Hacía tiempo, lo merecía. Incluso se me ha preguntado qué
pienso al respecto. Y es lo justo. El mundo actual atraviesa crisis todos
los días, y en términos históricos, llevamos cargándolas por más de 100 años, entre cuestiones territoriales, geopolíticas, sociales e incluso intra-personales. El primer problema que le veo al mundo es la descomposición social: estamos demasiado "fronterizados", demasiado ocupados en nuestros propios asuntos que descuidamos el bienestar ajeno. Tengo mil ideas y ninguna, pero para terrenizar lo que quiero decir, lo ilustraré con un propio ejemplo:
Un día estaba con mi papá y le dije: "Ves el mundo como está; la masificación pierde de vista la individualidad. Al ser ya tantos, tienes que preocuparte por los que vienen delante o los que están detrás. Creo que subconscientemente tenemos perder parte de lo que somos y tenemos si dedicamos siquiera segundos a velar por el otro. Porque si no hubiera competencia, surgiría más amabilidad entre los demás, la gente sería más amable, habría respeto, retomaríamos los "valores" de los que tanto carece la sociedad actual (¿será?) y todos veríamos por todos". Él contestó "Bueno, tienes esa percepción por vivir en una ciudad grande, porque aquí percibes esa clase de problemas; si vivieras en provincia, tu percepción sería otra".
¿De verdad será? Quizá es un punto de vista muy infantil, pero los meollos del mundo comienzan desde casa, al ser la familia el NÚCLEO de la sociedad. Si no construimos valores sólidos desde ahí ¿cómo esperamos construir un mundo mejor? La realidad que YO veo es que estamos cada vez más alejados de los principios humanos, de las ideas que teóricamente nos conducirían por un entorno más saludable y prometedor.
La desvinculación social que señalo es sucedida por una evidente CORRUPCIÓN, y constantemente nos quejamos del gobierno, pero ¿cuántos de nosotros no hemos sucumbido ya a lo que designamos como malo? Nos quejamos, pero es muy sencillo culpar. Por mi parte, yo como joven adulto de 27 años, mi obligación para con los míos, con mi círculo, mis allegados...cada estrato hasta llegar al nivel de ciudadano, es criticar lo que yo mismo hago mal, aportar soluciones y tratar de ser un ejemplo a los demás (el crecimiento es un proceso recíproco) -sin tener que ser arrogante-, y la verdad sólo nos enfocamos en lo mal que el otro (gobiernos...) sin ver nuestros propios errores.
Ha habido infinidad de "protuberancias" sociales (manifestaciones, huelgas, levantamientos, rebeldías, etc) cuyo fin es concientizar a la población de sus derechos y obligaciones, pero lo único que logramos es fomentar la violencia en sus diversos niveles. He conocido personas muy brillantes que ven en esos "eventos" oportunidades sociales de expresión, pero no sé si sea lo más atinado, más por lo que generan que por lo que buscan obtener. Y este ámbito social, de un modo u otro, se extiende a distintos sectores del mundo (el problema de alimentos en Oaxaca, Venezuela; la inmoralidad de los maestros; la cancelación de las VISAS en Canadá; en su momento el atentado del "11/S", el cual tuvo serias repercusiones sociopolíticas; la violencia en otros estados, la naturaleza que se desquita con sus inundaciones, quema de bosques forestales, políticos que sólo buscan hacerse de dinero...y más dinero; uno que otro conflicto eclesial por ahí...; muertos aquí, violados por allá, secuestros express, el dólar subiendo más y máaas; atentados en Estados Unidos, las reformas del TLC; la Reforma Educativa como un planteamiento que falta desarrollarse más, el persistente problema de sobrepoblación en todo el mundo, etc.)
