La ira de los Dioses, tercera temporada
de The Seven Deadly Sins, sube a ratos la emoción y la tensión en
la trama principal, ofreciendo pocos giros en los personajes.
7.0
Tipo de artículo:
Análisis.
Tras el buen sabor de boca que me dejó The Seven Deadly Sins con su primera temporada, llegó la segunda (con apenas 4 episodios). Poco me había atrapado, pero cuando me enteré de que una tercera venía en camino, mis expectativas subieron un poco. Y después de mucho tiempo y atrasos, puedo compartirte mi apreciación de la nueva temporada con Meliodas y sus amigos, una temporada que, en el idioma original es tiulada La Ira de los Dioses, pero para mi entorno, fue llamada Los Diez Mandamientos.
«This a Tale of Ancient Times, one where Humans and Demons coexisted before they were split...», y así comienza cada episodio. Si en la primera temporada todo consistió en derrotar a Los Caballeros Sagrados, ahora todo radica en vencer a Los Diez Mandamientos, pero ¿lo conseguirán Meliodas y sus amigos? Como es de esperar en una serie de ciencia ficción, en cada temporada siempre hay espacio para la comedia, el drama, la seriedad, y por supuesto, el relleno y La Ira de los Dioses no es la excepción a este caso. La gran pregunta es: ¿es este relleno divertido? Mi respuesta tentativa es no.
Mientras Meliodas, con su característica personalidad despreocupada y cínica
viaja por el mundo buscando recuperar su poder para detener a los Diez
Mandamientos, recién despiertos y vueltos a la Tierra tras permanecer
encerrados por más de 3000 años, la historia avanza entre muchos personajes,
trucos de magia y secretos por descubrir, todo en un contexto medieval y de
fuertes raíces de lealtad y traición, muy al estilo de Juego de Tronos, pero siempre con matices mágicos por doquier.
Así, la tercera temporada tiene tres partes muy definidas que pueden resumirse entre el primer enfrentamiento, resultando en un fracaso para los Pecados Capitales, un segundo enfrentamiento posterior a pruebas místicas y un tercero y casi "final", donde Meliodas termina «muriendo» a manos de Dreyfus y otros personajes.
Este es un momento culmen; incluso yo —que no tengo acercamiento con el impreso original— terminé temblando de ver el drama, el clímax o momento más álgido de la serie, vi que Meliodas, con todo y su legendario poder, fue incapaz de defenderse y murió (a pesar de que su mejor amigo Ban hizo lo posible por evitarlo), pero después veo (como suponía por una pista mostrada en capítulos anteriores) que Elizabeth es la clave para que él reviva y más fuerte que nunca. Pero ¿suficiente para salvar al mundo?
El primer enfrentamiento es, por ello y ante todo, uno que deja claro la diferencia en dimensión de poderes entre los héroes y los villanos. Y como en la primera temporada vi que les costó trabajo, pero pudieron derrotar al villano, aquí asumí lo mismo, por un detalle particular: Meliodas se enfurece si le quitan su arma. Y uno de los Diez Mandamientos lo logra con facilidad. Eso, a mí como espectador, me dio una clara idea del poder que ellos tienen y de cómo Meliodas y compañía, en su actual estado, no son oponentes para ellos. Y la golpiza, la derrota en la que los sumen es brutal.
Hasta donde veo, creo que la magia de la serie, de la premisa en Los
Siete Pecados Capitales radica en su honestidad para contar las
historias, sin importar qué tan dramáticas o cómicas se vuelvan, incluso si
sexualizan demasiado a algunos personajes...; todo girará en torno a Meliodas, su sexual apego emocional-sentimental hacia Elizabeth y (por el lado de la comedia) en cómo se burla constantemente del cerdo Hawk, a quien aprecia aunque no lo diga abiertamente. Meliodas brilla por su personalidad à la Goku y
su impresionante habilidad para, a pesar de ser despreocupado, ser calculador
con el peligro y el apoyo de sus amigos y seres queridos.
Por estos ingredientes es que no me sorprende, al menos no completamente, el hecho de que la tercera temporada ofrezca mucho de lo mismo con algunos giros de tuerca (el secreto sobre la verdadera identidad de Elizabeth, quién es Gowther y más), porque concentra mucho de su narrativa en mostrar diversos enfrentamientos, personajes confiados, personajes despreocupados, comedia y amor, siempre traslapados por elementos fantásticos.
Paz o destrucción mundial, los enfrentamientos son emocionantes y siempre me hacen creer (y lo cumplen) que llegará alguien más poderoso a moverles el tapete a todos. Dicho... hecho. Aunque, claro, lo más importante siempre será qué tan fuerte se vuelve Meliodas con cada "regreso", a costa de su humanidad y cómo le causa esto dolor. Repito, es emocionante, pero pocos cambios ofrece esto. La Ira de los Dioses tiene pocos giros, poco profundiza en sus personajes, más allá de lo ya conocido, y me deja con la promesa de ¿podrán los Siete Pecados Capitales realmente vencer a los Diez Mandamientos? ¿Habrá Temporada 4 en lo que esto se explore?
Me planteo esto, principalmente, porque veo en la serie poca novedad, más tratándose de una serie que cuando promete elevar la adrenalina, surgen chistes intrascendentes o incluso diálogos/escenas fuera de lugar, aun para tratarse de una caricatura. Pero, eso sí, el gore caricaturesco es exageradamente divertido. Por ser caricatura, ¿debe haber complacencia en ello?
Conclusión:
Una temporada con altibajos y algunas promesas a medio cumplir. The Seven Dedly Sins: the Wrath of Gods es entretenida a ratos y emocionante en otros, pero en conjunto, me queda a deber, y sólo puedo esperar a ver si la temporada 4 —suponiendo que llegue—, me cumple con creces.
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