Una polémica cinta que presenta cambios narrativos para volverse más "realista", pero... respetando la esencia y espíritu de la original.
7.5
Tipo de artículo:
Análisis crítico.
No quiero atrasarme en mis comentarios y hablar de Aladdín es uno de mis varios propósitos pendientes aquí. Más que nada porque es una cinta que esperaba con gusto. En Disney, los clásicos en mi lista de «favoritos» se reducen a 5 y Aladdín es uno de ellos. Y pude verla, estableciendo la inevitable comparación mental entre ambas cintas escena a escena porque, de inicio (no sé tú), mi guía mental fue la película animada y así pude apreciar cambios drásticos y adiciones positivas al producto.
Y, de entrada, me parece descarado que Aladdín, dirigida por Guy Ritchie, me ofrezca un spoiler apenas iniciada la proyección: Genie no solamente es humano, sino que además está casado y es padre. El hecho de tener este spoiler, que revela el final por donde se le vea, me remueve un poco el gusto, ya que es él quien canta la canción que el comerciante en la animada presenta a modo de introducción. Digo, Smith, a mi gusto, no canta mal, y le imprime espíritu, pero su escena principal marca el tono de cambios en la narrativa con el fin de hacerla "realista" para mí que, como espectador, quizá encontraría inverosímil a cotejo de la predecesora.
La película avanza y me presenta a un Jafar 40 años más joven. Esto me presenta un problema, porque su juventud "chocaría" con sus años de ambición y su directa justificación sobre la necesidad de poder, ya no digamos de su latente rivalidad con el sultán, cuya caracterización también está LEJOS de parecerse a la del material fuente. Pero, bueno... haciendo a un lado los pequeños corajes ante los cambios de personajes (que no acaban ahí), vienen los de la trama: Jafar ya conoce la ubicación de la cueva de las maravillas y busca al Diamante en Bruto. A partir de este punto, y conociendo un poco a Aladdín, la trama es más o menos fiel a la original, con un aditivo: Aladdín es un ladrón experimentado, observador de su entorno y conocedor de las calles que transita.
Este nivel de consciencia es un cambio al Aladdín animado, pues allá el personaje es, sencillamente, un ladrón de buen corazón al que lo acompaña Abu, su mono amigo. Por estos cambios en la psique del personaje, ignorando un poco la fidelidad a las escenas de canto que suceden a esto (casi idénticas a las originales), es que su encuentro con Jasmín es diferente y lo siento natural e igualmente creíble. Pero el hecho de que Aladdín no descubra que ella es Jasmín, con todos los "datos" que obtiene sólo por observarla, es... raro.
A partir de aquí Aladdín es, para mí como espectador, un maestro de la ilusión y el engaño que, sin embargo, no tiene idea de la suerte que recibe cuando conoce al Genio (Will Smith, fantástico y divertido). La canción "Mundo ideal" presenta el ritmo, tono y espíritu de la película, cambiando la magia legendaria por un aditivo que me pareció acertado: el rap. Will Smith supo ofrecer su huella en esto y la película lo demuestra; además, su vena cómica es natural, adecuada y le imprime honestidad al personaje.
Salen de la cueva, Aladdín se convierte en príncipe para halagar y apantallar a la princesa, pero es cuando los tropiezos, chistes y cambios en la narrativa —incluido el meticuloso diseño de producción— alteran el curso de los hechos, manteniendo la esencia y espíritu de la cinta guía, pero añadiendo elementos reales y motivaciones diferentes para, por supuesto, ofrecer comentarios y lecciones político-personales al espectador. El primer encuentro entre "Alí" y Jasmín es patéticamente gracioso, demostrando que el personaje está fuera de su zona de confort y que, para ser príncipe, necesita modales que obviamente no conoce. El chiste del genio "¿Sabes? La lámpara es pequeña, oscura y fría, pero... la prefiero a este momento" es simplemente estupendo y me arrancó risas al por mayor.
