositivo de alta tecnología.
 Esta escena es curiosa porque las últimas palabras del sujeto era que no confiara en nadie, que terminara su objetivo. Saltándome seguramente varias escenas que merecen un reconocido análisis humanístico diría que la saga entera mantiene un solo matiz narrativo, pero es digno de mención. Si bien el primero presenta el cómo nacieron los Juegos del Hambre y la personalidad de la protagonista, el segundo tomo marca la pauta de el intento de solucionar los problemas que crea en el primero, causando nuevos y cómo se alía con otros para enfrentarlos en definitiva, sabiendo que habrá pérdidas sin querer aceptarlas.
Yo creo que Katniss no es débil, se hizo débil por la culpa y la creencia de que le debe a todo el mundo la vida. Eso la distrae de lo realmente importante y esa característica suya la encontré muy interesante en el segundo tomo: En muchas escenas pude notar que Katniss le da “importancia a nimiedades de primer grado” y eso la distrae, como ya dijimos, constantemente de su propósito personal: Derrocar al Capitolio.
La trama en general tiene buen suspense, lo reconozco pero si algo me atrapó más que otra cosa, y eso como efecto de la habilidad de Collins, es que, al ser ella guionista, tiene la increíble habilidad de dejar pistas ocultas en los diálogos de personajes, y también en momentos descriptivos con énfasis situacional. Un buen ejemplo es el clásico diálogo de Peeta en el primer tomo: “Katniss no tiene idea del efecto que causa en los demás”. A primera vista uno se percata (a mí me pasó) de que a Peeta le gusta Katniss, pero ella no parece advertirlo. Asumo que Collins describe así la escena para no aburrir al lector, para que él advierta por su cuenta cómo Katniss va intuyendo los sentimientos de Peeta. 
En cada una de las aventuras de Katniss podemos notar moralejas como la seguridad en uno mismo, el deber de ser observador, de mantener la calma, de entender la diversidad de los que nos rodean, aprender a no subestimar al prójimo, que la vida es salvaje, impredecible y muy valiosa, el extraordinario concepto de pobreza que maneja Collins en toda la obra, pero sobretodo el reconocerse y aceptarse a uno mismo como alguien que puede lograr lo que se propone. Algo seguro deja clara la saga entera: Siempre habrá mal, estemos donde estemos, por lo que debemos prepararnos con la “predicción” de Susanne Collins.
 Una secuencia lógica muy buena, pero debo resaltar que aunque la trama parece llevar el mismo “tamaño” en los tres libros – cantidad de páginas -, se percibe que el tercer tomo, al ser concluyente, es más lento, más enfático y más detallado. Lo mismo pasa con los anteriores: En el primero, se utiliza poco más de la mitad para describir con precisión y detalles los Juegos, en el segundo se describe más rápido y más veloz pero sin perder el suspense necesario; en el tercer tomo es distinto, pero contundente y maravilloso el modo como cierra Collins su historia.
Desde el momento en que Snow se presenta formalmente con Katniss para amenazarla (primeros capítulos del segundo tomo), uno llega al último imaginando mil maneras en que Katniss enfrentará al maligno Presidente Snow (muy al estilo de Harry Potter contra Lord Voldemort, perdonen ustedes mi comparación…), y no es que su muerte fuera poco loable, pero yo sinceramente esperaba una discusión de corte político; que el presidente Snow hablara de su personaje ampliamente; alguna excusa para evitar que Katniss lo matara… Yo qué sé, ¡algo más atrevido! Pero en su lugar mata a Coin (y quizá en parte Gale) por ser ésta la responsable de la muerte indirecta de su hermana Prim.
 Es sólo una postura más, habrá quien difiera o quien concuerde. Sé que han de haber más escenas que posiblemente me causaron impresión o ganas de analizarlas, pero como dije al comienzo, no las recuerdo todas. Damos la bienvenida a una saga literaria que nos lleva a conocer nuevas personalidades y aventuras únicas, y que al mismo tiempo aporta planteamientos socio-políticos importantes.
Una saga que valdría la pena leer no como literatura, sino como novela socio-política, o así lo creo yo. Y aquí terminamos amigos míos. Gracias por su tiempo y “que las probabilidades estén siempre, siempre de su parte”. ¡Felices Juegos del Hambre…!

