¿Qué hay más allá de la vida? ¿Muerte? ¿Solamente eso? ¿Qué somos al fin y al cabo? ¿Seres frágiles en un vasto universo? Preguntas como estas son las que plantea, al menos en su inicio, Hereafter de Clint Eastwood. Todo comienza con tono de misterio y Metafísica en la vida de Marie (Cécile de France), cuando estando en la playa con su marido, ella es víctima de un inesperado y mortal Tsunami. Independiente a ello, un chico llamado Marcus pierde a su hermano tras un accidente automovilístico a pocas cuadras de su casa, él necesita saber qué pasó y si su hermano está bien. Por su parte, Matt Damon a obrero que desde pequeño ha tenido una conexión con el más allá.
El tratamiento que el director Clint Eastwood hace de la Metafísica se siente al inicio prometedor, a partir de las imágenes surrealistas y azules espirituales con que lo retrata, mucho apoyado por el misterio, pero conforme las piezas narrativas y los personajes "avanzan", notamos una separación entre la premisa y el desarrollo principal. Los personajes son convincentes, Eastwood los delinea bien y llega un momento en que queremos saber más de ellos y de su papel en este misterio, pero el guion no lo permite. Brinda algunos bosquejos al respecto, especialmente con las preguntas que al comienzo aparentaba dejar sobre la mesa con la intención de un debate.
Aunque la cinta recae mayormente sobre Damon, mostrando éste un personaje sensible y creíble como un psíquico, termina dirigiéndose a un camino ligeramente trillado, pero con ese inolvidable halo de esperanza. Hereafter prometía más, tanto por el tono cotidiano como por esa vislumbrable atmósfera de intangibilidad que parecía acercar a nosotros. Bryce Dallas Howard (Mundo Jurásico)-que además sale guapísima en la cinta y su ternura por instantes se roba la pantalla-, interpreta a Melanie, una chica que tuvo un rompimiento y llega a Nueva York buscando empezar de nuevo. Así, la cinta presenta de pasada el tema del amor, al final del primer acto y en el mero clímax, sin embargo, tampoco es prioritario.
Más allá de la vida (Hereafter) pretende ir más allá de las preguntas, de clavarse en la reflexión y el cuestionamiento, pero al ofrecer más misterio del necesario, se pierde en una neblina de hechos sin resolver que dejan al espectador confundido. Cuenta con un inicio lleno de adrenalina e interesantes vistazos a la concepción de lo que hay más allá, pero nos deja con la pregunta en la boca y sin una posibilidad de respuesta.
El tratamiento que el director Clint Eastwood hace de la Metafísica se siente al inicio prometedor, a partir de las imágenes surrealistas y azules espirituales con que lo retrata, mucho apoyado por el misterio, pero conforme las piezas narrativas y los personajes "avanzan", notamos una separación entre la premisa y el desarrollo principal. Los personajes son convincentes, Eastwood los delinea bien y llega un momento en que queremos saber más de ellos y de su papel en este misterio, pero el guion no lo permite. Brinda algunos bosquejos al respecto, especialmente con las preguntas que al comienzo aparentaba dejar sobre la mesa con la intención de un debate.
Aunque la cinta recae mayormente sobre Damon, mostrando éste un personaje sensible y creíble como un psíquico, termina dirigiéndose a un camino ligeramente trillado, pero con ese inolvidable halo de esperanza. Hereafter prometía más, tanto por el tono cotidiano como por esa vislumbrable atmósfera de intangibilidad que parecía acercar a nosotros. Bryce Dallas Howard (Mundo Jurásico)-que además sale guapísima en la cinta y su ternura por instantes se roba la pantalla-, interpreta a Melanie, una chica que tuvo un rompimiento y llega a Nueva York buscando empezar de nuevo. Así, la cinta presenta de pasada el tema del amor, al final del primer acto y en el mero clímax, sin embargo, tampoco es prioritario.
Más allá de la vida (Hereafter) pretende ir más allá de las preguntas, de clavarse en la reflexión y el cuestionamiento, pero al ofrecer más misterio del necesario, se pierde en una neblina de hechos sin resolver que dejan al espectador confundido. Cuenta con un inicio lleno de adrenalina e interesantes vistazos a la concepción de lo que hay más allá, pero nos deja con la pregunta en la boca y sin una posibilidad de respuesta.
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