Aquí la introducción a la mezcla cultural india/árabe es muy interesante y los bailes (hermoso, por cierto) aparecen. A Aladdín le pesa la consciencia y flaquea en su seguridad personal, pero, apoyado por el genio y un chiste visual sencillo e hilarante, logra ser el alma del espectáculo, pasándose un poco de la mano, claro.
Debo aclarar que sus encuentros con Jasmín también son cómicos y genuinos. Su conexión es obvia porque, al final, ambos entienden que son la otra parte no solamente de sus vidas, sino de sus deseos y preocupaciones.
Debo aclarar que sus encuentros con Jasmín también son cómicos y genuinos. Su conexión es obvia porque, al final, ambos entienden que son la otra parte no solamente de sus vidas, sino de sus deseos y preocupaciones.
A diferencia de la Jasmín animada, la interpretada estupenda y eficientemente por Naomi Watts (muy bonita actriz y cantante que apareció en Power Rangers) busca algo más: la política. Consciente de las necesidades de su pueblo, de la carencia de gobernantes justos e inteligentes, busca abrasar su destino como futura reina, pero el Gran Visir, Jafar quiere interponerse, porque claro, odia ser el segundo en todo. Uno de los varios problemas de la película está en que la metáfora detrás de Jasmín como "proclamadora" femenina de justicia y equilibrio en su pueblo; resulta poco creíble que persiga un ideal cuando éste, técnicamente, está fuera de su alcance.
Aquí, Jasmín quiere luchar por algo, creyendo que "ese algo" es necesario y convincente, lo suficiente como para pelear por ello. Su interacción con Jafar es igual a la cinta origen y ahí no tengo quejas; de hecho, tampoco con las motivaciones, pues añaden fuerza, entereza y realismo para fortalecer el comentario de la inclusión socio-política que Ritchie ha metido en la cinta (canciones aparte) En Aladdín, de 1992, Jafar le dice a Jasmín "Te quedaste callada. Una buena cualidad en una esposa" y en el live-action el comentario es "Debes ser vista, pero no escuchada". Y la discusión continúa, pues Jafar insiste en invadir y conquistar, porque "donde el sultán ve un reino, Jafar ve un imperio".
Importantísimos diálogos para mí. Ya que, cuando Jasmín aparece en escena para discutir los planes de su padre y las intenciones de su más fiel consejero, ella insiste en su preparación teórica como único requisito para gobernar, y Jafar "La experiencia no se aprende leyendo, y tú no tienes eso". Como algunos críticos han señalado, la cinta puede caer como caldo de pollo rancio porque, en esta época cinematográfica, donde la Mujer es vista con poder, voz e inclusión, el hecho de minimizar a la figura femenina principal, en una película de Disney, puede resultar contraproducente. Por eso entra, en el tercer acto, la canción de Jasmín Speechless, como réplica a la misoginia vista en Jafar.
Regresando un poco a la magia de la película, cuando llega la escena en que Alí invita a Jasmín a volar para que yo, como espectador, aprecie la recreación de "Un mundo ideal", omitiendo un poco si la ejecución fue correcta o un total bodrio, llamó más mi atención algo particular: aquí el director aprovecha para introducir un análisis en perspectiva de la experiencia teórica y la práctica. Mientras que Jasmín, de nueva cuenta, cree tener lo necesario para gobernar porque se ha instruido, se ha preparado, Aladdín conoce la ciudad porque la ha experimentado, la ha vivido. Conoce la maldad, la corrupción de cerca, y sabe cómo afrontarla. Por eso hacen buena pareja y por eso me parece muy creíble su unión, emocional y social, porque aquí ambos personajes están curtidos, cada uno en contexto distinto, para ser la otra mitad necesaria.
