Ay, la nostalgia me invade, y de qué forma. Mientras la generación de nuestros padres disfrutó de reinvenciones como Furia en el camino, Mundo Jurásico e incluso Guerra de las Galaxias, nosotros (o sea, los que nacimos de 1985 en adelante) gozamos de historias con un toque de humor, drama, comedia e ingenio tecnológico.
La primera Era de Hielo se había estrenado en 2002, cuando iba saliendo de primaria y entrando a la secundaria. Con todo y lo que suponía entre compañías y productoras, la combinación de diversos elementos (personajes, argumento, narrativa y técnicas de animación) representó una muy agradable novedad para nuestra generación y las posteriores. La historia de Many, Sid, Diego y Scrat, la rata-ardilla, se dio, y secuela con secuela, ha ido avanzando entre chistes de por medio, con nuevas adiciones e historias que, por un lado tienen ángulos nuevos qué ofrecer, y por el otro, parecen descaros disfrazados de comedia simplona que busca renovar sin mucho éxito.
Para esta ocasión, que es la quinta después de 14 años, el trío protagónico, y demás personajes que han aparecido desde la tercera entrega, se enfrentan a la que parece ser la más grande aventura de sus vidas: salvar al mundo.
Así, con el misterio justo, te puedo decir que la cinta divierte lo suficiente como para que pases un buen rato. Lo interesante fue que me tocó una familia con varios niños, así los chistes fueron asimilados de forma generacional y contextual. Cierto es que después de muchos años, la trama funciona...a secas; ya no es necesario desarrollar a los personajes, ya lo conocemos, ahora lo que importa es el planteamiento, que en términos de estructura no cambia mucho, pues los guionistas Michael Berg y Aubrey Solomon se las ingenian para acomodar el concepto de "buenos vs malos" de tal forma que componga el inicio, el desarrollo y el clímax.
Lo más importante es el respeto a la continuidad, pues a mi parecer la cinta se apoya mucho de los elementos de la tercera para cimentar las causalidades y peripecias de la presente película, y sobre los chistes, varios son buenos, te arrancan buenas risotadas, pero otros son reciclados de una forma cínica que terminas pensando "Vale, que siga la historia". Puede que sientas que en muchos momentos te arrojan chistes de a montón sin sentido y para rellenar la historia, pero ésta permanece, de fondo, más con la apariencia de una excusa que la de innovación argumentativa. La animación sigue siendo buena y la duración de 1 hora con 40 minutos de la película es lo justo para los pequeños, quienes seguro se divertirán con las bromas más simples.
Si de temas críticos podemos hablar, algo que hace bien el filme es el tratamiento en general sobre este punto: ahora notamos una constante crítica paródica a los géneros, a los estereotipos y a las familias, un llamado de atención como espejo de la cotidianidad en un empeño por crear empatía e identidad con el público, esto apoyado por un tono sencillo con ligeros tintes de drama, enfoque muy evidente durante el primer acto, ya después el filme cambia los temas sociales por algunos tópicos de supervivencia exprimiendo al máximo el humor como ingrediente activo; a través de los personajes el director Mark Thurmeier nos expone lo risibles, lo drásticos, lo cómicos, lo tradicionales y lo poco progresivos que podemos llegar a ser, exposición que mayormente recae en el personaje del que más se ha hecho esquema analítico en toda la saga: Manny. El apreciado Mamut, con su imponente personalidad, ha servido de pantalla para exponer las ventajas y las inseguridades de los papás, a la vez que dibuja las situaciones que todos hemos pasado alguna vez, pero lo plantea con humor, con gracia y estilo; el drama ha sido la mancuerna de la comedia en esta saga, logrando un justo equilibrio que alcance el nivel de seriedad para los adultos y el de diversión para las jóvenes generaciones.
Es entretenida, pero innegable es que ya sentimos el desgaste, un estiramiento de historia que que cada vez le queda menos que ofrecer de contenido, de chistes y personajes nuevos, sumado a su eterno elemento visual: el hielo, mismo que sigue sin derretirse -y no parece que lo vaya a hacer-, los personajes siguen divirtiendo, pero llega un momento en que no sabemos si seguirán explotando las ocurrencias de Sid, la racionalidad de Manny o el orgullo de Diego, incluso con arcos dramáticos o subtramas que involucren personajes secundarios. ¿Qué sigue: La Era de Hielo 6: el hielo eterno?
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