9 comentarios:

  1. Me gusto mucho tu analisis, siempre he pensado que el contexto de la saga es muy simbolico y socio-politico. Una muy posible realidad

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    1. ¡Gracias! Sí, es una trilogía increíble.
      Saludos :)

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  2. Que excelente analisis, sin necesidad de haber leido los libros logre entender mucho sobre el tema, gracias

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  3. Jóven Eduardo:
    Me voy a tomar el tiempo (que fatídicamente no dispongo de mucho) de comentar aquí y en 'El Club de la Reseña' algunos de los temas que coincidimos. Me sorprende sobremanera la producción que has logrado en 3 años de arrastra el tintero ―llevo 18 años en el hooby y no llego ni a la cuarta parte― y con un fuerte compromiso argumental y literario que casi no se encuentra en estos tiempos del 'Ola ke ase' ¬¬'

    Espero también no os moleste que os utilice se escaparate para reanimar ese gusto por las letras que el día a día no me deja expandir libremente. Así pues. Aquí estaremos dándole lata, joven.

    Respecto a la entrada... no he leído la saga y las versiones cinematográficas me resultaron dolorosas (salvo 'En Llamas') por simplistas y un pésimo manejo de los símbolos, amén de que tampoco soy gran fan de la Ola 'Young Adult' hay títulos que siento insulta la inteligencia del lector. Pero sin la falsa promesa que '¡qué interesante! voy a leer los libros' asevero que:
    1.- Es una saga que disfrutaste en fondo y forma.
    2.- Tiene un manejo de los valores y una semiótica más aterrizada de lo que podemos apreciar en su versión fílmica (como pasa casi siempre en las adaptaciones de éste tipo)
    3.- El universo de Katniss es claramente hostil y es interesante como logra darle peso a la relación romántica de los protagonistas.
    4.- Es claro que te has detenido a pensar en los puntos cardinales de la obra y le has matizado con la mayor objetividad posible, amén de re-direccionarla como 'novela socio-política'. Bien ahí.

    Y pues aunque larga, disfruté la entrada. Ahí en otra ocasión daré de tumbos por aquí.

    Sayonara & Tookamiemitame

    ― D.I. Unmânyar

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    1. ¡Un gusto y un placer leer vuestras observaciones! :D
      Sin problemas, podéis mostrarme vuestra sabiduría :)

      Sí, me gustó mucho.

      Aquí estaré esperando tu presencia.

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  4. Joven Eduardo:

    Me voy a tomar en tiempo (del cual no dispongo mucho) para comentar aquí y en ‘El Club de la Reseña’ acerca de lo que converja en el interés y exteriorizar opiniones con el mero afán de ser compartidos. Me sorprende sobremanera la cantidad de producción que has logrado en los años del blog ―ya llevo más de 18 años en hobby y no llego ni a la cuarta parte― y más aún me agrada la dedicación argumental y literaria que se imprime en cada una de tus entradas.
    Respecto a la entrada… De una vez declaro que no he leído la saga, sí he visto la adaptación fílmica y no ha sido de mi agrado, especialmente por lo simplista con que trazan los elementos cruciales de la historia, amén de que no soy fan de las Young Adult. Pero de aquí puedo aseverar :
    1.- Que te ha gustado la saga en fondo y forma.
    2.- Que en el escrito hay un mejor manejo de la semiótica y el ambiente que su contraparte fílmica, como ocurre naturalmente con casi todas las adaptaciones.
    3.- Para un universo tan oscuro como el mundo de Katniss resulta interesante ese logro por darle peso a la parte romántica de la historia.
    4.- ¡¡¿Leíste ‘Twilight’?!! Que horror, un servidor se fletó apenas 5 páginas de ‘Luna Nueva’ cuando salió el libro y fue suficiente…
    Al final puedo decir, sin la falsa promesa de ‘qué interesante, voy a leer el libro’, que la entrada se ha tratado con la mayor objetividad posible y que esa dedicación a la palabra impresa es algo que se agradece en medio de la generación ‘Ola ke ase’ y espero pueda aprovechar este espacio para dar tumbos de opinión y de reanimar ese gusto por arrastrar el tintero que el día a día no me deja tantas oportunidades para exprésalo libremente.
    Aunque larga, la disfruté. Aquí estaré en otra ocasión molestado el ciberespacio. Saludos

    ― D. I. Unmânyar

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  5. Pura muerte y fregadazos en esas historias, solo vi pedazos de las películas y no me quedaron ganas de leer los libros

    - Tacos al Pastor

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