One Piece es un divetido recorrido a las peripecias de un individuo con sueños de grandeza.
El arco argumental de One Piece no es novedoso, ya hemos visto historias que manejan aventuras, sino iguales al menos sí similares. No obstante, esto no es necesariamente malo si la historia logra entretener, y éste es el caso con One Piece, manga japonés creado originalmente por Eiichiro Oda y después convertida a versión animé por Kōnosuke Uda. La publicación del manga comenzó en Agosto de 1997, y fue gracias a Shueisha que el arco argumental creció y la serie tuvo su momento de esplendor.
Como todo inicio, la historia acompaña a Monkey D. Luffy cuya meta es ser El Rey de los Piratas, “le pese a quien le pese”, quien en su niñez comió una Akuma no mi (en español “fruta del diablo”), recibiendo de pequeño increíbles habilidades.
Es así que estamos ante un eficaz desarrollo de personajes acompañado de sutiles pero claros giros de tuerca donde la comedia y la emoción no faltan, haciendo de ésta una historia singularmente entretenida, pero también cargada de un fino toque de misterio y humor despreocupado.
No es una sorpresa que One Piece se haya convertido en una de las historias más rentables de Weekly Shonem Jump, pues ha cosechado poco más de 2.63 millones de unidades en su primera impresión. Ya es sabido que en el volumen 48 logró vender arriba de 140 millones de copias, y de ahí haciendo historia en todo el mundo.
Aunque me atrevería a decir que cuenta con elementos característicos que hemos visto ya en otros mangas, lo cierto es que éste logra destacar por sí mismo. En suma, One Piece es una divertida exploración a un individuo singular: Luffy.
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