LIBRO: INFERNO



INFERNO es la apuesta más elegante y mejor construida de Dan Brown desde que salieran La Conspiración y la Fortaleza Digital

9.0
Tipo de artículo:
Crítica. 

Me complace escribir estas líneas. En mayor o menor medida mi alegría se debe a que tenía rato sin leer algo verdaderamente entretenido de Dan Brown, a quien leo desde 2005 y cuyas historias he seguido de cerca. Siempre lo he dicho y lo sostengo: Brown es mejor novelista que “debatiente” de los tópicos que gusta meter en sus obras, sean temas religiosos, científicos, tecnológicos o bien humanitarios. Ya tuvimos tú y yo la adaptación de El Código Da Vinci, cuya expectativa (debido a la novela y la audacia de su planteamiento) fue tan grande, que provocó serias dudas entre amplios sectores del público; yo terminé escuchando un unánime “¡Nah! El libro es mejor” y es que, aunque no puedes negarme que Tom Hanks es uno de los mejores actores a nivel mundial, los guiones de las novelas de Brown jamás le han hecho justicia.  

Tras el éxito comercial de la cinta estelarizada por Tom Hanks y Audrey Tautou, la secuela de Ángeles y Demonios no se hizo esperar, haciendo gala de un presupuesto notable gracias a su antecesora y buscando ser fiel a los eventos del libro. Gracias a la exacta recreación de la atmósfera de la cinta, pude disfrutar de un buen desempeño de Ewan McGregor como el villano. A esa adaptación le siguió Inferno, cuya traslación de libro a película resultó en un producto pobre, anti-dramático y que definitivamente NO estuvo a la altura del característico talento de Tom Hanks. Desafortunadamente para mí, y en ese momento lo expuse, vi la película sin tener noción del libro. Mal hecho, porque si bien la novela no es una joya de arte, claramente está por encima de la película, quedando casi a la altura de La Fortaleza Digital en cuestión de intriga, pero también en desarrollo y creación de trama como lo es La Conspiración Digital

Inferno toca un tema similar a El Símbolo Perdido: la noción de que la Humanidad NECESITA un cambio desesperado en lo que a su continua existencia y prolongación como especie refiere. Pero si en Símbolo el tratamiento era casi teológico, Inferno lo hace desde lo científico. De hecho, considera la ley de Malthus; la teoría de que la población crece a una rapidez descomunal, rebasando por mucho los recursos naturales, lo que conduciría a una progresiva desigualdad económica y a la miseria. Entonces, de acuerdo con esta idea, la miseria es una ley natural, que sólo podría detenerse aniquilando a una cierta cantidad de la población mundial.

Así, Inferno, gracias a la intervención de personajes con motivaciones definidas (Robert Langdon y su conservadurismo generacional; Sienna Brooks —que en el libro es descrita diferente a como la interpreta Felicity Jones— y sus ganas de contribución, Bertrand Zobrist y su locura; Elizabeth Sinskey y su cargo profesional) y un argumento verosímil apoyado en teorías científicas ingeniosas —el concepto del virus y cómo Zobrist lo presenta; un giro de tuerca asombroso—, se transforma en una apasionante aventura que reúne, como es la tradición de su autor, pasajes, visitas y referencias históricas italianas combinadas con la preocupación medioambiental que implica la ciencia. Y es una gran novela, la verdad, que oculta sus cartas de maneras que son ingeniosas, pero no tan sutiles, pues hay puntos en lo que el autor se vuelve predecible.

Inferno, si te gustan los autores clásicos, se inspira en La Divina Comedia, de Dante Alighieri. Aquella en la que el autor medieval expone grandes ideas, construyendo la que se considera una de las obras de literatura universal más famosas en la historia de la humanidad. Adivinaste: Brown recurre a su famoso personaje, Robert Langdon, para protagonizar una novela dramática de enfoque histórico-científico, de la mano de la brillante y muy humana Sienna Brooks. 


Lentamente, y como es de esperar en las estructuras narrativas de crimen, la novela va mostrando las piezas y los secretos de cada personaje, hasta confluir en un final un tanto inverosímil, pero entretenido. En casi toda la bibliografía del autor, Inferno es una novela cuyos eventos transcurren en el plazo de UN DÍA. Esto le imprime a la novela una sensación de realidad, urgencia y misterio que absorben desde el primer momento. 

Y lo más importante: que más allá de si Langdon funge una vez más como “semi-héroe de acción” y de quién es la nueva científica/biológica/ingeniera/etc de acción que lo acompaña, es la trama en sí lo que por vez primera adquiere una "voz". El dilema ético que Brown presenta con esta obra no es nuevo, pero sí muy entretenido, además que goza de un tratamiento o curvatura inesperados. ¿Seríamos capaces de matar a un poco miles para salvar los millones? Es el mismo argumento de Avengers: Infinity War, solo que aquí todo es protagonizado por humanos y alto miembros de la OMS.

Conclusión:
¿Lo más inquietante? Que actualmente vivimos algo muy similar a esto…

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