Me da gusto verte de nuevo, Emilia Clarke, tu personaje es, simplemente porque me llegó a la mente, muy distinto al que construiste en Terminator: Genesis. Mientras que allá la haces de mujer ruda, valiente, sexy y desafiante, acá puede que se note tu lado más ñoño, dulce, amable, de buenos sentimientos (MUY buenos), pero también muy vistos ya.
Primero que nada, y perdona, tengo que sacarlo de mi sistema: dado que no he leído la novela en la que se basa la película, no podría hablar de "plagios", pero en términos fílmicos, la cinta parece tomar prestado algunos elementos de la no tan lejana ni reciente La teoría del Todo (Dir. Marsh, 2014) y Amigos (Dir. Nakache, Toledano, 2012) elementos como el protagonista incapacitado, la dama que necesita el dinero y termina enamorada de él mientras vela por su salud y bienestar. La cinta que ahora me ocupa y de la que quiero contarte también tiene elementos que la distinguen, elementos muy humorísticos eso sí, pues uno de sus grandes aciertos (¡bien por el guión!) es que aprovecha astutamente los diálogos para resaltar y construir, en este caso, la personalidad de Will Traynor (espléndido Sam Clafin), y de esa forma gozamos de mensajes en doble sentido, mensajes románticos, mensajes sosos también, algunos irónicos,...otros puntualmente dramáticos. Estos diálogos se disfrutan mucho, y buena parte de ellos causan la risa que la audiencia necesita para aligerar una comedia cuyo tono es el drama de fondo y el romanticismo primero. Como esa ensalada que tiene la carne escondida, pero en el fondo sabes que lleva un aderezo.
Sobre la sinopsis, pues es sencilla: Will es un atractivo millonario que por un accidente que tiene las letras "AZAR" por todas partes, queda inválido del cuello hacia abajo, pasa dos complicados años para revalorizar su situación y tomar una decisión... Es cuando la historia nos presenta, con un excelente vestuario característico y una psicología de lo más enternecedora, a Louisa Clark (Clarke, maravillosa), una joven mujer que tras un despido necesita URGENTEMENTE un empleo y ¡caramba!, casi súbitamente se encuentra cuidando a un atractivo, sarcástico, amargado, solitario e inválido joven.
En términos de narrativa, le doy un aplauso al prólogo, pues en cuestión de segundos nos habla del tipo de vida que Will lleva, así, ingeniosamente creamos una conexión con su persona, con su mundo, nos preocupamos por quien él es.
Ahora, los mensajes son claros: vive, experimenta, expande tus horizontes. El aparente reciclaje de elementos narrativos no demerita la propuesta de la historia, vamos, sí, tiene matices románticos y nos lleva a pensar que sabemos a dónde se dirige la trama que estamos viendo, pero el engaño que sobre nosotros cae es interesante gracias a los giros de tuerca (unos inesperados, otros muy transparentes), especialmente por la carga emocional y la claridad con la que los personajes nos transmiten lo que viven.
Mientras con ella notamos un ligero toque de convencionalismo, refugiado en tradiciones y una vida muy "noble", con él tenemos una vida de lujos y un espacio de reflexión sobre lo que realmente importa en la vida. Y, al igual que Shakespeare con Hamlet, el guión invierte cuidadosamente los papeles de ciertos personajes, a favor de la consolidación empática emocional que construimos con ellos.
El guión es claro y los valores en juego aún más: primero presenciamos el cambio (ella perdiendo un empleo y luego luchando por obtener el nuevo), luego adaptación (¡Diablos!, tiene que mimar a un cuadrapléjico enojado con la vida porque no se fijó en que lo iban a arrollar...) después aceptación ("Te amo" "Yo también, pero no puede tenerte") y al final dolor, fortaleza y necesidad de hacer lo correcto ("Te quiero, pero luego sentirás lástima por mí, no quiero eso"). La cinta le baja varias rayas al realismo, lo que provoca que por momentos se sienta incongruente y pues como la magia está ahí, lo ignoramos.
Él la quiere dejar vivir, ella se da cuenta de que lo prefiere por encima de su novio Patrick (¿recuerdas a Neville Longbottom de Harry Potter? Pues él...) y aquí yace mi referencia a la obra Shakespeareana: objetivamente, ella le rompe el corazón a su novio de siete años, lo deja por un wey que ni las manos puede mover (!!!??), ¿llegamos acaso a sentir odio hacia ellos? ¡No!, deseamos que estén juntos ¿a poco no? Construcción de personajes. La historia está diseñada para mantener nuestra empatía con ellos, a pesar de las adversidades, y aunque constantemente nos recalca que la vida es cambio, lo más puntual es la característica con que Thea Sharrock dota este factor de la vida: siempre llega cuando ya te acostumbraste a algo; además de que tenemos claro el conflicto central de la historia: el dolor y la impotencia que Will siente por su estado actual.