Y con todo y el BREXIT, las posibilidades de un mundo mejor se siguen alejando, más por una naturaleza humana más empeñada en dividir que en unir; cuando llevaba "Ética Contemporánea" -sí, estudié filosofía-, se nos pidió en una clase dar un pequeño ensayo sobre cómo veía el mundo. Mi respuesta fue "Desnutrido en valores". Y como arreglo del destino, la clase abordó el concepto axiológico en sí: Un valor es una cualidad ideal. En un mundo ideal (¡Hola Platón!) esto tiene sentido, pero en el mundo imperfecto que nos rodea (vayamos al topos uranos...), necesitamos aplicar medidas más concretas. Y si lo que veo principalmente es egoísmo, una economía quebrada basada en la desgastadísima idea "oferta-demanda", me parece claro que necesitamos repensar nuestras estructuras sociales, ya después limpiar la política (uffff....), porque ésta, claro, NO es mala, sólo está mal aplicada.
Ya Tomas Moro abordó en su Utopía los diferentes escenarios de las facciones sociopolíticas: capitalismo (cada quien ve por sí), el socialismo (todos ven por todos), el comunismo (uno ve por los demás), el utilitarismo (el bien óptimo para la mayor cantidad de personas) y la verdad, cada facción tiene sus pros y contras. Punto aparte me he imaginado varias veces en un entorno socialista y, como todo en la vida, tendría sus ventajas e inconvenientes: por un lado, no habría espacio para un esfuerzo desmedido por salir adelante, pero a la vez, dejaría de haber oportunidades de superación.
Y esto conduce, invariablemente, al gobierno: con todo (Antonio López de Santa-Anna y su equivocada venta de territorio mexicano, las revoluciones mexicanas que han dejado huella en nuestra nación -misma huella que persiste en nosotros-, Fox con su sexenio que perdía la confianza y la fe; Calderón, cuyas aportaciones fueron excelsas, pero no tuvo tiempo suficiente para generar cambios más significativos...; y actualmente Enrique Peña Nieto, de quien se dicen muchísimas cosas malas en toda red social al no considerarlo competente para ) y lo que nos embarga, la inflación tampoco hace mucho por contribuir a nuestras esperanzas de forjar un mundo mejor.
¿Cómo veo el mundo? No quiero perder la esperanza, especialmente porque soy de las nuevas generaciones, las que tienen en sus manos, si nos preparamos y obramos bien, de generar el cambio que nuestros abuelos y antepasados soñaron, pero antes de escalar jerarquías (sí, gobiernos y compañía), necesitamos afinar el trato con nuestro prójimo, porque es ese vínculo y más, el que necesita mejorar. Desde una simple mirada, hasta el "Oye, hay otra persona que necesita mi ayuda, se la brindaré".
La luz sube de precio, el kilo de tortilla también (con todo y la bolsa que lo recubre), las verduras, las frutas, la carne, el pollo, el huevo, la comida en sí misma, cada necesita hogareña básica es más difícil de producirse o conseguirse -bueno, la orgánica por supuesto-, y se debe principalmente al daño que las fábricas que le hacen a los bosques del mundo. Aquí hablamos de un problema ambiental, mismo que también tiene su problema vinculado con la CONTAMINACIÓN AMBIENTAL y el "Hoy No Circula" que ha estado en vigencia por más de 100 días.
Veo un mundo desolador, y aunque suene infantil, también evidentemente cruel. Llegamos a un punto en el que es cada día más difícil salir adelante, por la escasez de oportunidades laborales (porque ésa es otra: los empleos son cada día más complicados de mantener; con todo el satanizado Outsourcing...) en un país cegado por la codicia, la angustia, el estrés y la no correcta-preparación académica de las personas nacidas de 1984 en adelante.
El mundo es difícil, pero si se le sabe buscar, hay cómo crecer y dónde hacerlo. Europa ya vivió dos guerras mundiales, nosotros revoluciones, que no son lo mismo. ¿Qué esperamos para despertar, para actuar y realmente hacer algo por nuestro entorno? Por mi parte, considero que el mejor camino para alcanzar las metas sociales es el nunca dejar de prepararnos, siempre procurar el bienestar del prójimo, y construir un criterio humano lo suficientemente sólido para ser individuos, SOCIEDAD, facultada para ejercer derechos, obligaciones y así construir el mundo que queremos, porque así como vamos, pues no se puede.
Gracias por este breve espacio.
