Mujercitas es un relato sobre 4 hermanas que narra episodios muy humanos, algunos cercanos y divertidos; otros lacrimógenos, pero en el reparto quienes más destacan son Saiorse Ronan y Florence Pugh.
8.5
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Tipo de artículo:
Análisis.
Abordaré analíticamente este proyecto desde unas cuantas vertientes: 1) mi impresión sobre el comentario social de la película SIN haber leído la novela origen —¿fans por aquí? Espero que no para que me manden al cadalso...—, 2) las actuaciones/decisiones de cómo coordinar el ambicioso reparto visto en la cinta, 3) la directora Greta Gerwig, responsable de la estupenda Lady Bird.
¡A comenzar!
¡A comenzar!
Mujercitas
me
parece un retrato fiel de época, como muchas cintas, que dice más con los
hábitos, costumbre, los medios de transporte y, por supuesto el vestuario, que,
con su atmósfera, contexto histórico, político o social, que otra cosa. La
cinta da cuenta de un adecuado —no extraordinario, claro está— balance
narrativo al profundizar en las ilusiones de los personajes, en sus desventuras
y su carisma personal. Cada protagonista tiene una misión, un objetivo respecto
a su familia, un anhelo y una visión de su propia parte en la familia; no siempre
es sencillo delinear a muchos personajes; se pierde la distinción y creo que en
esta cinta desafortunadamente no hay excepciones, pues el comentario sobre el
lugar de la mujer en la sociedad, propio de la época (tú y yo sabemos los
cambios sociales que están ocurriendo en torno a esto) es constante, está bien
reflejado y aunque la cinta de Gerwig nunca cae en excesos emocionales,
melodramáticos o, por decirlo menos, inverosímiles, sí llega a parecer un tanto
inconexa. Supongo que son los riesgos de no conocer el material fuente.
A
pesar de mi carencia, encontré una “luz” en la cinta, una consciencia de que la
época no fue tan rígida como normalmente es planteada, porque en lo positivo la
película no escapa a la deliciosa disyuntiva humana de las elecciones, las pérdidas,
las carencias y las vicisitudes de la vida, mostrando estos aspectos de la vida
como algo “delicadamente inevitable” y no como algo forzosamente violento y eso
me pareció genial. El comentario al lugar de la mujer es abordado con varios
matices (creo yo) al recurrir a las figuras masculinas que habrán de ser los
futuros esposos de las jovencitas; Mujercitas me habla del amor
silenciado a través de Theodore Lawrence (Timotheé Chalamet), John Brooke
(James Norton) como el esposo impotente económicamente, que ama a su mujer,
pero es incapaz de proveerla de lujos materiales y sí de su profunda fidelidad.
Me cuenta de los cambios en la psique romántica humana, de cómo puedo creer que
un camino es para mí y resulta todo lo contrario, incluso de la visión que el
mundo editorial tenía en esa época sobre lo que “sí vende” y es cuando la
noción de entretenimiento toma lugar. Nada inesperado, aunque sí interesante.
No es sorpresivo para mí ver que gran parte de la cinta recae tanto en Saiorse
Ronan como en Florence Pugh (Lady Macbeth); ambas actrices han demostrado su talento previamente,
han estado a la altura de grandes producciones y aquí vuelven a demostrar su
vena histriónica; poco qué decir de Emma Watson (sale poco a cuadro y su arco
dramático es el más convencional de todos) y de Eliza Scanlen como Beth March
quien… tiene un final corto y, a mi juicio, fue relleno en la cinta. Pero
regresando a las principales, Saiorse lo vuelve a hacer y su mancuerna con Pugh
es innegable; su química absorbente, divertida y profunda, porque
constantemente están interactuando; su fuerza solamente disminuye un poco
cuando entra en escena Meg (Watson), pues esta última termina ralentizando y entorpeciendo un poco el ritmo, no fortaleciéndolo.
Ni
conozco las otras adaptaciones ni he leído el libro base. ¿Debería callarme?
Tal vez, pero si escribo este artículo es porque al final la película me gustó.
No me resultó melodramática, sino honesta, fiel y transparente; especialmente
con Jo intentando seguir su sueño de escritora. Naturalmente, con quien más me
identifiqué. Y el hecho de que no supiera aceptar críticas constructivas para
mejorar su talento me intrigó mucho, y no sé si ese matiz que la autora
deposita en el personaje sea para dar cuenta de la época y la psique humana, un
reflejo propio personal o simplemente una construcción al servicio de un
conflicto para volver, ese tema, más interesante y menos plano. No lo sé.
Respecto
a Pugh, su personaje es duro, tenaz, firme, pero también con sus defectos, como
la impulsividad, la contrición, la ira, la indecisión, la duda y mucho más.
Pugh lo dota de exquisita dualidad y si bien es perfecta mancuerna Timoteé en
su papel de Theo — ¡el chico lo hizo increíble! — a ratos parece “mendigar” por
amor sin realmente saber a quién pertenece y por qué; Jo es quien habrá de «guiarlo»
por el sendero que le corresponde, demostrando que las mujeres tienen ese llamado
“sexto sentido”, aun cuando son vulnerables, ¿verdad Jo?
El arte de intercalar las vicisitudes fue adecuado y no sentí sobreexposición en
términos de narrativa, pero sí puede ser que por talento unas opaquen a otras,
como lo dice al inicio. Como sea, nunca sentí que Gerwig perdiera el timón o
algo parecido; al contrario, dirige con carisma, sensibilidad, siempre
indicando a su elenco qué quiere comunicar y cómo hacerlo. Puntos aparte para
Laura Dern, cuyo personaje a cuadro enternece y es el símbolo de paz, ternura y
esperanza en un mundo asediado por una guerra. En la otra esquina del
cuadrilátero está Mery Streep, cuyo honesto personaje sin filtros y lleno de
encono divierte, sorprende y añade ese toque de “aversión” necesarias ante
tanto romanticismo sutilmente manejado.
Gerwig
volvió a hacerlo, y tras Lady Bird y Mujercitas es más que
evidente su talento para contar grandes, emotivas y profundas historias con jóvenes
actrices, especialmente en temas de época con personajes femeninos fuertes.
Nunca pierde la entereza, la honestidad, la claridad de los temas, y por supuesto
al elenco. Digo, yo que no conozco el material previo y creí llevar cuenta de lo
narrado, pero llegó un momento que me percaté de que estaba mal, de que la
trama iba por otro lado, me reí y busqué el hilo. No pasó a mayores…
Conclusión:
Si
leíste la novela y/o eres fan de la directora y su obra, Mujercitas
puede gustarte; si no, ve otra cosa.
Yo no he leído el libro y me gustó mucho. Aunque no recomiendo la versión doblada al español, ya que las voces son similares y te confundes cuando están en escena las cuatro hermanas.
ResponderBorrarMencionas en una parte que Saoirse y Florence pierden fuerza cuando Watson está en escena, lo cual es totalmente falso. Watson no logra opacarlas, al contrario; yo creo que por algo no salió en tantas escenas, la directora debió darse cuenta que no es la gran actriz, popular sí, y eso le da promoción a la película, pero por algo no fue la protagonista ni la actriz de reparto: no es buena actriz.
Me pareció un poco larga, pero buena en general.