Sus razones para ser frío, sin chiste al principio y duro con ella son comprensibles, no obstante eso no la detiene para brindarle todo el apoyo necesario. La lectura emocional de los personajes está presente, las apariencias se mantienen hasta que ella le echa en cara que es un cabrón, que sólo intenta cumplir con su empleo; entonces él cambia la fachada de sarcasmos por una seriedad que poco a poco afloja hasta revelar que terminó interesado en ella por su autenticidad. La escena de las fotos marca el parte-aguas, marca, como dijo Syd Field, el punto de quiebre, ya dejamos las apariencias y ahora los vemos como realmente son, la honestidad toma su curso y la historia sube de nivel psicológico. Él le muestra aspectos socio-emocionales de la vida que ella jamás conoció y ella, a su vez, le da esperanza. Es una buena película, te ríes, la disfrutas, te regocijas con el drama y te suenas la nariz con el pañuelo al presenciar el romanticismo que tiene como atmósfera, aunque en lo personal, disfruté MUCHO MÁS con la presencia de la bellísima Jenna Coleman en el papel de la hermana, Katrina Clark (¿recuerdas a Clara de Dr Who temporada 8?).
Con un final inesperado que intenta acentuar el mensaje de amor y de perseguir los sueños, y dejando de lado la descarada irrealidad, este filme es un viaje muy emotivo, gozamos de la actuación y profundidad de sus protagonistas, a la vez que nos detenemos a analizar el balance entre la vida personal y el trabajo.
Las ventajas de quedarse incapacitado...bueno, solamente si se es millonario, porque pobre, ni la abuela nos cuida. Nos prepararía la sopa de pollo, tal vez.
Primero que nada, y perdona, tengo que sacarlo de mi sistema: dado que no he leído la novela en la que se basa la película, no podría hablar de "plagios", pero en términos fílmicos, la cinta parece tomar prestado algunos elementos de la no tan lejana ni reciente La teoría del Todo (Dir. Marsh, 2014) y Amigos (Dir. Nakache, Toledano, 2012) elementos como el protagonista incapacitado, la dama que necesita el dinero y termina enamorada de él mientras vela por su salud y bienestar. La cinta que ahora me ocupa y de la que quiero contarte también tiene elementos que la distinguen, elementos muy humorísticos eso sí, pues uno de sus grandes aciertos (¡bien por el guión!) es que aprovecha astutamente los diálogos para resaltar y construir, en este caso, la personalidad de Will Traynor (espléndido Sam Clafin), y de esa forma gozamos de mensajes en doble sentido, mensajes románticos, mensajes sosos también, algunos irónicos,...otros puntualmente dramáticos. Estos diálogos se disfrutan mucho, y buena parte de ellos causan la risa que la audiencia necesita para aligerar una comedia cuyo tono es el drama de fondo y el romanticismo primero. Como esa ensalada que tiene la carne escondida, pero en el fondo sabes que lleva un aderezo.
Sobre la sinopsis, pues es sencilla: Will es un atractivo millonario que por un accidente que tiene las letras "AZAR" por todas partes, queda inválido del cuello hacia abajo, pasa dos complicados años para revalorizar su situación y tomar una decisión... Es cuando la historia nos presenta, con un excelente vestuario característico y una psicología de lo más enternecedora, a Louisa Clark (Clarke, maravillosa), una joven mujer que tras un despido necesita URGENTEMENTE un empleo y ¡caramba!, casi súbitamente se encuentra cuidando a un atractivo, sarcástico, amargado, solitario e inválido joven.
En términos de narrativa, le doy un aplauso al prólogo, pues en cuestión de segundos nos habla del tipo de vida que Will lleva, así, ingeniosamente creamos una conexión con su persona, con su mundo, nos preocupamos por quien él es.
Ahora, los mensajes son claros: vive, experimenta, expande tus horizontes. El aparente reciclaje de elementos narrativos no demerita la propuesta de la historia, vamos, sí, tiene matices románticos y nos lleva a pensar que sabemos a dónde se dirige la trama que estamos viendo, pero el engaño que sobre nosotros cae es interesante gracias a los giros de tuerca (unos inesperados, otros muy transparentes), especialmente por la carga emocional y la claridad con la que los personajes nos transmiten lo que viven.
Mientras con ella notamos un ligero toque de convencionalismo, refugiado en tradiciones y una vida muy "noble", con él tenemos una vida de lujos y un espacio de reflexión sobre lo que realmente importa en la vida. Y, al igual que Shakespeare con Hamlet, el guión invierte cuidadosamente los papeles de ciertos personajes, a favor de la consolidación empática emocional que construimos con ellos.
El guión es claro y los valores en juego aún más: primero presenciamos el cambio (ella perdiendo un empleo y luego luchando por obtener el nuevo), luego adaptación (¡Diablos!, tiene que mimar a un cuadrapléjico enojado con la vida porque no se fijó en que lo iban a arrollar...) después aceptación ("Te amo" "Yo también, pero no puede tenerte") y al final dolor, fortaleza y necesidad de hacer lo correcto ("Te quiero, pero luego sentirás lástima por mí, no quiero eso"). La cinta le baja varias rayas al realismo, lo que provoca que por momentos se sienta incongruente y pues como la magia está ahí, lo ignoramos.