Ya Tomas Moro abordó en su Utopía los diferentes escenarios de las facciones sociopolíticas: capitalismo (cada quien ve por sí), el socialismo (todos ven por todos), el comunismo (uno ve por los demás), el utilitarismo (el bien óptimo para la mayor cantidad de personas) y la verdad, cada facción tiene sus pros y contras. Punto aparte me he imaginado varias veces en un entorno socialista y, como todo en la vida, tendría sus ventajas e inconvenientes: por un lado, no habría espacio para un esfuerzo desmedido por salir adelante, pero a la vez, dejaría de haber oportunidades de superación.
Y esto conduce, invariablemente, al gobierno: con todo (Antonio López de Santa-Anna y su equivocada venta de territorio mexicano, las revoluciones mexicanas que han dejado huella en nuestra nación -misma huella que persiste en nosotros-, Fox con su sexenio que perdía la confianza y la fe; Calderón, cuyas aportaciones fueron excelsas, pero no tuvo tiempo suficiente para generar cambios más significativos...; y actualmente Enrique Peña Nieto, de quien se dicen muchísimas cosas malas en toda red social al no considerarlo competente para ) y lo que nos embarga, la inflación tampoco hace mucho por contribuir a nuestras esperanzas de forjar un mundo mejor.
¿Cómo veo el mundo? No quiero perder la esperanza, especialmente porque soy de las nuevas generaciones, las que tienen en sus manos, si nos preparamos y obramos bien, de generar el cambio que nuestros abuelos y antepasados soñaron, pero antes de escalar jerarquías (sí, gobiernos y compañía), necesitamos afinar el trato con nuestro prójimo, porque es ese vínculo y más, el que necesita mejorar. Desde una simple mirada, hasta el "Oye, hay otra persona que necesita mi ayuda, se la brindaré".
La luz sube de precio, el kilo de tortilla también (con todo y la bolsa que lo recubre), las verduras, las frutas, la carne, el pollo, el huevo, la comida en sí misma, cada necesita hogareña básica es más difícil de producirse o conseguirse -bueno, la orgánica por supuesto-, y se debe principalmente al daño que las fábricas que le hacen a los bosques del mundo. Aquí hablamos de un problema ambiental, mismo que también tiene su problema vinculado con la CONTAMINACIÓN AMBIENTAL y el "Hoy No Circula" que ha estado en vigencia por más de 100 días.
Veo un mundo desolador, y aunque suene infantil, también evidentemente cruel. Llegamos a un punto en el que es cada día más difícil salir adelante, por la escasez de oportunidades laborales (porque ésa es otra: los empleos son cada día más complicados de mantener; con todo el satanizado Outsourcing...) en un país cegado por la codicia, la angustia, el estrés y la no correcta-preparación académica de las personas nacidas de 1984 en adelante.
El mundo es difícil, pero si se le sabe buscar, hay cómo crecer y dónde hacerlo. Europa ya vivió dos guerras mundiales, nosotros revoluciones, que no son lo mismo. ¿Qué esperamos para despertar, para actuar y realmente hacer algo por nuestro entorno? Por mi parte, considero que el mejor camino para alcanzar las metas sociales es el nunca dejar de prepararnos, siempre procurar el bienestar del prójimo, y construir un criterio humano lo suficientemente sólido para ser individuos, SOCIEDAD, facultada para ejercer derechos, obligaciones y así construir el mundo que queremos, porque así como vamos, pues no se puede.
Gracias por este breve espacio.
Hay muchas de las cosas que se exponen en esta entrada que llevan en medio una escala de grises donde las mismas podrían mejorar o empeorar. En el panorama más amplio sí existen al menos cuatro crisis importantes: la ambiental, la económica, la cívica y la cultural. Y todo esto es resultado de una misma dolencia; la misma gente.
ResponderBorrarEs tan fuerte la relación con estos problemas y la gente que no hay espacio ni calidad de vida que no esté afectada. Decías en un principio que "tienes esa percepción por vivir en una ciudad grande; si vivieras en provincia, tu percepción sería otra", pero me temo que en el desenfrenado paso de la maquinaria pesada, hasta los puntos más recónditos han sido alcanzados. Ese cáncer humanista sediento de destrucción se esparce como la Nada y no da luces de querer detenerse hasta devorarse a la Emperatriz Infantil (esperanza).
