Samurai X o, Rorouni
Kenshin: Part Two, mantiene los valores de la época a la que apela a
la vez que ofrece nuevas y diversas aventuras.
8.5
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Tipo de artículo:
Comentario analítico.
Después de una primera parte que me entretuvo lo suficiente para
seguirle la pista (una historia convencional con valores tradicionales y
ochenteros desarrollados a partir de un arte japonés poco explorado
actualmente: la espada), está la Segunda Temporada, de la que
quiero platicarte, pese a mi inmenso atraso en esto. Samurai X: parte 2,
es entretenida y con un villano prometedor, pero alrededor... es un poco de la
mismo.
Tenemos, de primera mano, una
segunda temporada que respeta los valores de paz, honor, justicia y
perseverancia, en contraposición a la manipulación personal, el lado oscuro del
ser humano, el imperialismo como ideal político, la idea de cambio y, más que
nada, la protección al débil. Kenshin, en esta ocasión y como parte del arco
dramático de la serie, enfrentará a Makoto Shishio, un
"revolucionario" del que me habría gustado saber más, pero cuya
construcción —como personaje— está rodeada de un misterio que solamente
dosifica la información a partir de la motivación política que manifiesta. Éste
es, en definitiva, un personaje intrigante, abrumador y, poderoso. No sólo
física, sino también mentalmente. Es, pues, un digno oponente para Kenshin,
porque además de mostrar la habilidad con la espada, también se defiende bien
con sus ideales, sus principios.
En este artículo, nada me agradaría
más que darte una cátedra psico-filosófica sobre el personaje. Quizás no 30
páginas desglosando la psique del villano, pero sí subrayando las ideas
centrales de lo que es su cosmovisión. Porque Shishio es un personaje sólido y
que, sin embargo, carga un dolor por la vida que lo conduce a ignorar la
compasión y la misericordia, en beneficio de volverse emocional y físicamente
impenetrable. Enseña con la ausencia y el silencio, no con la palabra o el
ejemplo.
Lord Shishio es un personaje, a
ratos blando de carácter por la información ostentada en flashbacks,
pero fuerte cuando es preciso porque está dispuesto a aceptar los sacrificios
necesarios para proteger sus principios, su convicción, su moralidad, su
pensamiento. Y eso, a mi parecer, lo vuelve un personaje relevante. Y cuando se
trata de que yo, como espectador, absorba más de quién es, por qué es como es y
todo, este arco dramático peca de lo mismo que el anterior: episodio de
relleno.
Y si considero que es un defecto,
es porque Shishio me parece fascinante. Porque mientras que yo podría aprender
de él, conocerlo más y empatizar con sus ideas, esta segunda parte me presenta
aventuras menores de Kenshin que solamente postergan, como es evidente, su
inevitable enfrentamiento con el tipo que busca adueñarse de una nación y
reformarla. Como en toda historia, los opuestos deben ser firmes, ideas
sólidas, convicciones claras; tener una fundamentada motivación. Y aquí veo
todo eso, más una comedia —liderada por Miss Kaoru Kamiya, Sanosuke Sagara
(siempre leal a Kenshin), el chico Yahiko, entre otros secundarios—, que no
siempre agrada porque rompe con el ritmo de la historia, principalmente en las
escenas de mayor peso dramático.
Es una comedia animada con posturas
críticas de fuerte corte político, y eso es importante porque, a pesar de la
comedia esporádica, el drama y los sueños de cada personaje, Samurai
X siempre termina girando alrededor de los problemas socio-políticos
de un pueblo, o un país (Japón en este caso) y para resolverlos, recurren al
uso de la espada. E, incluso en este ámbito, Shishio es formidable, porque
tiene la seguridad de derrotar a su oponente mental, intelectual o físicamente,
y (casi) lo consigue.
Todo porque es calculador y
conoce/razona a sus enemigos. Los villanos que buscan razones para alimentar
sus motivaciones, razones que las fortalecen y que no las vuelven simples
caprichos, son los villanos más interesantes, porque son racionales e, incluso,
justos. Y si a ello le agregamos determinadas experiencias que los permean,
matizan y conforman, cuando llega el enfrentamiento final, tienes postre
asegurado después de degustar un delicioso banquete.
Como Dragon
Ball tiene el tema del poder, la presencia y el Ki, One
Piece los tesoros, con Another es
la incertidumbre en un entorno estudiantil, cada animé tiene su ciencia. Y
Kenshin no es la excepción, pero aquí hay algo adicional: no es una historia contemporánea,
en la que el vínculo entre protagonistas de diferente sexo sea igualitario,
sino que estoy ante una trama donde el caballero es gentil y
"mandolin" con la mujer, pero firme, sabio y rudo con sus
enemigos.
Conclusión:
Samurai X: parte 2,
es interesante por la trama ideológica que plantea y por ofrecer un balance
entre personajes, al mismo tiempo que deja abierta la historia... y de qué
manera.
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