Él la quiere dejar vivir, ella se da cuenta de que lo prefiere por encima de su novio Patrick (¿recuerdas a Neville Longbottom de Harry Potter? Pues él...) y aquí yace mi referencia a la obra Shakespeareana: objetivamente, ella le rompe el corazón a su novio de siete años, lo deja por un wey que ni las manos puede mover (!!!??), ¿llegamos acaso a sentir odio hacia ellos? ¡No!, deseamos que estén juntos ¿a poco no? Construcción de personajes. La historia está diseñada para mantener nuestra empatía con ellos, a pesar de las adversidades, y aunque constantemente nos recalca que la vida es cambio, lo más puntual es la característica con que Thea Sharrock dota este factor de la vida: siempre llega cuando ya te acostumbraste a algo; además de que tenemos claro el conflicto central de la historia: el dolor y la impotencia que Will siente por su estado actual.
Sus razones para ser frío, sin chiste al principio y duro con ella son comprensibles, no obstante eso no la detiene para brindarle todo el apoyo necesario. La lectura emocional de los personajes está presente, las apariencias se mantienen hasta que ella le echa en cara que es un cabrón, que sólo intenta cumplir con su empleo; entonces él cambia la fachada de sarcasmos por una seriedad que poco a poco afloja hasta revelar que terminó interesado en ella por su autenticidad. La escena de las fotos marca el parte-aguas, marca, como dijo Syd Field, el punto de quiebre, ya dejamos las apariencias y ahora los vemos como realmente son, la honestidad toma su curso y la historia sube de nivel psicológico. Él le muestra aspectos socio-emocionales de la vida que ella jamás conoció y ella, a su vez, le da esperanza. Es una buena película, te ríes, la disfrutas, te regocijas con el drama y te suenas la nariz con el pañuelo al presenciar el romanticismo que tiene como atmósfera, aunque en lo personal, disfruté MUCHO MÁS con la presencia de la bellísima Jenna Coleman en el papel de la hermana, Katrina Clark (¿recuerdas a Clara de Dr Who temporada 8?).
Con un final inesperado que intenta acentuar el mensaje de amor y de perseguir los sueños, y dejando de lado la descarada irrealidad, este filme es un viaje muy emotivo, gozamos de la actuación y profundidad de sus protagonistas, a la vez que nos detenemos a analizar el balance entre la vida personal y el trabajo.
Las ventajas de quedarse incapacitado...bueno, solamente si se es millonario, porque pobre, ni la abuela nos cuida. Nos prepararía la sopa de pollo, tal vez.
Nuevamente, comentarios de un prejuicio egoista arrojados sin experiencia fílmica.
ResponderBorrarSin embargo, a como lo leo, es una premisa muy gastada —no estoy seguro de haberla comparado nunca con 'Intouchables' considerando que Omar Sy no le tiraba el perro a François Cluzet, pero lo entiendo por la silla—. El trato romántico ya lo hemos visto antes, y casi como copia calca: en 'Dying Young' con Julia Roberts & Campbell Scott, en 'Sweet November' con Keanu Reeves & Charlize Theron, en 'Here on Earth' con los olvidadísimos Chris Klein & Leelee Sobieski y también en'A Walk to Remember' con Mandy Moore & Sahen West, pero bueno, en el caso de la última es Nicholas Sparks; es la melaza con azúcar añadida y cajeta, continuando con las referencias culinarias a la "...esa ensalada que tiene la carne escondida, pero en el fondo sabes que lleva un aderezo."
El encanto que personalmente le encontraría a la cinta (fuera del taco de ojo) está en la
naturaleza británica de la historia. Porque si algo caracteriza puntualmente la comedia
romántica del Reino Unido es su humor cargado de matices y al menos en eso está el agradecimiento.
Punto a favor, punto y aparte, por poner a cuadro a Khaleesi y Tywin Lannister darse la mano
sin querer matarse. Y también por saber que Matthew ya dejó de salir en calzones con tal de dejar atrás al ñoñazo de Longbottom.
Con todo y todo hay cintas que, y perdón si suena ofensivo, mi diabetes no permite tolerar
mucho rato. Y ésta tiene todas las etiquetas del postre puestas menos el 'Free Sugar'.
¯\_(ツ)_/¯
Jajajajajajajajajaja, es por la silla y por la necesidad psicológica que se respira en la cinta. Es romántica, divertida, pero si la ves fríamente, el teatro se cae.
BorrarLa voy a ver solo por lo de "cuadrapléjico".
ResponderBorrar-Tacos al Pastor
Los comentarios de “bellísimas” restan seriedad al artículo, parece que leo revistas de adolescentes que ante la falta de sustento menciona el físico de actor, y en una opinión de una película sale sobrando. Y más porque mencionar a la actriz secundaria está demás. Los protagonistas son todo el peso y la escencia de esta cinta, no hay un personaje secundario que influya notablemente en la trama. Es una historia romántica y triste, y definitivamente estupendo trabajo de los dos protagonistas.
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