Buena sin llegar a ser extraordinaria.
Línea de emergencia (The Call) nos sumerge de una manera emocional muy interesante al interior del "911", sistema clásico y famoso en EUA para referir a las emergencias de vida y muerte de la vida cotidiana. Visto así, el guión escrito por Richard D´Ovidio y dirigido por Brad Anderson nos ofrece una construcción narrativa real acompañada de una muy buena atmósfera de misterio y tensión.
Halle Berry es Jordan Turner, una experimentada operadora que se ve presa de una crisisl emocional al contribuir al asesinato de una joven. La película se centra en su esfuerzo por superar el error cuando Jordan se percata de que el sujeto que asesinó a esa joven mantiene cautiva a otra muchacha. Ahora es el turno de Jordan de ser paciente y hacer lo posible por rescatar a la nueva chica secuestrada...
La actuación de Berry es sencillamente espectacular, misma que es complementada por la de Abigail Breslin (Casey Welson) como la chica secuestrada. Y en este mismo rubro, es igualmente impresionante el papel de Michael Eklund como Michael Foster, el psicópata y villano de la película. Incluso él está bien escogido, pues en todo momento le resulta creíble la faceta patológica de su personaje, aun con su trasfondo y motivación.
El ritmo sólo de repente cae en un par de escenas, pero es evidente que esta cinta está más sesgada al suspense a la acción, en este caso de movimiento, pues es la acción psicológica la que abarca terreno, siendo así que las locaciones sirven como un telón de fondo continuo. Con un par de escenas que rayan en el humor retorcido (si somo muy específicos), pues nos causan más nervios que auténtica risa, pero otro de sus méritos en la tensión que genera en el espectador, pues desde el primer minuto de comenzada la cinta, atrapa nuestro interés y nos estimula a sentir empatía por los personajes, especialmente Casey.
Con un final inesperado y una astucia por parte de la protagonista, el filme de Brad Anderson resulta ser una mirada interesante al interior del mundo de las emergencias sin llegar a ser extraordinario, aun dentro del género al que apela, pero lo suficientemente intrigante para ser entretenida y con el recuerdo de la clásica moraleja "No hables con extraños".
Recomendable para los no tan sensibles y para aquellos amantes de la adrenalina psicológica un domingo por la tarde.
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