Es difícil sí, pero no es imposible, tratar de menguar el paso de esa fuerza, en tanto no se le haga frente. Cual cacería de Mamut, a éste hay que tumbarlo desde las patas, entorpecer su paso sin que por eso nos atropelle. ¿Cómo? Recuperando el civismo, alimentando la cultura, cerrando los ojos y los oídos al ruido mediático con que la Maquinaria hace carnada y anzuelo, engullendo víctimas al por mayor.
La historia no se repite por no saberla, se repite por no entenderla, por no sentirla, por no vincular el tacto con la piel árida que esos fantasmas aún yerren eco de su apenas simbólico paso por el mundo. Porque aceptando que no somos nada, no valemos nada, no importamos nada, se dará el despertar que se necesita en el auge de nuevos Atreyus y nuevos Bastians.
De paso perdón por la referencia infantil, pero lo sentí relativo si como niños, la mayoría espera a un Padre o Madre resolver las cosas que están frente a uno. Y no hay que arrojarse a la guerra como Che, no hay que conflictuar como Elliot Ness, sólo hay que entender nuestro lugar en el mundo y aceptarlo. La naturaleza es más grande que nosotros, no al revés, no dañamos a la Tierra, dañamos nuestra existencia. Apenas desaparezca el último Hombre, este planeta se sacudirá las pulgas y reverdecerá con nuevas especies. Dejemos de ser tan soberbios y demos paso a un nuevo ser que no necesite refugiarse en ideales para sentirse importante. ¿Quieren darle valor a su existencia? Trabajen por ello, demuéstrenlo. Sólo así se empieza el cambio. Porque ‘un viaje de mil kilómetros inicia con un simple paso’.
Está en todos poner de nuestra parte, pero cuando estamos por hacerlo -al menos en mi caso-, surge algo más que desafía la posibilidad de ese algo alcanzable. No es imposible, pero no debemos seguir dando la espalda a lo que nos rodea.
BorrarTuviste puntos buenos y malos en esta reflexión. Para empezar la escribiste en el 2016, y hoy en el 2019 vemos que continuamos con los mismos problemas.
ResponderBorrarComentas que tu papá te dijo que si vivieras en provincia tu perspectiva sería otra. Y aunque es cierto no hay justificación para eso, los problemas del planeta nos afectan a todos, vivamos donde vivamos. No me parece una respuesta adecuada, yo diría que “te dió el avión”.
Algo que mencionaste, con otras palabras, es que Calderón hizo cosas buenas: ja ja ja ja y más ja. ¿Lees revistas de Economía y Política o te quedas con las ideas de tu madre? Calderón para empezar aumentó impuestos que afectan única y exclusivamente a la clase media trabajadora, la impunidad de la guardería ABC, facilitó todo para que Peña Nieto pudiera consumar la reforma energética y la venta de Pemex, panistas enriqueciéndose con el dinero del pueblo, el fraude electoral a AMLO, y no estoy a favor de el pendejete del peje, pero sé por un amigo que trabaja en el INE que en los
Conteos en las oficinas del INE le pusieron más votos a Calderón.
En cuestión ambiental sí es un problema de todos y se comienza desde casa. Conozco familias que no desconectan ninguno de sus aparatos electrodomésticos o usan el carro para todo, no pueden ni salir caminando a un lugar cercano. Dices que lo bueno y lo malo se aprende desde casa y es cierto, desgraciadamente nadie sabe educar y nuestros padres no son perfectos. Pero cuando ya eres adulto, tenemos la capacidad de diferenciar lo bueno y lo malo que nos enseñaron y lo podemos cambiar o mejorar. Incluso podemos ayudar ahora a nuestros padres, no justificarles sus errores y minimizarlos. En familia se debe fomentar la unión, no olvidarnos de nuestros primos o tíos, las parejas que se divorcian no poner a los hijos de por medio y alejarlos del padre o la madre, y así tantos ejemplos.
Qué pasará con la humanidad y el mundo, no lo sé, incluso me da miedo pensar en cómo acabaremos, porque las cosas cada día se ponen más difíciles y tristes.