Así, tragándome a regañadientes los cambios y la poca tensión dramática en algunas escenas (el desfile del genio presentando a Alí y SU DESCARO con la princesa, o cómo Jafar se adueña del Genio y éste le "cumple" sus deseos, provocando más burla y risa que seriedad ante la supuesta "gravedad" de la escena, cómo Aladdín encuentra la lámpara, el Genio enamorándose, o incluso el enfrentamiento final, más realista que fiel), Aladdín cumple con la música original, la esencia de la historia, el espíritu de los personajes y sin promesa de una secuela.
Importantísimos diálogos para mí. Ya que, cuando Jasmín aparece en escena para discutir los planes de su padre y las intenciones de su más fiel consejero, ella insiste en su preparación teórica como único requisito para gobernar, y Jafar "La experiencia no se aprende leyendo, y tú no tienes eso". Como algunos críticos han señalado, la cinta puede caer como caldo de pollo rancio porque, en esta época cinematográfica, donde la Mujer es vista con poder, voz e inclusión, el hecho de minimizar a la figura femenina principal, en una película de Disney, puede resultar contraproducente. Por eso entra, en el tercer acto, la canción de Jasmín Speechless, como réplica a la misoginia vista en Jafar.
Regresando un poco a la magia de la película, cuando llega la escena en que Alí invita a Jasmín a volar para que yo, como espectador, aprecie la recreación de "Un mundo ideal", omitiendo un poco si la ejecución fue correcta o un total bodrio, llamó más mi atención algo particular: aquí el director aprovecha para introducir un análisis en perspectiva de la experiencia teórica y la práctica. Mientras que Jasmín, de nueva cuenta, cree tener lo necesario para gobernar porque se ha instruido, se ha preparado, Aladdín conoce la ciudad porque la ha experimentado, la ha vivido. Conoce la maldad, la corrupción de cerca, y sabe cómo afrontarla. Por eso hacen buena pareja y por eso me parece muy creíble su unión, emocional y social, porque aquí ambos personajes están curtidos, cada uno en contexto distinto, para ser la otra mitad necesaria.
Así, tragándome a regañadientes los cambios y la poca tensión dramática en algunas escenas (el desfile del genio presentando a Alí y SU DESCARO con la princesa, o cómo Jafar se adueña del Genio y éste le "cumple" sus deseos, provocando más burla y risa que seriedad ante la supuesta "gravedad" de la escena, cómo Aladdín encuentra la lámpara, el Genio enamorándose, o incluso el enfrentamiento final, más realista que fiel), Aladdín cumple con la música original, la esencia de la historia, el espíritu de los personajes y sin promesa de una secuela.
Guy Ritchie me ofrece un producto casi mediano, con comentarios relevantes ad hoc a la cinta y a los tiempos actuales, pero cuyos cambios, a fin de ser creíbles y orgánicos a este 2019, pecan de pasión o cálculo, rozando lo "anti-climático".
Conclusión:
Aladdín, de Guy Ritchie e interpretada por Mena Massoud (Aladdín) y Naomi Scott (Jasmín), es una entretenida cinta que cambia, mueve y reordena para meter sustancia actual a una cinta que permitía menos, por sus dimensiones y necesidades. Puedes verla y pasarla bien, pero si buscas más, puede que pidas una pequeña manzana y termines recibiendo una enorme pera.
Creo que los cambios dependerán del gusto de cada quién. Puede haber a quienes les agrade una pequeña modificación para no ver lo mismo que la versión de caricatura, el que sea un licencia action se presa a qué se puedan abordar distintas cosas, y siendo caricatura queda limitado.
ResponderBorrarDefinitivamente el gran atractivo es Will Smith, leí comentarios acerca de que su papel o superaba al de Robbin Williams, pero lo dudo mucho, Will Smith empezó siendo cómico, así que sabe lo que hace.
No la he visto, nunca fui fan de Disney, pero por ver la escenografía y los bailes, que aquí mencionas son muy hermosos, vale la pena echarle un vistazo.