Con Superman: Red Son, queda claro que no importa el orden de los hechos, la naturaleza siempre encuentra su equilibrio.
Tipo de artículo:
Breve Análisis.
La
esperada entrega de Superman en su versión soviética ha llegado. Y si bien
presenta sus cambios con respecto al cómic —siempre con la intención de adaptar
una historia compleja y atiborrada de elementos—, lo cierto es que tampoco me
emociona mucho porque sigo encontrando reminiscencias de la versión americana,
así como una palpable incertidumbre en un guión que no sabe exactamente a quién
antagonizar.
Lo
primero a resaltar es la constante mejora visual; es un agrado ver que la
animación casi tradicional, combinada con secuencias en tercera dimensión, sigue dando como resultado un producto emocionante, novedoso, convirtiendo en un deleite visual una historia que se beneficia de esta herramienta, mostrando así, que los productores no escatiman para ofrecer una calidad técnica
con precedentes establecidos y profundamente fieles a la serie de películas animadas que anteceden a esta. Lo
segundo a resaltar es que la cinta muestra un claro esfuerzo temático (vamos,
el cómic mismo así me lo parece) por enfatizar el ¿Qué habría pasado si…?,
en un momento en que el famoso Hombre de Acero sigue perdiendo popularidad
frente al Caballero Oscuro por el polémico tema de la moral incorruptible y los
límites de lo humano.
Aquí,
a pesar de que el centro de la premisa es un “aparente” giro en su psicología,
la realidad es que los cambios verdaderos están en la caracterización,
presentación y motivación del resto de los personajes, sean principales (Luisa
Lane, Lana Lang, Lex Luthor) o secundarios (Jimmy Olsen). Y de acuerdo, voy de
nuevo: presencio la versión soviética de un emblemático personaje. Y mi
problema es que, lejos de que el desarrollo de Superman se distancie sutilmente
de su contraparte americana, el guion me presenta a los personajes como si esto
fuera un juego de ajedrez que intercambia, suple o quita elementos, aquí y
allá, para determinar cómo seguir probando la capacidad del protagonista.
Por
esta razón, desmenuzo hasta donde puedo un material interesantísimo; Red Son
ofrece algo muy llamativo (el cómic es famoso por una razón): por primera vez
una cinta animada se atreve a ir más lejos, presentando un verdadero panorama
desolador, desgarrador, mostrando (con varias escenas y puntuales diálogos que
podrían haber sido más desalentadores) lo cruel que el mundo real es y cómo
el poder para cambiar una realidad, si bien está en ti y en mí, reside principalmente en los gobiernos, en los poderosos. Porque la desdicha que acompa a la pobreza, la hambruna y más, son el motor narrativo del personaje. Es cuando Superman: Red son empieza a convertirse —que no se
consuma, lo más triste de todo— en una crítica sociopolítica del ser humano,
de los países ricos y de cómo la perspectiva y la opinión pueden cambiar sociedades
enteras.
Si
a eso le agrego la presencia de un Lex Luthor influyente científica, política y
económicamente, además de sentimental y honesto, Red Son me parece más
interesante que muchas aventuras tradicionales del Hombre de Acero. Porque aquí
Superman es capaz de matar por un ideal, de ir más allá. Lex Luthor, disimuladamente
distinto a su versión clásica (y esta Luisa Lane no se queda atrás), tiene un papel interesante cuando aparece a cuadro, pero sus acciones hablan de una trascendencia limitada como personaje, pues no va mucho más allá de lo imaginable, no rompe límites ni deslumbra, ya que aquí su objetivo sigue siendo derribar a Superman; no obstante, primero
busca hacerlo, no de forma literal, sino simbólicamente. Quiere destruirlo como la
figura que es, no como Hombre que era al principio.
Por
otra parte, son igualmente interesantes son las versiones correspondientes a
Mujer Maravilla (Diana de Temiscira aquí) y Batman, cuyo cambio es el atuendo, no
ya su psicología: traer justicia a un mundo caído. La pelea entre ambos es brutal
y refrescante gracias a que no hay kriptonita de por medio, pero sí subyace la idea de que incluso
el más poderoso ser sobre la Tierra es vulnerable a escalas diferentes. Porque, y Luisa Lane se lo dice a Superman, el poder puede confundirse con arrogancia y llevarnos a creer que no hay peligro que nos iguale.
Una
hora y treinta minutos de vistazos a otros personajes. Esta cinta aporta la idea de
un origen distinto para el héroe protagónico, tal y como pasó en Flashpoint.
Dirigida por la leyenda Sam Liu y escrita por J.M. DeMatties,
Superman: Red Son es una aventura que conjunta los talentos de varias
estrellas. No por nada en la trayectoria del realizador y los productores hay
muchas joyas animadas, entre las que se encuentran Son of Batman, Emerald Knights, Justice League: Origins, Justice League: Trapped in Time,
Batman: Badblood, Justice League vs. Teen Titans, entre otras.
Conclusión:
Superman:
Red Son
es una entrega muy entretenida, cuya primera mitad ofrece planteamientos reales
muy interesantes, prometiendo un desarrollo diferente del icónico héroe
americano para termina ahogándose en elementos comunes que le restan potencia a
la narrativa.
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